David Summers: «No me veía cantando 'Sufre mamón' con 50 años»
El cantante de Hombres G acudió a 'El Hormiguero' y desveló numerosas anécdotas con sus fans, que llegaron a escalar hasta un noveno piso para verle
A pesar de que le decía a su mujer que no le dejara nunca subir a un escenario con cincuenta años a cantar 'Sufre mamón', el líder de los Hombres G pasa ya del medio siglo y sigue al pie del cañón alternando sus temas de siempre con los que compone en la actualidad. «El único límite es la salud. Mientras tengamos ganas e ilusión… Y eso que someterse a ese ritmo de vida ya no es tan fácil de llevar por nuestra edad, pero continuaremos mientras sigamos pasándolo genial sobre las tablas», comentaba el artista ante la atenta mirada de Pablo Motos.
David Summers acudía a 'El Hormiguero' para contar que la banda sacará disco nuevo en septiembre. «No teníamos que hacerlo porque ahora los espaciamos más, pero durante el confinamiento me encontré en una situación en la que no tenía nada que hacer y me puse a componer como un desquiciado. Iba a tema por día, como cuando era un chaval», explicaba. El deseo sigue intacto, pero la distancia con el público durante tanto tiempo también pesa. «Me da un poco vértigo volver. Tengo muchísimas ganas, pero si lo pienso detenidamente me acojona un poco. El otro día estuve cantando con unos amigos en el Teatro Muñoz Seca y llevaba más de un año sin subirme al escenario. Nunca había estado tanto tiempo sin tocar. Fue una sensación acojonante», describía.
El de 'Marta tiene un marcapasos' evocó otras décadas en las que no podía salir a la calle porque sus admiradoras le acosaban. «Se colaban en las habitaciones. A mí me ponían un guardaespaldas muy fuerte que abría la puerta, lo registraba todo y entonces me decía que pasase. Me parecía exagerado, pero es que a veces había gente. Se metían debajo de la cama y estaban esperando horas hasta que tú llegabas», revelaba. Y algunas hasta se jugaban la vida con tal de verlo. «En Lima, una joven escaló hasta un noveno piso por la fachada. Llegó hasta mi ventana y tocó. Llevaba un boli y un papel en la boca. La agarramos y la metimos dentro. Le firmamos el autógrafo y la bajamos en el ascensor», descubría.
En España tenían éxito, pero en Latinoamérica eran auténticas estrellas. «Fuimos a actuar en Colombia y éramos unos inconscientes. Había constantemente bombas, tiroteos… Tocamos en Medellín, en la plaza de toros, y el promotor en la sombra era Pablo Escobar. De hecho su hija entró a los camerinos para hacerse una foto con nosotros», contaba. ¡Hasta las FARC les seguían! «En Cali, después de un concierto, fuimos a una fiesta en una hacienda. Llegó un momento en que yo estaba cansado y me quería ir, pero mis compañeros querían quedarse. Alguien se ofreció a llevarme. Eran las dos de la madrugada y nos pararon unos paramilitares. Yo iba con un pedo bestial y se me cortó al instante. Les dije que era de los Hombres G y nos conocían. Eso me salvó la vida», relataba.
Las fans les arrojaban sus prendas íntimas al escenario y lo curioso es que uno de sus técnicos se dedicaba a recoger todo lo que tiraban, «¡y aún los tenemos todas esas bragas y sujetadores!», bromeaba.