'Ventanas abiertas' en el convento de clausura a la travesía de la Concepción por la artista Ruth Juan. Borja Agudo

Ventanas y estrellas para un convento de clausura

Un mural de Ruth Juan homenajea a las religiosas del monasterio bilbaíno de la Concepción, fundado en 1861

Viernes, 5 de febrero 2021, 01:36

Sor Gloria toca el piano para los viandantes de la travesía de la Concepción. La religiosa y sus compañeras del monasterio encaramado en la colina ... que une Zabala y Bilbao la Vieja aparecen representadas a lo largo del muro que cierra este convento de monjas de clausura. El paño, de cien metros de largo, se ha convertido en una sucesión de ventanas que desvelan un fondo azul estrellado en el que, sutilmente, aparecen las discretas habitantes del lugar. «Quería brindar un homenaje a las residentes y cambiar el aspecto carcelario de la pared», explica Ruth Juan, la artista encargada del proyecto, presentado ayer por el Ayuntamiento bilbaíno. La iniciativa forma parte del desarrollo del programa municipal BLV-ART, destinado a potenciar la cultura como factor de rehabilitación del barrio.

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El imaginario reúne religiosas, animales exóticos, una vegetación sobria y alusiones divinas. «Elegí el espacio y la temática porque quería rendir un tributo a estas mujeres que han desarrollado una intensa labor social», explica la autora, una barcelonesa que, hace ya diez años, cambió las calles del Raval, en el corazón de la Ciudad Condal, por las no menos concurridas de San Francisco. «Son dos espacios muy parecidos porque ambos han experimentado una rehabilitación urbana y cuentan con diversos colectivos sociales», indica.

La iniciativa resultó afectada por el confinamiento. Ruth Juan tenía la idea, pero no podía reunirse con las beneficiarias. «Me enviaron fotografías y, a partir de ahí, puede ver cómo vivían, conocí su cotidianidad, y quise que cada una de ellas, cuatro vizcaínas y cuatro peruanas, se sintiera reconocida en ese muro que las rodea, aunque la puesta en escena sea simbólica».

La artista ha querido que las religiosas se sientan reconocidas en el muro que las rodea

Un proyecto complicado

La artista utiliza el alias de Junita Makina para realizar murales y su nombre real cuando se dedica a la ilustración y el diseño, otras de sus actividades profesionales. La creadora reconoce que el mural de la Concepción resultó especialmente complicado por la superficie acometida y su disposición en cuesta. «Me quedé sin presupuesto y los vecinos hicieron fuerza para conseguir más fondos», recuerda, y señala el vínculo del entorno con el convento. Creado en 1861, fue incendiado por milicianos durante la Guerra Civil, pero las residentes fueron respetadas y pudieron escapar. El edificio fue restaurado tras la contienda y la congregación se reasentó en 1957.

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Esta nueva intervención pública se encuentra en una zona residencial de nueva creación, prácticamente desconocida para quienes no habiten en las cercanías. «Es un entorno relativamente nuevo y agradable», indica Juan, que resalta la vocación artística del barrio. «Hay galerías, tiendas de diseño y estudios, restaurantes y bares modernos, pero también grupos y asociaciones muy emprendedoras que luchan contra la marginación y a favor de los que más sufren la crisis».

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