Sergio Dalma odia que le pongan 'Bailar pegados' en un restaurante

«Esto nació en pleno confinamiento y cada canción que yo recibía entonces era un chute de energía», explicaba Sergio Dalma sobre su nuevo disco, 'Alegría', con el que acudió a 'El Hormiguero'. Pablo Motos inició la entrevista, pero el invitado le cortó súbitamente. «¿Por qué me imitas hablando?», preguntó con sorna refiriéndose a la ronquera que arrastraba el presentador, que aseguró que tenía la voz tomada. «Pues yo estoy más Dalma que nunca», compartió el artista indicando que él también sufría carraspera. «Es la leche, y sin parar de hacernos test por si acaso es Covid», informó el comunicador.

El solista evocó sus inicios en el mundo de la música y cómo han cambiado las cosas desde entonces. «Recuerdo que en la primera compañía en la que estuve teníamos que elegir muy bien el orden de las canciones en el vinilo. Y tenía sentido porque al final del acetato se perdía calidad y ponías las canciones más flojas al final», descubría.

Uno de los objetivos que se ha marcado Dalma con su nuevo trabajo es sosegar un poco a la sociedad. «Creo que con todo lo que hemos pasado estamos heridos emocionalmente. Para el primer single, 'Noche de san Juan', grabamos un vídeo mostrando diferentes situaciones de crispación y yo aparezco en plan superhéroe poniendo paz», informaba.

Tres décadas dan para mucho y son varias las canciones de Dalma que ya forman parte de la historia musical de este país, así que no es de extrañar que se encuentre con ellas en distintos lugares. «Cuando estoy en un restaurante y suena, por ejemplo, 'Bailar pegados', me joden la comida. Lo odio. Es que estás comiendo y estás más pendiente de los fallos que tienen», descubría. La fama acompaña al cantante desde sus inicios, «pero yo soy de aquellos a los que les gusta pasar desapercibido», avisaba.

El entrevistado admitió que el temple no es algo que reine en su vida. «Soy muy paciente en mi trabajo, pero cero en el día a día. Y con las compras soy muy peligroso. Cuando tengo un día gris me da por comprarme algo: un libro, un vino…», reconocía. Y otra cosa que le caracteriza es su sensibilidad. «Igual es cosa de los años, pero me estoy volviendo un llorón. He pasado un confinamiento muy jodido y ahora lloro por cualquier cosa. El otro día lloré viéndote con Serrat. Estoy más sensible que nunca», manifestaba. Puestos a desvelar secretos, Dalma también confesó que le entusiasma mirar portales inmobiliarios en internet. «Pero es porque me encanta la decoración. Veo casas y cojo ideas. No fantaseo con comprármelas», matizó.

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