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Paco León nació en el barrio sevillano de Parque Alcosa. El actor creía que el nombre de este polígono construido en los setenta provenía del árabe, y hace poco descubrió que significa Alberto Cortina S. A. El Luisma de ‘Aida’ creció entre el bar en el que trabajaba su padre y unas calles en las que aprendió a ser más listo que el hambre. Ya en su primera película como director, ‘Carmina o revienta’, dibujaba una España pícara y zafia, de barras de tasca, bolsas del Día y niñas poligoneras. Auténtica. Ocho años en la serie que le hizo inmensamente popular no impidieron que León velara sus armas dirigiendo cortos y obras de teatro. Su mirada aguda y tierna, arrabalera y sofisticada, no solo ha parido películas libres y espléndidas, como ‘Kiki, el amor se hace’, también se ha interrogado sobre la mejor manera de llegar a un público que le adora.

Y es que Paco León tiene esa rara capacidad de conectar con la gente de la calle, y no solo por su millón y medio largo de seguidores en Twitter. ‘Carmina o revienta’ provocó un terremoto en el cine español al estrenarse al mismo tiempo en salas e internet. Su intención era provocar un debate sobre las ‘ventanas’ de exhibición, que obligan a esperar un tiempo a que las películas salten de los cines a la red; paradójicamente, el filme hizo la mayor parte de sus espectadores en un formato al que se daba por muerto: el DVD. Su secuela, ‘Carmina y amén’, la proyectó gratis en cien cines de toda España un día antes de su estreno ante la imposibilidad de rebajar el precio de la entrada.

Su siguiente proyecto también derribará barreras establecidas. León dirigirá e interpretará para Movistar Plus ‘Arde Madrid’, una serie inspirada en las noches salvajes de Ava Gardner en Madrid, cuando toreaba coches frente al Castellana Hilton (hoy Intercontinental), lo daba todo en Chicote y despertaba borracha al general Perón, su vecino en la calle Doctor Arce. Quince años de despendole en la España franquista que el director contemplará desde el punto de vista de los empleados de la actriz y que rodará, atención, en blanco y negro. «Tiene un punto de Berlanga, de Wilder, del neorrealismo italiano... De cine del bueno», promete.

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