Las verdes resucitan en 'El Conquis' y Fetato dice adiós a la aventura

Decía Albert Camus –escritor cuya novela 'La peste's vuelve a estar de moda- que el hábito de la desesperación es peor que la desesperación misma. Y perder se está convirtiendo en rutina para el equipo Maja, y la angustia está alcanzando cotas inimaginables en las chicas. Las verdes necesitan ganar para salir del infierno y, sobre todo, para demostrarse a sí mismas su valía. De ahí que accedieran al juego de inmunidad con caracteres variables que basculaban entre la desesperanza de unas y la energía salvaje de otras. Otro escritor más moderno, Dan Brown, lo avisó: «Ante la desesperación, los seres humanos se vuelven animales». Y el arrojo, tesón y, sobre todo, equilibrio y entereza de las 'serpientes' dio su fruto esta vez.

Para empezar, una decisión importante marcó el destino de sus contrarios. Las verdes escogieron a Fetato para que fuera líder de los azules. Estos optaron por darle la corona roja a Iker y los Guaraguao se decantaron por María. La misión de los elegidos era apreciar las indicaciones de Julian Iantzi y sustituir a sus capitanes, que no debían pronunciar palabra durante el juego de inmunidad. La prueba consistía en nadar hasta un cayuco, buscar una antorcha, encenderla y prender después un pebetero. Y todo subidos a la barca y con tres de sus integrantes guardando equilibrio en el temido bauprés.

Las mujeres, bien coordinadas y muy estables, se impusieron desatando la locura femenina. Muy merecida. Los rojos quedaron segundos y los azules no pudieron acabar la prueba porque Fetato se lió, no entendió el juego y su equilibrio brilló por su ausencia. Lo que no esperaban es que el circunstancial líder colorado había metido la pata hasta el corvejón. Iker se equivocó de Ion. Dijo que apostaba por el luchador de Muay Thai y en el campamento se decantó por Ion Quel. «Hay que estar más atentos, es un error garrafal», regañó el presentador antes de comunicarles que su fallo les conducía al campamento muy pobre.

Decepcionado e impotente, Iker mostraba su frustración ante los suyos. «Ha sido un error tan grande que no puedo defenderme», argumentaba. Pero sus socios no perdonaban la confusión. «Esto no es un error, ¡es mucho más que un error!», exclamaba Gotzon enojado. Con todo, el de Oion se salvó al atorgarle las verdes la inmunidad. De esta forma la catástrofe llegó en la asamblea. Los Guaraguao decidieron nominar a Mikel y su líder se cabreó notablemente por ello. «Me parece cobarde», acusaba Gotzon a los suyos. «Aquí él aporta el cien por cien, otros en comparación no llegáis al veinte», reprochaba. Al jefe colorado no le gusta la estrategia de condenar al fuerte y que los débiles vayan superando obstáculos a escondidas.

Eneko quiso ser justo y condenar a Fetato por su falta de atención. Y Gotzon, siguiendo su táctica de mandar al duelo a los que menos aportan, apuntó a Ixku; y fue éste el elegido por el azul para competir en una estructura a la que debían sujetarse con manos y pies mientras iba descendiendo. Concentración y fortaleza eran las bases del reto que el azul perdió a las primeras de cambio. Fetato achacó su caída a un calambre en el hombro, pero Julian no estaba muy de acuerdo y le insinuó que había hecho el ridículo. «¿Tantos años intentando venir para esto?», cuestionaba el comunicador. El bilbaíno no estaba preparado para 'El conquistador del Caribe' y hasta sus propios compañeros lo decían. Su aventura se acabó y los Caguama son cada vez menos.