Las Gloriosas merecen más

Ya son cinco las derrotas consecutivas a domicilio del Alavés, que no logra desprenderse del nubarrón en el que se mete en los encuentros fuera de casa. Este domingo, las Gloriosas mordieron el polvo contra uno de los equipos de la zona baja de la clasificación, el Valencia, por un penalti en el primer tiempo (1-0). El empuje de la segunda parte mereció, al menos, el premio de la igualada, pero el equipo parece haber entrado en una de esas fases en las que todo cae a contrapié.

El Alavés arrancó el partido con cierto orden defensivo; no había otra ante un Valencia que ejercía una presión muy alta y lograba a enlazar buenas acciones ofensivas, sin acierto en los metros finales. Fueron varias las jugadas en las que la local Salmi, autora del único tanto, progresó por el flanco izquierdo y trazó centros sin precisión.

Rozando la media hora de juego, Torrodà botó un córner que quedó aparentemente corto, pero el cuero impactó en la mano de Garazi y la colegiada decretó penalti. La encargada de lanzarlo fue la jugadora que en ese momento estaba más inspirada. Salmi engañó con sutileza a Cris y anotó el a la postre único tanto del encuentro. La ventaja dio más vida a un Valencia que mejoró su juego y estuvo cerca de ampliar diferencias en el tramo final del primer acto. En su oportunidad más clara, Guerrero habilitó a Aguado con un balón al espacio y la delantera, tras un control brillante, avanzó hasta quedarse sola ante Cris. Pero la inspiración se le quedó ahí. La portera de las Gloriosas se hizo grande y rechazó el disparo. El 1-0 podía interpretarse como un mal menor en una primera mitad floja.

El Alavés empezó el segundo tiempo con las ideas mucho más claras. En un saque de esquina, llegó la mejor oportunidad para las albiazules. Tras un despeje de Enith con los puños, primero Míriam, de disparo rechazado por María Jiménez, y acto seguido, Carla Armengol, desde la frontal con desvío de Enith, a punto estuvieron de lograr el empate.

Seguidamente, la entrenadora local, Andrea Esteban, dio entrada a Asun en lugar de Aguado buscando desborde por la banda derecha. Poco después de la sustitución, el Alavés trenzó una buena jugada, en la que Chamorro cedió el balón atrás y Kerlly, providencial, despejó el balón. El técnico visitante, Mikel Crespo, realizó también movimientos desde el banquillo. Así, Nerea Nevado y Sara Carrillo accedieron al césped en detrimento de Miku y Carla Armengol.

El Alavés estuvo muy cerca de empatar en una jugada gestada por la banda izquierda. Ane condujo el balón y, desde la línea de fondo, puso un centro medido a la cabeza de Chamorro, cuyo remate se topó con Enith, que voló para enviar el cuero a córner. El Valencia intentó ampliar la renta mediante una falta lateral sacada por Bea Beltrán, el balón se fue envenenando y Cris tuvo que emplearse a fondo para despejar el esférico. En los minutos finales, apretaron muchísimo las visitantes. Fueron constantes las incorporaciones por ambas bandas con centros que generaron dudas tanto a las centrales como a la portera Enith. En uno de esas jugadas al área, la pelota cayó en las botas de Nerea Nevado, que no se lo pensó, disparó y el balón salió rozando el poste. Mikel Crespo agotó las sustituciones con la entrada de Abdulai por Chamorro buscando a la desesperada el tanto de la igualada.

Con el Alavés volcado, se acrecentaron las opciones de contragolpe del Valencia, máxime con las incorporaciones de los recambios Asun y Olga. A pesar de la insistencia, el Alavés no pudo sacar nada positivo del Antonio Puchades ante un Valencia que supo sufrir a tope en una segunda parte de clara superioridad alavesista por evitar la quinta derrota consecutiva lejos del José Luis Compañón justo antes de un parón liguero de tres semanas.

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