Alavés Gloriosas 1-2 Atlético de Madrid

Un despiste eclipsa la fiesta de las Gloriosas

El resultado, a primera vista, deja con una sensación agridulce al conjunto vitoriano. Como se preveía, el Atlético de Madrid fue el equipo que llevó la iniciativa del juego, generando las primeras ocasiones y haciéndose disfrutar en los primeros compases disputados en Mendizorroza. Alrededor de 6.690 aficionados acudieron al feudo albiazul, superando el número total que sumó la pasada temporada ante el Levante UD (2.965). A pesar de todo, el Alavés se mostró valiente, capaz de superar al rival en diferentes fases con un juego directo, basado en el contraataque y en buscar huecos por los costados.

Superado el primer cuarto de hora, el sistema de juego funcionó con un par de retoques. Con Carla Armengol escorada en la banda izquierda y Chamorro en la derecha, Carrillo ejerció como principal quebradero de cabeza para la zaga madrileña, que tuvo serias dificultades para frenar a la atacante albiazul. Con las Gloriosas en su momento más dulce, llegó un contragolpe complicado de digerir. A cinco minutos para el final de la primera mitad, Sheila García, desde lejos y con un derechazo al borde del área, superó a una Jana un tanto adelantada. La propia lateral mostró asombro ante tal remate, puesto que su intención era la de ejercer un pase.

El Alavés se marchó al descanso con la ideas claras. Aún yendo por debajo en el marcador, el equipo se mostraba confiado en su juego y en su plan de partido. Una fe y una confianza ciega en un sistema que, poco después del inicio de la segunda parte, tuvo sus frutos. Elba Vergés, con un pase largo desde su propia área, conectó con Carla Armengol. La catalana, con una zancada poderosa y muy veloz, supo deshacerse de la propia Sheila García y batir a Lola en el uno contra uno. Un gol que hizo vibrar a toda la afición que acudió a Mendizorroza y que sirvió para que las de Juaristi dieran una marcha más.

El Atlético de Madrid, de más a menos durante el paso de los minutos, se encomendó a las genialidades de Ajibade y a la calma que impuso Maitane en el centro del campo. De esta manera, y de firma inesperada, las madrileñas anotaron el 1-2 definitivo. La atacante nigeriana puso un centro bien medido a Staskova que, Camila Sáez, trató de desviar con una entrada en el último instante. La acción terminó de la manera más trágica posible, con un autogol que desanimó al equipo, empezando por la propia central chilena, animada por todas sus compañeras. Las albiazules intentaron buscar la igualada con diferentes cambios de sistema, e incluso a balón parado. La más clara llegó a falta de un cuarto de hora para el final del duelo, con un disparo que se dirigía a la escuadra izquierda y que detuvo Lola con una gran estirada. Un síntoma claro de que el segundo gol no llegaría del lado babazorro.

Con el pitido final, los más de 6.600 espectadores que abrigaron a las jugadoras en Mendizorroza reconocieron el esfuerzo de sus jugadoras. Como ya pasó en la primera vuelta, un pequeño error puede resultar muy caro. Con el Real Betis a dos puntos, las pupilas de Juaristi deben pensar en su siguiente compromiso ante el Sevilla FC en el Estadio Jesús Navas de la ciudad deportiva andaluza. Ganar será esencial para un equipo al que sólo le quedan siete jornadas para finalizar el campeonato liguero.