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Ramón García, flanqueado por las copresentadoras del programa: la streamer Cristinini y la actriz Michelle Calvó. RTVE

'Grand Prix': cómo triunfa hoy un concurso de hace 20 años... y sin vaquilla

«Cada año lo ofrecíamos y nunca recibíamos el sí. Yo estaba seguro de que iba a funcionar», dice Ramón García

Jueves, 27 de julio 2023, 00:22

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Los niños que no habían visto jamás 'Grand Prix' (llevaba 18 años sin emitirse) lo descubrieron el lunes. Y les ha encantado. El 40% de los chavales de 4 a 12 años que estaban pegados a la tele en ese momento eligieron el programa de Ramón García, que tras casi dos décadas de espera, ha regresado a la televisión pública con un 'datazo': más de 2,5 millones de espectadores y un 26,1% de 'share'. Se ha adjudicado el título de mejor estreno del año en la tele. Y no se lo cree casi ni el propio Ramón: «Yo no tenía ninguna duda de que iba a funcionar porque llevo casi cuarenta años en este oficio y lo conozco bien, pero reconozco que la cifra de audiencia está por encima de lo que yo había calculado». El próximo lunes, vaticina, «se irá moderando porque el estreno había causado mucha expectación».

Cuenta Ramóntxu – «la gente que me conoce de siempre me sigue llamando así, pero los jóvenes, curiosamente, me dicen Ramón»– que en estos 18 años que hace que no se emitía no ha pasado apenas ninguno que no llevara la propuesta a la tele. «Lo tuvimos a punto de caramelo en una ocasión, pero nunca recibíamos el sí. De repente, nos llama la nueva dirección de RTVE y nos dice que lo quieren. No teníamos nada porque el atrezzo, el vestuario... Todo estaba guardado en un almacén, pero se había estropeado. Así que en tiempo récord hemos montado la piscina, los troncos, los trajes...».

Como si no hubieran pasado el tiempo... O casi. Porque hay cambios. «Hace veinte años salía un ballet de chicas en minifalda haciendo las cortinillas, pero eso hoy sería impensable, yo no lo aceptaría. Es algo de otro tiempo».

La vaquilla es ahora un muñeco.

– Tampoco hay vaquilla

– No, yo lo he peleado, pero la ley no permite animales en televisión y contra la ley, obviamente, no se puede ir. Hay que adaptarse a los tiempos, lo hemos hecho. La mantenemos como logotipo, pero ha sido tal el éxito que ya nadie se acuerda de la vaquilla.

Y ahí reside, considera Emilio A. Pina, productor de cine y televisión, parte del éxito del regreso del 'Grand Prix'. «Igual que desapareció el circo romano han desaparecido espectáculos como la vaquilla y eso demuestra la evolución. Ha sido un logro del programa adaptarse a los tiempos», valora el experto. Coincide Rosa Belmonte, crítica de televisión. «Queda claro que no era la vaquilla viva el éxito del programa. Serán las pruebas y el tono».

Y más. Porque Pina atribuye la otra mitad del éxito al propio Ramón. «Es una institución, un presentador muy ligado a la televisión pública. Es estupendo que se mantenga tantos años. Siempre es bienvenido a casa porque es casi de la familia». Y es que a él se le vio el lunes poco menos que como un chaval jugando. «Me preguntas si soy incombustible, pero siendo de Bilbao eso está respondido, ¿no?», bromea García, que confiesa que sí, que se lo ha pasado como un niño. «El programa está en mi ADN y me divierto muchísimo. Mis amigos me decían: 'Se te ve feliz'».

Lo está. Por la audiencia, sí, pero sobre todo porque lo ha logrado con un espacio de gran formato y familiar, que parecía una cosa de otro tiempo. «Estoy muy orgulloso de eso. ¿Cómo que la gente no se junta ya para ver la tele? ¡Pero si nos hemos vuelto individualistas en el consumo precisamente porque nadie pone en marcha un formato familiar! Me contaba el lunes una amiga que en su urbanización, donde hay muchos niños, una madre salió el lunes a la noche gritando a la ventana: '¡Chicos, a casa, que empieza el 'Grand Prix'! Y se quedaron vacíos los columpios. ¡Como hace veinte años!».

Ramón García y Julia Alfaro, presentadores del programa en el año 2000.

Ahí está también otra de las claves, el reclamo nostálgico. «El formato en sí es muy potente, pero el toque de nostalgia ayuda al éxito. Aunque, ya ves, los niños no nos conocían y les ha encantado. Y para ellos era nuevo», recuerda. «En un escenario de audiencia tan fragmentada contenidos familiares de este tipo ya no se hacen. Y eso hay que ponerlo en positivo. Porque el éxito de este programa demuestra que sí, que todavía se pueden hacer», valora Pina.

La mecánica del concurso es sencilla: pueblos pequeños compiten entre sí en juegos de habilidad. Y he aquí una cuestión que aúna entretenimiento con servicio público: «Responde al objetico de la televisión pública de acercar a la televisión los pueblos, de darles visibilidad», destaca el productor.

Siempre fue así, pero hace veinte años no se hablaba de la España vaciada. Y algunos de esos municipios van ahora a la tele y sale su nombre –se admite la participación de localidades de 10.000 habitantes como máximo–. «Ese es el concepto de pueblo, un sitio pequeño donde la gente está unida por un nombre».

– ¿Han recibido muchas solicitudes?

– Mandamos emails a todos los pueblos que cumplían las condiciones, pero con las elecciones municipales tuvimos que esperar la confirmación de muchos cuyo alcalde había cambiado. Hemos ido a contrarreloj, pero hay tantos municipios que quieren participar que tendríamos suficiente para hacer el programa años y años. ¡Todos los pueblos quieren venir al 'Grand Prix'!

Y es que no solo es «un programa de juegos» para que se entretengan los del pueblo y la audiencia, «salir en el concurso es una campaña de publicidad para el pueblo... No sabes lo que repercute. No hay dinero que pague eso...», asegura García.

– Después del exitoso regreso del programa, ¿las campanadas están cantadas?

– ¡Uy, no sé... Eso es en diciembre...!

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