El DJ Steve Aoki sorprende en 'El Hormiguero': «Creo que es posible parar el envejecimiento»
El americano acudió a la llamada de Pablo Motos y habló con él de neurociencia: «Llegará un momento en el que se dirá: ¡Anda, antes la gente se moría!»
Es un Dj y productor estadounidense de fama mundial. Steve Aoki realiza más de 200 conciertos al año y no para. Tanto se afana en su oficio que llegó a 'El Hormiguero' con cara de cansancio. Y es que no había dormido mucho porque venía de pinchar en Ibiza. «Es una locura, pero llevo haciendo esto casi veinte años y soy muy disciplinado y me organizo bien. Y también me divierto», aseguraba. 'Paragon' es su nuevo disco y 'Heavenly hell' el single más reciente. Pablo Motos preguntó a su invitado por la discoteca más alucinante que conoce. «Algunas de las mejores están aquí, en España. Y no lo dijo en broma. Es una pasada. Es más importante la gente que el espacio», afirmaba. El presentador, sabiendo que a su invitado le gusta hacer versiones de canciones clásicas, le propuso versionar 'Paquito, el chocolatero'. A Aoki le impactó ver cómo todo el público bailaba la misma coreografía.
Si algo caracteriza los espectáculos de Aoki son los tartazos. «Siempre quiero que mis shows sean especiales y para eso tienes que hacer cosas diferentes. Una vez compré una tarta y había un loco en las primeras filas que me pedía que se la tirara. Lo hice y todo el mundo se volvió loco, así que no he parado. Llevo desde 2011. Trece años tirando tartas», contaba entre risas.
El músico americano es polifacético. En la pandemia llegó a ganar 12 millones de dólares comprando y vendiendo cromos. «Son tarjetas digitales, NFTs. En ese momento triunfaron. Como estaba todo parado, yo buscaba formas alternativas de entretenerme. Y me obsesioné con todo ese mundo», avanzaba. Aoki se metió de lleno en el coleccionismo. Tiene un cromo de Pokemon que vale 1,4 millones. «Hay gente muy loca que paga lo que sea. Está en una caja fuerte porque vale demasiado. Tengo una foto para verlo de vez en cuando», desvelaba. Y remataba: «Mi casa es como una juguetería de coleccionables».
El artista empezó haciendo conciertos en su casa, un piso de estudiantes de 40 metros cuadrados. Hace poco regresó. Y se montó la mundial. Y es que Aoki se ha convertido en todo un referente parta las nuevas generaciones. «Creo que todo es posible si te lo propones. Cuando estaba en la universidad puse en marcha un sello discográfico por 400 dólares. Tienes que ser creativo», anima. Otra de sus pasiones es la neurociencia. «Hay una cosa que es muy importante y es hacerse un seguimiento de las ondas cerebrales. Me importa mucho mantener la cabeza tan bien como el cuerpo», aseguraba. Y lanzaba un importante mensaje de cara al futuro. «Creo que es muy posible parar el envejecimiento. Los avances tecnológicos son increíbles. Simplemente tenemos que vivir hasta que se consiga eso y yo creo que está cerca. Llegará un momento en el que se dirá: ¡Anda, antes la gente se moría!», zanjaba.