Pesadilla en 'First Dates': quiere impresionar a su cita en la pista de baile y se le rompen los pantalones

Muchas personas han soñado alguna vez que se quedan desnudos delante de un montón de gente. Que se te rompan los pantalones delante de una chica que te gusta es lo más parecido a esa pesadilla que se puede dar en la vida real. Pues es lo que le ha pasado a David, un soltero de 'First Dates' en lo que él había considerado «mi momento» para demostrar a su cita «quien soy». Por desgracia, la conclusión final de Rosa sobre su aspirante a Fred Astaire en la pista de baile es que «no estaba preparado para tanto».

En el programa emitido este martes en Cuatro, todo parecía ir bien para David durante la cena con Rosa, de la que se iba prendando a medida que transcurrían las horas. Parecía la pareja perfecta para este ingeniero informático que la miraba embelesado hasta el punto de piropearla: «Guapísima, estás estupenda». La joven, que confesaba no tener mucha suerte en el amor por lo que sigue buscando su «príncipe azul», también parecía satisfecha con su cita: «Es un chico guapo, elegante y tiene cuerpo, se le ve deportista».

Mientras tanto, la joven contaba a Carlos Sobera que «me gusta leer, medito, soy budista». Por su parte, David comentó que se sentía atraído por la filosofía oriental. La cosa iba bien. Pero, entre tanta quietud, Rosa también se describió como una chica muy activa a la que le gusta mucho «el deporte, caminar, ir a la montaña o a museos». David dijo que él también pasa el rato «leyendo, pintando e incluso escribiendo poesía». De nuevo, otra feliz coincidencia.

Pero lo que le terminó de enamorar a David fue la profesión de Rosa: bailaora desde los 15 años y que viaja por todo el mundo con su arte. Toda una señal para alguien con «un pasado oscuro», ya que hasta 2003 fue bailarín. Un pincelada de misterio a la que ella no dio ninguna importancia, ya que ahora lo que realmente necesita es «un informático en su vida» tras una vida sentimental algo errática. Parecía que eran la pareja perfecta, pero el desastre era inminente.

Fue entonces cuando comenzó a sonar la música en el salón de citas. La oportunidad perfecta para que David demostrase en vivo y en directo sus habilidades como bailarín ante Rosa. Era el momento de darlo todo y no defraudó, convirtiéndose en el centro de todas las miradas gracias a su gran pericia y flexibilidad. Hasta que ocurrió lo inevitable cuando uno lleva pantalones de pinzas y se abre de piernas en mitad de la pista. La tela no dio más de sí y se rompió dejando al aire su ropa interior.

Pese al incómodo momento que le hizo ponerse rojo de vergüenza, David siguió con su baile e incluso volvió a abrirse de piernas. De perdidos al río. Por fortuna, Rosa se tomó el inoportuno incidente con muy buen humor: «Estaba muy nervioso, si se hubiera relajado podría haber dado más de él porque baila muy bien», valoraba.

Y lo mejor es que la historia tiene un final feliz. Finalmente, la joven le dio el 'sí' para una segunda cita tras unos minutos que se hicieron eternos para su pretendiente. «Me ha encantado y sorprendido», añadía Rosa ilusionada. Un ejemplo más de como el amor se abre paso ante las adversidades, roturas de pantalón incluidas.

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