«Estoy orgullosa y satisfecha, pero no feliz»

- Se anunció hace unos días su despedida del Alavés. ¿Cómo se siente? ¿Es una despedida definitiva al fútbol?

- La segunda pregunta la sabréis en breve. Respecto al adiós al Alavés, me siento rara. Hace tiempo que lo estaba asimilando pero cuando sale la noticia, es cuando se te revuelve todo otra vez. Estoy tranquila, orgullosa y satisfecha con todo pero feliz no se puede decir. Es una etapa muy larga que dejo atrás y es inevitable sentir esa melancolía.

- Tiene 28 años y más de 20 han sido de dedicación al fútbol.

- Desde niña ya jugaba en el colegio Ángel Ganivet pero, desde los siete, mi padre me apuntó ya a un club, el que por entonces era la Gasteiz Cup, que luego sería el Gasteizko Neskak. El tiempo ha pasado muy deprisa.

- En ese camino, ¿se imaginó alguna vez que sería la referente del fútbol femenino alavés?

- En mi despedida decía que he cumplido sueños pero cuando era pequeña, no soñé nunca con jugar en Primera División. Hasta llegar ahí se fueron dando esos objetivos y metas. La palabra referente hace que me sienta muy orgullosa y me produce mucha ilusión.

- ¿Cómo fue digiriendo en soledad que acababa su etapa en el Alavés?

- En mi caso terminaba contrato y había que tener en cuenta la temporada que habíamos tenido. Es cierto que venía de una lesión pero un poco antes de mitad de temporada yo ya estaba en dinámica deportiva normal. Diría que esa segunda parte de la temporada ha sido larga. No es una cosa que se decida en un momento. Entiendo que para el club tampoco ha sido una decisión fácil. Vas analizando la realidad, lo que va ocurriendo, qué es lo mejor para tí... Lo he ido madurando con mi gente, mi familia, mis amigos y pareja. Con ellos hablas del tema y lo vas asumiendo.

- Se han marchado de golpe iconos del alavesismo. ¿No considera que en estos tiempos se necesitan referentes locales?

- Lo hablé en su día con Manu (García) y ahora lo hago en primera persona. El fútbol es un deporte que tiene estos momentos tristes. Al final se tiene en cuenta más lo profesional y el rendimiento deportivo. Lo personal siempre está detrás pero cuando llega el momento, no es lo más importante. Cuando se toman las decisiones, no se tienen en cuenta los aspectos más personales. Viví con pena lo de Manu y ahora que me ha tocado a mí lo entiendo más aún.

- Su padre falleció el 10 de mayo. La vida no le está dando tregua en los últimos meses.

- Sí, están siendo momentos muy duros. Mi padre era muy futbolero. Antes de que se marchara, ya lo había hablado con él, era algo que ya estaba muy meditado. Así que su fallecimiento no me impulsó a tomar la decisión. Él sabía que era lo mejor para mí. Es verdad que los acontecimientos se dieron de una manera curiosa. En Anoeta jugamos el último partido, justo en la semana en la que mi aita se había ido, y justo tuve la oportunidad de jugar allí, cuando no la había tenido en el resto de temporada. En los pocos minutos que salí marqué un gol. Era como la despedida en el último partido. Como si el destino quiso que sucediera así.

- Físicamente está bien, las rodillas están perfectamente curadas. ¿Tiene más fútbol para dar en otro equipo o está anunciando su retirada definitiva?

- (Sonríe). Mi salud está perfectamente para competir. Físicamente soy una jugadora normal, aunque entiendo que haber tenido dos lesiones de rodilla marca. Durante la temporada eso ha quedado claro y siempre he estado disponible para jugar un poco antes de la segunda vuelta de la pasada campaña. La decisión la comunicaré muy pronto porque lo quiero hacer de forma personal, no mediante el club. En las decisiones que se toman hay que tener en cuenta lo que quieres, tus objetivos vitales. Lo sabréis pronto.

- ¿Los momentos amargos se han agudizado con el descenso del equipo masculino?

- Sin duda. Cuando formas parte de la estructura de un club, compartes muchas cosas, amigos, compañeros, y sientes que lo están pasando mal. Y más en mi caso, que soy vitoriana y siento los colores y el escudo. Ha sido un año muy complicado.

- Es una futbolista profesional ¿pero ha podido vivir del fútbol?

- Sí. Este último año he tenido dedicación plena. Me costó dejar la enseñanza, que es para lo que me preparé académicamente. Es un ámbito que siempre me ha gustado. Era un respaldo económico y también un camino para labrar el futuro al margen del deporte profesional. Este camino no lo he cerrado nunca en realidad. Solo este año porque la lesión me obligaba a hacer mucho trabajo de gimnasio para recuperarme. Seguro que mi futuro estará relacionado con la educación.

- El fútbol femenino avanza con paso firme o eso parece.

- Los pasos son y están pero la lentitud de los mismos es muy grande y es algo que no cambia. Lo he vivido como capitana en Primera División, el movimiento de la Liga Profesional. Era mi esperanza que las cosas fueran algo más rápidas pero a día de hoy te digo que sigue costando. Se ha firmado un paso muy importante como es el de la liga profesional. Si brindas a los clubes respaldo económico y visibilidad, tengo claro que irá hacia adelante pero eso se tiene que concretar de manera definitiva. El día que se haga habrá un salto en todas las estructuras, no solo en la selección absoluta o clubes como Barcelona o Real Madrid que tienen un respaldo masculino muy grande. Hay que apostar y cuando la apuesta se efectúe a lo grande, se verá el crecimiento definitivo.

- ¿Qué te gustaría trasladar a las futuras futbolistas?

- No les podré hablar de títulos conquistados o de reconocimientos como los de Alexia Putellas, pero sí aportar mi experiencia desde ese lado que igual no brilla tanto. El que a pesar de las lesiones, de tener que marcharte del equipo de tu vida, que sigan peleando por sus sueños, que no digan que no se puede.