El equipo verde se desmorona en 'El conquistador del Caribe'
Las Atabey perdieron a una de sus integrantes más fuertes y el buen rollo comienza a tambalearse: «Hay muchos lloros que no me los creo, son fingidos»
Las verdes no pasan por su mejor momento en 'El conquistador del Caribe'. Llevan muchos días sin comer, no rematan sus pruebas y comienzan a aflorar los roces entre ellas. El juego de inmunidad parecía ser su tabla de salvación, pero acabó siendo su condena. Se trataba del clásico reto del bauprés. Para empezar, había que escoger al integrante más desequilibrado de cada equipo. Pinky, de los azules; Aitzol, de los rojos, y Annie, del conjunto femenino; fueron los escogidos. Los elegidos culminarían el reto guardando el equilibrio en la parte más estrecha de la embarcación.
Una zona boscosa era la salida de la prueba. Nadando, pero sin mojar las antorchas, todos debían llegar a las barcazas, recorrer varios trayectos concretos e ir encendiendo pebeteros hasta alcanzar la ikurriña. Los Corocote lograron una ventaja importante y su buen hacer les condujo a la victoria. Rojos y verdes estaban casi empatados, pero a Aitzol se le cayó la antorcha al agua y aquello eliminó al equipo masculino. La decisión enfadó notablemente a Andrea. «Me toca los putos huevos. Antes de intentar encenderlo de nuevo ya nos han dado por perdidos», se lamentaba la capitana colorada.
Entre las chicas tampoco reinaba la alegría. A pesar de quedar segundas, los reproches abundaron. Line, que era una de las que debía guardar equilibrio, se quejaba de la presión recibida. «Creo que ha faltado tranquilidad», recriminaba a sus compañeras. Y Aini respondía brusca. Nakor zanjaba la discusión, pero el resentimiento continuaba. «Con Line tengo una relación cordial, pero no puedo decir que sea mi amiga. La veo bastante más estratega que yo. Creo que tiene una careta. Hay muchos lloros que no me los creo. El llanto después del juego para mí ha sido muy fingido», afeaba Aini ya en el campamento pobre. «Hemos remado como el culo. Ya no podemos ser blanditas», proclamaba Annie consciente de su situación.
Los Yocahu acudían a la asamblea más enteros. Eso sí, todos reprocharon el gesto que tuvo Urko al abandonar, comiéndose sus latas delante de sus compañeros antes de marcharse. Julian Iantzi les propuso un intercambio: comida a cambio del pedernal que atesora Iban. «No dude el primer día y ahora tampoco», rechazó el joven justo antes de saber que era el nominado de los azules. Los colorados clavaron sus lanzas ante Iñigo y los capitanes optaron por condenar a Jokin.
Nakor y Nahia decidieron apostar por la fortaleza de Ianire y mandarla a un duelo muy complicado. Se trataba de recorrer una tirolina sin vinculación alguna e ir recogiendo banderines colocados de forma siniestra. Ianire prefirió batirse con Jokin librando a Iñigo del infierno. Y la joven cayó como una jabata. Iban ganó la prueba y Jokin alcanzó dos enseñas, librándose de la expulsión. La de Azkoitia lo intentó con todas sus fuerzas. Llegó a caerse hasta tres veces y, pese a que quería continuar, le recomendaron dejarlo. «La aventura me ha pasado factura», decía llorando. Ya solo quedan cinco verdes y, para colmo, no se llevan del todo bien entre ellas.