Las Gloriosas se condenan a un destino fatal

Los goles de Gema y Miku en los minutos finales de partido no evitan la sensación de involución de un equipo con una cara bien distinta a la de hace siete días ante su público en el Estadio de Mendizorroza frente al Atlético de Madrid. «Necesitamos estabilidad a nivel defensivo», avisó un Iñigo Juaristi, que terminó frunciendo el ceño tras el pitido final de ayer. El Sevilla fue superior desde los primeros compases del choque, dominando con el balón y ejerciendo una presión muy alta que incomodó desde el inicio al Alavés, provocando rupturas de línea de forma constante. Mediante este patrón de juego llegó el primer tanto para las hispalenses. Un pase bien medido de Gabarro desde medio campo sorprendió a la defensa y Martín-Prieto, que superó en velocidad a Ohale, supo batir a Jana en el uno contra uno.

Un gol que fue un chute de auténtica adrenalina para el cuadro de Christian Toro, que no frenó en su lucha por ampliar la ventaja ante un Alavés incapaz de generar peligro e inquietar la portería defendida por Esther. Con Amanda Sampedro y la checa Cahynová en la sala de máquinas, el Sevilla consiguió el equilibrio perfecto en los dos lados del terreno de juego. Ambas jugadoras encontraron soluciones a cada pretensión del Deportivo Alavés, que mostró sus costuras de forma temprana.

A cinco minutos para finalizar la primera parte, el Sevilla amplió la ventaja. En una jugada a balón parado originada por Otermín, Martín-Prieto, superando en el juego aéreo a Osinachi Ohale, consiguió anotar el 2-0 con un cabezazo que se coló en la red defendida por Jana. La guardameta, como ya sucedió hace dos semanas en Zubieta, se adelantó en exceso al inicio de la jugada y facilitó el tanto. Una vez que se certificó el gol, Juaristi decidió agitar el banquillo y dio entrada a Gema Soliveres, Ane Miren y Fátima Pinto con la intención de cambiar la dinámica mostrada hasta entonces.

El Sevilla no retrocedió y dejó claro su gran estado de forma. Si se tienen en cuenta los últimos diez partidos ligueros, las pupilas de Toro son el cuarto mejor equipo de la categoría, tan sólo por detrás del Barcelona, el Real Madrid y el Levante, rivales que a día de hoy ocupan posición para acceder a la próxima edición de la Champions League.

Unos números que reflejó sobre el terreno de juego de principio a fin. Gabarro, tras conectar un pase de Otermín, anotó el tercero y Martínez apuntilló el resultado con el 4-0 tras aprovechar un rechace de Sáez. El Alavés trató de jugar por las bandas y creando ocasiones de peligro a balón parado, faceta que resultó ser efectiva en el tramo final. Gema, de falta directa, anotó el 4-1 y Miku, con un disparo cruzado en el tiempo de descuento, puso el 4-2. El gol no evitó una nueva derrota, que condena a un destino fatal a las Gloriosas y vuelve a mostrar secuelas inciertas sobre su futuro más cercano en la élite.