«Esta edición ha sido un auténtico infierno»

- Como un día le diga alguno de sus hijos que se quiere apuntar al programa...

- Pues le diría que muy bien, ya verás cómo a la vuelta valoraría más lo que tiene en casa. 'El Conquistador' es un baño de realidad para los participantes, que se dan cuenta de que las cosas realmente importantes son las más básicas: comer tres veces al día, una ducha... Cuando los finalistas hacen una videollamada a su familia no pueden parar de llorar. Y en casa jamás se hubieran imaginado llorando por hablar por teléfono con sus padres.

- Este año le va a ayudar en la tarea Lur Errokondo, presentadora de 'Naufragoak'. ¿Qué tal se apañan entre los dos para 'mandar'?

- Muy bien. Es una chica que no viene del mundo 'Conquis', sino del deporte, y es como yo: ¡un auténtico terremoto! A las cuatro y media de la mañana ya bajaba a desayunar con una energía... Así que, lejos de chocar, nos vamos a retroalimentar. No le he escuchado una sola queja en todo el programa. Y fíjate que hay razones para quejarse.

- Usted tendrá menos (razones) que los concursantes. Por lo menos comerá mejor.

- Sí. No hay mucha variedad, pero el equipo come bien. Siempre hay arroz, con frijoles y sin frijoles, de pescado solemos tener mero, carne, muchas sopas, patatas fritas... Un catamarán nos trae la comida y hay días que comemos a las tres de la tarde y otros a las once de la mañana. Un plato y, como mucho, un flan de postre.

- Y los concursantes, ¿qué comen cuando salen?

- En cuanto grabamos la despedida les damos de comer. Intentamos darles lo que les apetezca. Si alguna vez han dicho que se comerían una hamburguesa, se la ponemos. Si otro tiene capricho de bizcocho de chocolate, lo sacamos de donde sea. Siempre les aconsejamos que coman poco a poco, pero lo hacen con ansiedad y esa ansiedad les dura días. Al día siguiente de ser expulsados vuelan a casa.

- 'El Conquistador' es una 'rara avis' en la televisión. No hay 'reality' de semejante dureza.

- Lo que se hace en este concurso es una auténtica burrada, no habría mucha gente dispuesta a hacerlo. Los trabajadores del programa flipan con la respuesta de los concursantes. Suelen ser profesionales que han trabajado en muchos 'realities' y dicen que no han visto nunca concursantes como estos. Es muy duro, la gente no está al cien por cien de físico, hay desgaste emocional...

- Lo más parecido que hay en la televisión hoy es 'Supervivientes'. ¿Le apetecería algo así?

- 'Supervivientes' tiene otros objetivos, pero va como un tiro. Yo soy comunicador y me adaptaría a cualquier programa. Ahora bien, entre Lara Álvarez y yo... (risas). Iba a machacar bien a los concursantes. No iría con triquini, pero sí con un látigo, ja, ja, ja.

- En otros 'realities' dan mucha importancia a las tramas personales, a los romances... En 'El Conquistador', poco de eso. A ver si va a ser verdad eso de que los vascos no ligan...

- No no. Los vascos sí ligan, que la globalización ha llegado también a Euskadi (risas). Pero en 'El Conquistador' no están para pensar en eso. Si ganas y vas al campamento rico... todavía, pero cuando pierdes sale lo peor de ti mismo, afloran los malos rollos, brotan los cabreos... Además, no hay intimidad. Si de repente surgiese alguna historia así lo grabaríamos, claro, pero no vamos buscándolo. Ni nosotros ni los concursantes ni la audiencia.