Doble expulsión y primeros finalistas en 'Secret Story'

Se precipita la final de 'Secret Story'. En la última gala se produjo la expulsión habitual y otra, un tanto atropellada, que dejó sin habla a uno de los invitados. Vayamos por partes. Carlos y Colchero se jugaban la eliminación y fue el sevillano el castigado por la audiencia. Quienes lo acusaban de ser «un mueble» en la casa aplaudieron satisfechos la decisión y el joven, apoyado en muletas tras sufrir un accidente en una de las pruebas del concurso, acató con gallardía su despido. Carlos Sobera tenía una pregunta que hacerle cuando lo recibió en plató. «¿Sentías algo más que amistad por Adrián?», cuestionó el presentador. «Noo, solo somos buenos amigos», aclaró el muchacho. Las muestras de afecto profesadas entre ellos suscitaron sospechas que quedaron en eso. Buenos amigos, nada más.

Una vez desterrado Colchero, las nominaciones apuntaron a Sara, Rafa, Marta y Adrián. Y en pocos minutos se decidió que la castigada fuera la canaria. Solo dos semanas en 'La casa de los secretos' bastaron para que la joven se liara con Tom Brusse y la pasión, muy cuestionada en redes sociales, fluyera. Así que no es de extrañar que el marroquí flipara al conocer la mala noticia. «No me lo creo», repetía una y otra vez pensando que solo se trataba de una broma. No, Sara está eliminada y Rafa, Cora, Marta, Adrián y Carlos son los finalistas de esta edición. La caída de audiencia ha propiciado una despedida alocada y el domingo, en una gala especial conducida de nuevo por Sobera, se expulsará a uno de los finalistas y todo apunta a que la semana que viene finiquitarán el 'reality'. Los 'Supervivientes' aguardan con impaciencia.

La velada estuvo plagada de amores, algunos más verosímiles que otros. Para empezar está la pareja formada por Adrián y Marta, discutida por casi todos sus compañeros acabará siendo la más estable. «Estoy enamorado, esto no lo había sentido nunca», confesaba él. Ella se entrega a tope y Adrián mide cada uno de sus pasos, pero el amor se abre camino y el dúo apunta maneras. Quienes los critican se miran en el espejo de Sara y Tom, que en pocos días se han convertido en los amantes de Teruel. Y como en la leyenda, lo suyo acabó en drama. Por la expulsión repentina de ella, digo. Lo suyo es de auténtica telenovela con sentencias que parecen sacadas de un guion venezolano. «Con Sara la cosa está calentita. Quiero hacer el amor con ella. Es un huracán canario. Me transmites amor, mucho amor», expresaba Brusse cual galán embelesado. Y no se quedaba ahí. «Queremos la hora sin cámaras porque por la noche necesitamos bomberos», remataba. No hizo falta avisarlos porque la joven ya no compite.

Un último hechizado: Rafa. El conquense, entre broma y broma, admitió que siente algo por la desaparecida Carmen. «Me he enamorado de ella totalmente», manifestaba. Y ella, desde plató, suplicaba verle. «Quiero estar con él», clamaba con esa sonrisa perenne que despista lo suyo. Sobera insistió durante toda la noche en que tenía una sorpresa para la murciana, pero no se sabrá hasta el domingo. Y poco más hay que contar, algún follón sin importancia entre las gemelas y todo el que pasa por delante, alguna tontería de esas que protagoniza Miriam Saavedra, y algún baile animado de Sobera que procura dinamizar como puede un formato que cada vez tiene menos chicha.

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