Miguel Ángel Revilla y Abel Caballero compiten por quién es más famoso

En su primera visita a 'El Hormiguero', Abel Caballero aseguró, medio en broma medio en serio, que era más famoso que Miguel Ángel Revilla. Y claro, el presidente de Cantabria, asiduo al programa, no iba a quedarse atrás. Así que para limar asperezas ambos accedieron a compartir mesa en una cita muy especial. «Es la primera vez que estoy aquí con una pareja», comentaba Revilla. Y la banda sonora de 'Rocky' anunciaba pelea, pero nada más lejos de la realidad.

«Hay que poner un cronómetro para contar los tiempos», bromeaba el cántabro que comenzó revelando que Pedro Sánchez «tiene un saque importante». Revilla le invitó a comer en su tierra y parece que el presidente del Gobierno le puso ganas. Lo curioso es que días después, ya en Madrid, el de Cantabria le devolvió la visita. «Y me invitó a comer, pero no pagó. Me dejó la cuenta. Un despiste lo tiene cualquiera», ironizó. Caballero, sin embargo, sostuvo que él sí ha compartido mantel con Sánchez varias veces, «y siempre pagando él», precisó. «Se nota que eres socialista. Yo no me voy a afiliar para que me invite a comer», bromeó Revilla.

El termómetro de la popularidad, según el presidente de Cantabria, lo da 'El Hormiguero'. «Fui a México a la toma de posesión del presidente y creía que allí iba a poder ir tranquilo por la calle, pero no. Me reconocían. Y era por el programa», garantizaba. Pero una cosa es la popularidad y otra el populismo. «Esa acusación la hacen siempre los que pierden. El populismo es cuando prometes y no cumples. Y en mi caso solo hace falta que vengas a Vigo y lo veas. Hemos revolucionado la ciudad», comentaba Caballero. Y Revilla remataba: «Lo siento, pero no puedo ser de otra manera. Me gusta hablar con la gente, ir a ferias, a un sitio donde la gente canta y cantar yo también…».

La pareja comentó que van a tener un avión que conectará Vigo con Cantabria. «Lo puso el gobierno cántabro y le quiero decir a Revilla que yo voy a cooperar en eso también, tratar de reforzarlo y que haya más de dos vuelos a la semana. Un vuelo genera mucha economía», sostenía el vigués. La cordialidad solo se disipó cuando hubo que resolver dónde llovía más. Ahí y cuando hablaron de Alberto Núñez Feijoo. Mientras Revilla lo elogiaba, Caballero torcía el gesto. «Yo no hablo bien de él porque no trata bien a mi ciudad», argumentaba. Por lo demás, ambos coincidieron en que sus mujeres llevan una libreta para apuntar lo que les pide la ciudadanía.

La reforma laboral les gusta a ambos. «Por primera vez en la historia los empresarios y los trabajadores están de acuerdo y algunos partidos lo van a tumbar. ¡Si en Europa llama la atención! Vamos a hacer el ridículo», opinaba Revilla. «Hay que optar por construir o no construir», añadía el primer edil. Esas desavenencias eternas entre partidos no van con los entrevistados. «Nosotros no seríamos capaces de insultarnos. Nos entenderíamos», manifestaban casi a dúo. Y al unísono enviaban un mensaje tranquilizador. «Después del Covid, el tema es meter miedo. Ahora nos han sacado Ucrania. Y no va a pasar nada. Si ahora hay una guerra no gana nadie, nos vamos todos al garete», decía Revilla. Caballero asentía: «Comparto que no tenemos que dramatizar, pero sí estar atentos». Y el cántabro remataba: «Putin no es tonto del culo. Si ahora los rusos son más capitalistas que los americanos. Esto es un tema de hegemonía de espacio porque Ucrania es el granero de Europa. No va a haber guerra».

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