Drama en 'Supervivientes': A Anabel Pantoja se le va a caer el pelo

Están a punto de finalizar la aventura en 'Supervivientes', pero la organización no deja de sorprender a los concursantes con acciones que, como en el caso de Anabel Pantoja, acabaron provocándole el llanto. Lara Álvarez avisó de que se abría un horizonte de esperanza con las comidas que ellos mismos habían pedido como recompensa. Pero claro, toda gratificación tiene un coste. Así comenzaba un juego de tentaciones que rompió a la sobrina de la tonadillera.

Anabel acudió a la llamada de la presentadora y se encontró con una hamburguesa gigante con toda su guarnición. El tamaño del bocata era impresionante y la joven se vino abajo pensando que el precio a pagar sería acorde con la dimensión del regalo. Y no le faltaba razón. Al lado del colosal filete estaba una maquinilla de afeitar. «Te llevas la hamburguesa y, a cambio, te rapas la cabeza», informó Lara. Pantoja se echaba las manos a la cabeza y las lágrimas comenzaban a cubrir su rostro. «No, mi pelo no. Ni de coña», sollozaba. Pronto entró en razón y comenzó a negociar. «¿Me lo tengo que rapar al cero o con cortarme un poco la melena basta?», preguntaba. El rostro de la comunicadora indicaba que, de momento, no había trato.

Para alargar la agonía, Lara pidió a Anabel que se sentara en una silla con la titánica hamburguesa a su vera. Y fue llamando a sus compañeros para proponerles tratos diferentes. Así, Kiko Matamoros se llevó un flan y unas natillas, pero a lo largo de siete días solo él podrá pescar en la isla. Poco le importó al tertuliano el comer del resto y pidió perdón de antemano, sabedor de que su caña no suele triunfar. Alejandro Nieto también picó. Y a él sí le tocó maquinilla. El joven se rapó parte de la testa a cambio de dos pizzas calzone.

Ana Luque se llevó un bol repleto de chuches e Ignacio de Borbón, unos canelones rellenos de carne. La primera deberá cerrar la boca durante una semana ya que tiene prohibido hablar y el segundo perderá la vista durante unas cuantas jornadas, un antifaz se encargará de cegarle las 24 horas. Nacho Palau también llegó a un acuerdo. Al de Miguel Bosé le tentaron con una enorme tarta de chocolate que cató por ser el único encargado de abrir cocos y almendras en la playa. Eso sí, él no podrá probar bocado de lo que abra. Faltaba Yulen Pereira y el deportista no dudó en ponerse un tanga, única prenda que llevará en el futuro, a cambio de un plato del pollo que cocina su madre.

Una vez habían pasado todos por el 'mercadillo', Lara se dirigió de nuevo a Anabel que seguía en estado lacrimógeno. «Raparme no, es que me crece el pelo muy despacio», protestaba. La presentadora, viendo la tragedia griega en la que se estaba convirtiendo el juego, negoció. «Mira, el pan, cinco centímetros de pelo; el pan con carne, diez centímetros; pan con carne y bacon, quince centímetros; y todo completo, treinta centímetros», ofreció. Y Anabel claudicó. Eso sí, como no le gusta la cebolla y los pepinillos ganó cinco centímetros en el corte. Lara le pegó un tijeretazo y le avisó de que el jueves le cortarán el resto de la melena. Vamos, que se le va a caer el pelo.

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