El Granada desfigura a las Gloriosas en la Copa de la Reina

Como ya anticipó Iñigo Juaristi, el cuadro vitoriano saltó con novedades en su once titular respecto al último duelo liguero. El vizcaíno decidió dar entrada a la maña Larqué en la portería, mientras que en el centro del campo la canterana Elene Errasti, junto a la atacante paraguaya Lice Chamorro, dispusieron de una buena oportunidad ante la falta de minutos en competición liguera. Concretamente, la delantera fue la primera en generar peligro en los primeros compases de juego con un disparo mordido que puso en apuros a Andrea Romero.

El Granada, con las ideas claras desde el pitido inicial, varió el sistema de juego respecto a su último duelo liguero ante el Athletic Club 'B' en Lezama y colocó a Ángeles como única atacante, con la exalbiazul Naima como apoyo en la mediapunta. La maña, que defendió la elástica de las Gloriosas hasta enero del pasado año, generó las ocasiones más claras del Granada. A falta de un minuto para el descanso, la '17' nazarí tuvo ocasión de poner el 1-0 en el electrónico con un disparo en un mano a mano ante la guardameta Larqué, pero la albiazul estuvo acertada en el duelo con una estirada que dejó asombrados a los más de 500 espectadores que estuvieron presentes en el Estadio Nuevo Los Cármenes.

Una vez comenzada la segunda parte, el técnico del Granada, Roger Lamesa, decidió dar entrada a Alba Pérez, esencial en el juego de un Granada que aumentó la presión de juego ante un Alavés falto de ideas y que se vio obligado a errores no forzados y pases imprecisos.

Juaristi decidió mover el árbol dando entrada a Ane Miren, Alba Aznar y Fátima Pinto, aunque el guion no varió ante un equipo rival decidido a hacer daño al contraataque. Con Noelia Salas y Naima en las bandas, a las Gloriosas les costó cerrar los espacios generados por ambas futbolistas. En un despeje de Camila Sáez a saque de esquina, llegó el gol del Granada. La propia Naima, con un pase en corto, conectó con Alicia Redondo y la centrocampista, a la hora de colgar el balón en el área, vio cómo Larqué, buscando despejar el esférico con los puños, terminó por introducir el balón en la red. Un auténtico jarro de agua fría para un Deportivo Alavés que, a pesar de intentarlo en los últimos cinco minutos de partido, observó cómo sus opciones de avanzar a los cuartos de final de la Copa de la Reina, se marchitaban. Una competición a la que dicen adiós y que les obligará a enfocarse única y exclusivamente en la competición liguera.