El boxeo femenino pega fuerte en Vitoria
Las púgiles vascas Naia Garmendia y Leonor Osifo caen en la Copa Iberdrola, la gran velada del boxeo que convirtió Mendizorroza en un ring
Su cara era fiel reflejo del dolor. Por la ajustada derrota (138-147) y por la lesión que desequilibró la balanza en su contra. Unas ... molestias en el brazo privaron ayer sábado a Naia Garmendia de repetir un título nacional, en esta ocasión la Copa Iberdrola que transformó Mendizorroza en un ring para acoger una apasionante velada de boxeo. De hecho, el siguiente combate se retrasó porque los doctores tuvieron que atenderle en el vestuario. «Ha sido tras un golpe al aire. Pensaba que se me había salido», confesó. La púgil vasca cambió los guantes por una bolsa de hielo para rebajar la inflamación. Aunque nada conseguía calmar su rabia.
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Tras obtener el año pasado el cinturón como campeona de España de menos de 50 kilos en boxeo olímpico categoría elite, Garmendia se subió ayer al ring para dar otro golpe en el boxeo nacional. La vizcaína combatió con la madrileña Daniela Burgos en 54 kilos. Ágil de piernas y viva en los reflejos, contuvo los ganchos de su rival. Sin embargo, el plan se torció cuando lanzó un golpe que se perdió en el aire. Aparecieron los gestos de dolor y los fantasmas.
Desde la grada, sus familiares y amigos, conscientes de que algo no iba bien, trataron de alentarla. «Venga, Naia, bien ahí. ¡Vamos!», le animaba su padre, Ibon Garmendia. Junto a él, la abuela de Naia, Begoña de la Rúa, contenía el aliento. «No llevo muy bien verle combatiendo, me pongo muy nerviosa». El de ayer fue uno de esos días en los que los nervios estaban a flor de piel. «Me jode cuando veo que recibe algún golpe», confesaba Ibon, algo más que un padre para Naia.
La púgil sostenía con la mano derecha la bolsa de hielos y descubría los ríos de tinta que dan forma a los tatuajes de su brazo. Unas rosas por sus abuelos, San Juan de Gaztelugatxe «porque ahí he pasado muchos días», un reloj «por la hora en la que nací» y un león con su cría. «Es en homenaje a mi padre, mi guía en la vida», confesó la joven boxeadora. Ese que aún tiene presente, con orgullo pero dolor, el amargo sabor de la despedida. «Lo recuerdo perfectamente. Era medianoche y le llevé a la estación de autobuses de Bilbao con todas las maletas». El destino era el Centro de Alto Rendimiento de la Federación Española de Boxeo en Murcia. «Nos ilusiona muchísimo ver cómo progresa».
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Naia no fue la única representante vasca en la velada. La alavesa Leonor Osifo, habitual en los combates de MMA (artes marciales mixtas) también se subió al ring en la categoría de 70 kilos. Le avisaron la noche anterior de urgencia y no rechazó la invitación. Sin embargo, el árbitro detuvo el combate en el segundo asalto por el riesgo de los golpes, lo que dio como ganadora a Lorena López.
La tarde dejó más nombres propios. Carmen González (48 kg) consiguió voltear el rumbo de un combate perdido para imponerse en el límite a Paula Ruiz. La deliberación del jurado fue más sencilla para coronar a Noelia Gutiérrez (51 kg), que incluso llegó a quitarle a Rocío Sánchez el casco de un certero gancho. La leonesa Andrea Cárdenas destronó a la tres veces campeona de España Ana Isabel González. Mariana Soto (70 kg), destacada en el apartado combativo, se impuso a Laura Galano en una de las peleas más intensas de la velada. Mismo espectáculo brindaron la ganadora en la categoría de más peso, Dunia Martínez (75 kg), y Alma García.
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