Larraitz Bergara: «Quiero reencontrarme con mi mejor versión»

Al final, uno es de donde nace, por mucho que lleve años paciendo lejos. Los orígenes atraen cual imán, y eso se lleva en la emoción, la que expresa Larraitz Bergara cuando se le pregunta por su fichaje con el club LEA La Blanca. «Necesitaba un cambio y otra motivación para seguir adelante y me decidí tras recibir la llamada de Mikel García. Es una oportunidad para apostar por un club de casa después de tantos años», confiesa.

Empezó con siete, en el club alavés Bertzuri y con Timoteo Quintana como entrenador hasta los 18 años. Después, pasaría por el Atlético San Sebastián y Playas de Castellón. «Ahora que me he hecho más mayor vuelvo a casa con 30 años», bromea. En su trayectoria, desde infantil hasta sub 23, ha sido campeona de España en diferentes modalidades, destacando en su especialidad, los 400 metros vallas donde tiene una mejor marca personal de 1:00:32. Los 60 metros vallas los corre en 9.05 segundos, los 400 metros lisos en 57.28 y los 800 metros en 2:17.50. A su pasión, se unió una vocación con la que se gana la vida: la medicina en la especialidad de traumatología.

¿Atleta traumatóloga o traumatóloga atleta? Lo cierto es que Larraitz ha sido capaz de compaginar ambas, con la exigencia máxima que supone competir con las mejores y formarse en Madrid como médico. Ahora, dirige sus pasos hacia la traumatología deportiva y cirugía artroscópica. «En mi último año de residencia como traumatóloga he venido a Vitoria a la Unidad de cirugía artroscópica (UCA) con Mikel Sánchez y su equipo. Estoy encantada porque son unos especialistas increíbles y muy docentes. Son pioneros en muchas cosas. Si tienen tanta buena fama es por algo», alaba orgullosa. En su caso, reconoce haber aplicado el autodiagnóstico, por lo cerca que vive las lesiones en el ámbito deportivo. Soy muy consciente de las lesiones en el deporte y, al final, eso me ayuda a hacer mejor mi trabajo. Soy muy empática, porque además de diagnosticar, soy capaz de comprender lo que siente ese atleta, la preocupación y la necesidad de recuperarte cuanto antes para volver al nivel competitivo de inmediato», analiza.

Bergara ha vuelto para «competir y estar entre las mejores». «Sobre todo, para encontrar mi mejor versión», repite con convicción. El nivel de los 400 metros vallas tiene dos latitudes, la inalcanzable en la que se sitúan las atletas americanas, «impresionantes y con unos físicos increíbles que están por debajo de los 53 segundos» y lo más cercano al otro lado del charco. En España, todavía sigue vigente el récord nacional que logró Cristina Pérez con 55,23 en los Juegos Olímpicos de Seúl. Actualmente, Salma Celeste Paralluelo, también futbolista, es la que más se podría acercar a ese registro.

En esa búsqueda de objetivos encuentra argumentos «para levantarme todas las mañanas y entrenar». «Aún puedo acercarme a mi mejor versión y eso implica estar entre las mejores». Lo hace en Madrid, donde reside y trabaja desde hace años. Allí ha vivido lo peor de la pandemia, en el hospital donde trabaja y donde «tuvimos que echar una mano y meternos también en planta con enfermos Covid». Su solidaridad le llevó a sumarse a una iniciativa solidaria para resolver dudas ciudadanas. En realidad, nunca se marchó. Una de las mejores velocistas alavesas, con permiso de las olímpicas Blanca Lacambra o Maite Zúñiga, ha regresado para sacar lo mejor de sí misma. La doctora Larraitz Bergara está de vuelta.