Quién, en estos tiempos, no quiere ser millonario? Sin duda es el deseo del 99% de la población. Y el 1% restante es porque ya ... lo son, y aún así seguramente querrán más. Los concursos de televisión son una manera de lograrlo. Con ellos hemos pasado del sueño de conseguir una casa en Torrevieja a desear ser como el Tío Gilito, nadando en la abundancia. Viene todo esto a cuento a propósito de '¿Quién quiere ser millonario?', concurso de fama mundial que ha tenido versiones por todo el mundo. En el fondo es un concurso de preguntas y respuestas (sí, como 'Saber y ganar' pero con premios millonarios) y su fama ha hecho que hasta pasase a la pantalla grande: 'Slumdog Millionaire', que es su título original, y que se desarrollaba en la India, llegó a lograr el Oscar a la mejor película.
Ahora Movistar Plus+ ha estrenado una miniserie de tres episodios, dirigidos por el eficaz Stephen Frears, titulada 'Quiz: El escándalo de Quién quiere ser millonario', sobre el caso de lo que podría ser algún concursante tramposo. Real como la vida misma.
Nació en la televisión privada británica y fue un éxito instantáneo. Y apareció un anodino concursante que, pese a sus muchas dudas, fue pasando eliminatorias hasta ganar un millón de libras. Y claro, los productores, que creían era imposible que alguien ganase, empezaron a sospechar que había hecho trampa. Se revisaron las grabaciones del concurso y se analizaron hasta las toses del público asistente. Todo acabó en un juicio que hizo historia, y que aún no ha finalizado porque la sentencia está recurrida. Es una miniserie muy didáctica porque disecciona todo lo que hay detrás de estos concursos, concursos que a veces van contra los concursantes sean o no tramposos. Dentro de lo que cabe.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión