Granados se emociona con Évole al recordar su fianza: «Me ha hecho llorar este cabrón»

No le costó mucho a Jordi Évole lanzar el primer dardo a Francisco Granados: «Debe ser el único preso de España que acaba en la cárcel que él mismo inauguró». El expolítico, que pasó dos años y medio en Estremera, lo esquivó como fue posible: « No era yo el que inauguraba porque las cárceles dependen de las competencias del Estado».

«Por la noche, me cantaban el himno del PP y me decía 'vota a Podemos'», rememoró anoche frente a Évole sobre su paso por prisión, del que confesaba que había significado «perder su mundo». No iba a ser el periodista el único con derecho a levantar ampollas. Al calor de la conversación, Granados no evitó mencionar a las amistades que había dejado por el camino: «No he perdido amigos, porque si los he perdido, es que no lo eran. Pero sí he tenido alguna decepción importante». Dentro de estas últimas incluye a Luis de Guindos, del que contó que «eran amigos desde los 20 años» y que «no ha vuelto a saber nada más de él».

Y, si de amigos de Granados se tiene que hablar, Esperanza Aguirre no podía faltar. Atesora hasta cuatro fotografías enmarcadas junto con la exalcaldesa. «¿Síndrome de Estocolmo?», asestó Évole. «¿Cómo no voy a echarla de menos? Muchas de las cosas que he aprendido en política y en la vida las he aprendido con Esperanza... ¿El final? Fue lamentable, sobre todo en las formas, evidentemente», contestó añadiendo que le «había sentado como un tiro» que lo llamara «rana».

La entrevista, que tuvo lugar en la casa de Granados, recorrió el salto de Granados de ser el número 2 del PP madrileño a estar pendiente de juicio, acusado de blanqueo, cohecho, malversación de fondos, prevaricación... Pero para lo emotivo siempre hay tiempo. Por eso, Jordi Évole se interesó sobre el momento más feliz dentro de prisión. Granados lo tiene claro: el instante en el que le confirmaron que ya contaba con una fianza. «Dos funcionarios me dieron la noticia... Salieron, me abrazaron y se emocionaron conmigo».

De lo que no se acordaba mucho Granados era de lo que ponía en la libreta negra que incautó la Guardia Civil y que, a su juicio, contenía indicios sobre la posible financiación ilegal del PP. Sobre estas anotaciones también preguntó Évole: «IN, OUT... 300, 200... ¿Esto tú dices que son personas que salen y entran de actos?». Y, sí, Granados se reafirma en lo que ya ha respondido tantas veces.

Tensión, reflexión, defensa propia y algún que otro mea culpa, como reconocer que había sido un error declarar ante el juez que Cristina Cifuentes e Ignacio González tenían una relación íntima definen la reaparición pública de Granados.

El programa consiguió ser el más visto del día en La Sextay, en su franja de emisión, solo le pasó por encima Telecinco con el debate de Supervivientes.