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Crítica de televisión

El abogado de Netflix

Lunes, 4 de noviembre 2024, 23:49

Ha sido la serie más vista a nivel global en Netflix. En España, estaba en el segundo lugar. Y no es una producción con un ... reparto encabezado por estrellas rutilantes con muchas estatuillas y trofeos en las estanterías de sus mansiones. 'El abogado del Lincoln' no tiene nada de eso, pero posee los ingredientes suficientes para que el interés por sus historias permanezca después de tres temporadas.

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Detrás de esta ficción está David E. Kelley, una de las figuras más importantes de la televisión actual con títulos como 'Boston Legal', 'Presunto inocente', 'Goliat', 'Anatomía de un escándalo' o 'Todo un hombre'. Un especialista en series de abogados que maneja, además, los libros de Michael Connelly en los que se basa cada temporada. El protagonista es un abogado defensor que solo se encarga de presuntos asesinos y que viaja en coches de esta marca americana. Cree en sus clientes, que en ocasiones se encuentran en el sitio incorrecto en el momento más inadecuado. Mickey Haller, interpretado por el mexicano Manuel García Rulfo, busca liberar a los acusados a través de unos capítulos en los que se esbozan las líneas de la defensa, los descubrimientos que hace su equipo -el investigador es pareja de la segunda exmujer de Haller y ambos trabajan para él- y algo más. Porque si algo nos ha enseñado a 'El abogado del Lincoln' en estos tres cursos -y posiblemente haya más- es que siempre hay algo más en paralelo al asesinato de la temporada que afecta al caso y a la vida personal de los protagonistas.

Y en ese algo más, aparecen las corruptelas de un sistema que podía ser mucho mejor, que abandona a los más débiles a su suerte y que odia a gente como Haller por defender a los que ya considera culpables sin juicio ni veredicto.

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