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Martes, 25 de febrero 2020, 07:11
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Las verdes están al borde de la desesperación, pero se vienen arriba en los duelos y siguen eliminando azules. La jornada comenzaba con un juego de inmunidad en el que la habilidad y la estrategia eran claves. Antes de presentar la prueba, Julian Iantzi regañó a los rojos por dejar que se apagara el fuego del campamento rico. «Por vuestra culpa, si azules o verdes acaban allí, tampoco lo tendrán», avisó el presentador. Y pasado el sermón, llegó la hora de explicar el desafío. Se trataba de construir una pirámide gigante a base de piezas de madera, como si fuera una colosal torre de naipes. Los capitanes solo podían dar instrucciones hasta completar la estructura, a la cual debían subirse luego para alcanzar un banderín. La pericia de los Caguama hizo que se adelantaran desde el principio, pero los Guaraguao les pisaban los talones y Gotzon fue más rápido que Eneko, trepando como un gato y haciéndose primero con la enseña.
Una vez más los colorados ganaban y los azules quedaban segundos. Las chicas tampoco acertaron esta vez y el fracaso las hundió en la miseria. Para colmo, una de las maderas cayó a última hora golpeando fuertemente a María. Llorando de impotencia y rabia, las serpientes no atendían a razones. «¿A quién cojones se le ocurre hacer un equipo solo de chicas?», gritaba enfadada Andrea. Su líder, Patri, trataba de animarlas, pero el pesimismo había hecho mella en el grupo. Mientras, Julian sugirió a Gotzon que le dijera a Eneko lo que opina de él cuando no lo tiene delante. Y el donostiarra trató de esquivar el bulto. «Las cosas se dicen a la cara, si no a eso en mi pueblo se le llama ser un cagón», opinó el presentador.
La vuelta a 'casa' fue un martirio para las mujeres, que llegaron a negarse a regresar atravesando el manglar. Sin embargo, una vez en el campamento, las verdes se vinieron arriba y recuperaron el ánimo. Martina logró la inmunidad de manos de los colorados y sus compañeras optaron entonces por nominar a Andrea. Patri, con tino, decidió escoger a Jenny para enviar a dos fuertes al duelo. Los tortuga, por su parte, se confiaron en exceso. Eneko tenía planeado condenar a Javi, pero el andaluz pasó muy mala noche y se levantó muy tocado. Aún así, y al saber que su jefe había pensado en él para el reto definitivo, decidió ofrecerse. El capitán compró la propuesta, a pesar de las indicaciones de Iantzi, que no lo veía nada claro.
El duelo consistía en cruzar un puente mono en busca de tres banderines cada uno. Javi escogió batirse con Jenny y la chica le ganó la partida. Ambos fueron habilidosos a la hora de mantener el equilibrio en las cuerdas, pero los nervios traicionaron al gaditano, al que se le cayó la primera bandera cuando fue a colgarla. Y ya no hubo remedio. Bajó a por ella, pero se había hundido. Y en el trayecto su contrincante aprovechó la oportunidad para acelerar y hacerse con el resto de enseñas. «He estado lento y torpe», asumió Javi antes de abandonar el concurso. Otra inyección de moral para las verdes que, aún desesperadas, siguen eliminando azules en el Consquistador de Caribe.
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