Drama en 'Supervivientes': Sandra abandona a Tom

Cómo les gusta enredar a los de 'Supervivientes'. Rizar el rizo. Era el cumpleaños de Melyssa y la apartaron del grupo para encomendarle una misión. La muchacha se esperaba algo festivo, relacionado con su onomástica, y nada más lejos de la realidad. La chica se encontró de sopetón con Sandra, la novia de Tom, aquella con la que le fue infiel en 'La isla de las tentaciones'. El sobresalto fue inmediato, pero ambas parece que habían fumado la pipa de la paz. La visitante acudía con una noticia bomba: iba a dejar a su novio. «Con los días empecé a ver que volvía a ser feliz y me he dado cuenta de que quiero mucho a Tom, pero no estoy enamorada de él», desvelaba. Un «¡joder!» explicó mejor que nada la reacción de Melyssa.

La concursante debía escuchar atentamente porque luego debía contárselo todo a Tom. «No siento que quiero seguir manteniendo una relación con él», confesaba Sandra, Y así se lo comunicó Melyssa al perjudicado. «Es un poco irónico que te lo tenga que decir yo», comenzaba ante el marroquí que no entendía nada. Agobiado y sin palabras, Tom se echó las manos a la cabeza y rompió a llorar. Melyssa lo consolaba con suma delicadeza. «Es difícil pasar por rupturas, pero se pasa y volverás a ser feliz», le calmaba la chica. Y del llanto al enfado. Brusse empezó a cargar contra todos y Melyssa le paró los pies. «No le eches la culpa a nadie porque tu novia ya no esté enamorada, tú también me lo hiciste a mí», recordó la diseñadora catalana.

«Es una broma, no puede ser», protestaba el incrédulo abandonado. Y Sandra entró en escena. «Tú no has hecho nada, no tienes la culpa. Me di cuenta de que había dejado de ser feliz por toda la presión que tenía encima. Si es que tendría que haberte echado de menos muchísimo», argumentaba Sandra. Y su pareja alucinaba: «Y yo aquí soñando contigo cada día. Lo único que quería era estar contigo, cambiar el pasado y tener un futuro mejor». El culebrón escalaba posiciones y el drama habría sido absoluto de no ser porque Melyssa estaba sentaba en la arena, con una tarta de cumpleaños en su regazo, presenciando la escena sin saber dónde meterse. Todo más surrealista que Dalí pintando un Goya.

Sobera, para echar más leña al fuego, insinuó que igual había terceras personas y Sandra se revolvió: «Julen (el supuesto amante) vive cerca de casa y tenemos el mismo entrenador, nada más. Jamás te he sido infiel», proclamaba. «Tú no te imaginas lo duro que es estar aquí y encima vienes a dejarme», censuraba el joven. Y entonces Sandra apeló al oficio televisivo. «No dejes que lo personal te joda en lo profesional. Siempre has sido así, sigue siéndolo», arengó para que se centrara en el concurso. «Estoy alucinando», acertó a decir Tom antes de abandonar el lugar.

Lejos del escenario principal, Sobera volvió a reunir a la pareja y les propuso que pasaran la noche juntos para acabar de darse explicaciones. Brusse le suplicó que aceptara y Sandrá plegó velas y consintió. Así acabó la telenovela isleña. Ahora queda saber qué ocurrirá en el próximo capítulo tras la velada nocturna.