«Este año nos hemos quitado miedos y complejos»

No solo las Gloriosas ascienden de categoría. El CB Araba también cogió la escalera para ascender a Primera Nacional de baloncesto, un hito nada desdeñable para un club modesto y de formación como vitoriano. Logrado el objetivo dos semanas antes de acabar la competición, su entrenador, Iker García, reconoce que ha sido una «una alegría comedida».

– ¿Ha sido un camino de rosas?

–Por resultados puede parecerlo, pero no ha sido así, más que nada por la situación que hemos tenido este año. La pandemia nos obligó a dejar nuestra casa, que es Divino Maestro, y hemos tenido que jugar los partidos en Ibaiondo. También una jugadora dejó el club.

– ¿Por miedo a la pandemia?

– Sí. Al principio había dudas sobre si nos dejarían jugar y por causas personales, quizá miedo a un confinamiento y no poder trabajar. Cada uno tiene una situación.

– ¿Ha sido una campaña muy disputada?

– La primera fase, marcada por los parones de varias semanas, terminamos segundos tras perder un partido. En la segunda, la de ascenso, sí que tuvimos continuidad, mejor juego y cada jugadora dio un paso adelante. Logramos el ascenso a falta de dos jornadas ganando los ocho primeros partidos.

– ¿Ha podido la afición del Araba celebrar el ascenso?

– Poco. Sólo nos ha podido acompañar en un partido, el resto ha sido a puerta cerrada. En los de fuera, en Navarra o La Rioja, sí había público.

– ¿Cómo prevé el regreso a Primera Nacional?

– Con muchas ganas. Sólo había un equipo de Vitoria en esta categoría, el filial del Araski. Tener dos equipos, 24 jugadoras en esa división habla un poco del logro.

- Está que se sale el baloncesto femenino alavés.

- Sí. Hay nivel, se consiguen logros y esa visibilidad es importante. Ello ofrece a las jugadoras locales la oportunidad de jugar en Primera.

– El Baskonia apuesta por la cantera femenina. ¿Teme que afecte negativamente al Araba?

– Creo que al revés. Yo me alegro. Es bueno que haya más opciones para las jugadoras de aquí. Enfocarlo como rival sería erróneo. Hasta ahora ha estado también el Araski. No hay que pensar que no hay sitio. Vitoria es una ciudad con mucha tradición de baloncesto. Yo creo que suma para que el baloncesto femenino vaya a más.

– Hace dos años se quedaron a las puertas del ascenso.

–Fue el momento en el que empezamos a creer que podíamos ascender. Entonces, el primero ascendía y del segundo al quinto jugaban un play off y el que ganaba de los cuatro subía. Ganamos la semifinal y en la final estuvimos cerca.

– ¿Qué ha tenido este curso que no tuvo el de hace dos años?

– Diferente plantilla, pero, sobre todo, el quitarse los miedos y complejos. Fue un cambio de mentalidad. Tenemos una plantilla joven que mejora según pasan los años.

– ¿Cómo es el equipo?

– La gran mayoría son de Vitoria y llevan en el club desde que tenían 10 ó 12 años, aunque también tenemos un par de chicas de Gernika y Ordizia. Este año tenemos la plantilla más joven de los últimos cinco, con 19 años de media. Ocho de ellas tienen entre 18 y 20 años, una tiene 25 y hay una juvenil que tiene 16-17 años.

– ¿Qué supone el ascenso?

– Es importante para el club, puesto que es la tercera categoría nacional y se da la opción a las jugadoras de aquí, con las que trabajamos desde minis, de jugar en ese escalón.

– ¿Y para el entrenador y las jugadoras?

–Es un mérito de todos, del primero al último. Ver a jugadoras en Primera Nacional que han entrenado desde que tenían 11 años es un premio. Resulta bastante ilusionante.