«El victimismo hoy es una política»
Juan Pablo FUsi / historiador ·
El profesor y experto pronuncia hoy la ponencia de clausura del Simposio Valentín de Foronda. «La historia es siempre problemática»
El XXVII Simposio Anual del Instituto Valentín de Foronda, que desde ayer se desarrolla en el Centro de Investigación Micaela Portilla del Campus de Álava, ha podido contar con uno de los historiadores más relevantes de España, Juan Pablo Fusi (San Sebastián, 1945). El catedrático pronunciará este mediodía la ponencia de clausura reivindicando el poder de la historia para explicar «lo que nos pasa y cómo hemos llegado a ser lo que somos».
- ¿Sobre qué versará o qué idea tratará de exponer a los asistentes a su conferencia en Vitoria?
- El título de mi intervención es 'Historia como problema'. Los puntos centrales de ella son que para el historiador todas las épocas son igualmente importantes y que, en palabras del novelista Faulkner; el pasado nunca muere; ni siquiera es el pasado. Pero la historia no es solo erudición: debe ser una historia útil, que plantee problemas relevantes, que explique lo que nos pasa y cómo hemos llegado a ser lo que somos. La historia, o eso creo, busca comprender, dar explicación causal de todo lo que fue ocurriendo.
- ¿Piensa que estos ciclos verdaderamente sirven o al menos las ideas que se exponen llegan a la sociedad y calan en ella?
- No sé, ni nunca he sabido, si este tipo de ciclos llegan o no al público. Lo que sí sé es que son absolutamente necesarios para que los historiadores replanteemos, debatamos y revisemos cuestiones sin las cuales no es posible profundizar en los numerosos dilemas que la comprensión y explicación de los hechos históricos plantea (que no son naderías: estudiamos todo, esto es, imperios, guerras civiles, religiones, política, demografía, dictaduras, democracias, guerras mundiales, nacionalismos, desarrollo de la ciencia y tecnología, evolución económica, catástrofes, ideas, pensamiento,…).
- Durante el ciclo se tratará la idea de cómo se intenta revisar el pasado con ojos del presente. En noticias recientes hemos visto cómo se trata de retirar placas y estatuas, desde antiguos esclavistas en Estados Unidos hasta la estatua de Colón de Barcelona. ¿Qué le parecen estas ideas? ¿Es más partidario de retirar símbolos o de situar en su lugar paneles explicativos, por ejemplo?
- Entiendo que no es posible 'honrar' todo aquello que repugna nuestra conciencia moral, aunque hubiese sido aceptado en el pasado; pero creo que podemos discriminar sin problema entre aquello que fue execrable en cualquier época y aquello que supuso contribuciones decisivas al progreso de la humanidad. Las placas explicativas son necesarias siempre. No todo el mundo sabe quiénes fueron Maximiliano I, Mercator, Carlos Borromeo o William Harvey, por ejemplo.
Revisionismo y transición
- El presidente de México, López Obrador, exigió a España que pidiera perdón por la colonización de América. A su juicio, ¿tienen sentido estas peticiones?
- No tiene ningún sentido. La España del siglo XXI no es la España Imperial de los siglos XVI-XVIII. Pasó de Imperio a nación (como ocurrió en la propia América: pasó de virreinatos y audiencias, y otras organizaciones jurídico-territoriales, a las naciones que ahora conocemos). México debería mirar menos a la conquista y a la Nueva España que a su propia evolución tras la independencia, incluida la Revolución mexicana, con cerca de un millón de muertos. En realidad, ya lo hace, por los menos sus historiadores, por cierto en su casi totalidad magníficos, y la sociedad en general, con la excepción del personaje que usted menciona en su pregunta, extraviado en sus nieblas populistas.
- Ahora se pone en duda la ejemplaridad de la Transición, ¿cree que el problema con esto está en que no se ha realizado una actualización? ¿Ha quedado la actual Constitución obsoleta?
- La Transición, como todos sabemos, es un excelente momento de la historia contemporánea de España: restablecimiento de la democracia, reconocimiento de nacionalidades y regiones (y oficialización de todos sus símbolos identitarios), incorporación a la Unión Europea, etcétera. La transición fue difícil, compleja y problemática: la historia es siempre problemática. Recuerdo que el primer gran libro de historia es la 'Historia de la guerra del Peloponeso' de Tucídides. El mayor desafío, el mayor problema, fue ETA: lo demás son bernardinas. La Constitución es como una excelente partitura: para que suene bien hay que saber música, no desafinar y sobre todo no querer romper la partitura.
- Un reciente estudio desmonta que Euskadi fuera de las comunidades más castigadas por la represión franquista. ¿Tenemos una idea desvirtuada de lo sucedió en el País Vasco en la dictadura?
- Desvirtuada totalmente no, es imposible: basta ver el PIB vasco desde 1880 hasta nuestros días, la industrialización y modernización del país, su crecimiento demográfico y urbano, su despertar cultural (de Unamuno y Baroja, Regoyos y Zuloaga a Aresti, Martín Santos, Aldecoa, Oteiza y Chillida), para caer en la cuenta que toda visión victimista de la historia vasca es una falsedad, aunque ello no debe hacernos ignorar que hubo, en distintos momentos, gente indudablemente represaliada y perseguida. El victimismo es hoy más una política que otra cosa. La historia es, como dijo Bertrand Russell, la que es verdadera.
