Bárbara Rey: «El rey me trataba como a una puta»

«Tengo derecho a que la gente me escuche y que sepan cómo soy». Así comenzaba su entrevista Bárbara Rey. Una charla en la que no dejó títere con cabeza. «El sufrimiento que he tenido al ver el mal trato que ha tenido conmigo mucha gente, como si yo hubiera cometido el delito del siglo o hubiera asesinado a alguien. Que fue un error, sí. Pero esas maldades que se me atribuyen, con ese odio, me parece increíble», opinaba en el especial de Telecinco. Y argumentaba: «Todo esto que está pasando ahora es porque mi hijo ha sacado unas fotografías y unos audios».

El rey emérito fue el gran protagonista de la conversación. Bárbara retrocedía a 1977, cuando conoció al monarca. Fue en primavera. «Yo soy Bárbara Rey y estoy en la cumbre. Tengo una amiga que viene a vivir conmigo, estaba haciendo una película y ella me dice que me había llamado el rey. Pensaba que era un cómico y que me estaban haciendo una broma. Me llama otra vez y me dice que es el rey. Y le mando a la mierda. Él insiste y me dice que llame yo a la Zarzuela. Lo hago y se me salieron los ojos de la cuenca. Dije que era Bárbara Rey y me dijeron que estaba esperando mi llamada. Le pedí perdón. Me dijo si me podía llamar al día siguiente. Y me llamaba todos los días», narraba la vedette.

Solo pasó un mes desde que conoció a Juan Carlos I y ya intimaron. «Me cogió de la mano y me llevó a una habitación. Allí tuvimos el primer encuentro. Fue un encuentro normal, a mí no me gusta describir las escenas de sexo y de amor. Yo esperaba, por lo menos, que el primer día que estuvimos juntos hubiese habido algún detalle, que hubiese sido más cariñoso conmigo verbalmente. Eso no se produjo. Cuando se lo pidió el cuerpo, me cogió de la mano y me llevó a la habitación», recordaba Bárbara.

«Las apetencias que pudiera tener él a nivel sexual las satisfacía conmigo», descubría la artista señalando de nuevo al emérito. Y lo describía. «Era muy agarrado, nada generoso. Nunca tuvo el detalle de mandarme a mi casa unas flores», observaba. Tras un tiempo, Bárbara abandona la relación con el monarca y se casa con Ángel Cristo. Ya se sabe que aquel matrimonio fue terrible. Y, según la actriz, el rey insiste en continuar viéndola. «Sigue llamándome y me escribía poesías de Miguel Alexander», comentaba.

Bárbara se separa de Ángel Cristo en 1989 y recupera su amistad con Juan Carlos I. «En realidad, él me sigue llamando durante todo mi matrimonio y en los últimos años yo le voy contando todos los problemas que tenía. Y no me decía nada, me da la sensación de que le parecía normal que mi marido me maltratara», censuraba. El vínculo regresa y la pareja se ve en una casa apartada. «Ahí tiene cámaras el CSIC y nos están grabando todas las conversaciones y todo lo que hiciéramos en la casa. Entonces él me lo cuenta y me dice que mejor nos vemos en mi casa», revelaba la artista. «¿Pudiste quedar embarazada del rey?», preguntaba Santi Acosta. «Hombre, desde el primer día. La única que tome precauciones siempre era yo. Si no hubiera tomado precauciones me habría quedado embarazada. Y si yo hubiera querido hacer una buena putada, podría haberlo hecho», confesaba ella. Y ataca. «A mi hermana le detectan un cáncer y había que pagar un tratamiento. Se lo dije. Y un día viene a mi casa y, después de hacer el amor, por decirlo de alguna manera, me dejo 500.000 pesetas en la mesilla», exponía apuntando de nuevo a Juan Carlos I. Y remataba: «Hay por ahí una cinta donde digo que si soy puta voy a ser la más puta. Y esto yo lo digo porque él me trata como a una puta. Me trata como a una puta», suspira.

Las acusaciones hacia la realeza no frenaban. Tras señalar a la reina Sofía como la «posible mano negra» que impedía sus trabajos en televisión, indicaba: «Posiblemente su mujer no querría verme porque él no querría que yo saliera en televisión. Hablo con Sabino (Fernández Campos) y me dice que él no ha tenido nada que ver con eso, que es el rey el que no quería que yo trabajase. Y entonces es cuando yo le grabo», admitía. Entonces instala cámaras en su casa. «Cuando mi hijo me dice que él me ha grabado es cuando a mí se me parte el corazón y se me parte el alma», manifestaba negando las declaraciones que hizo su vástago. Y se explica: «Por miedo a que tomen represalias contra mi hermano, a Prado y Colón de Carvajal le digo que las fotos las ha hecho mi hijo. Y yo misma no me doy cuenta de la tierra que me estoy echando encima porque nunca pensé que mi hijo iba a utilizar eso. Él tiene un problema de narcisismo y se cree sus propias mentiras. Nunca ha sido mi pensamiento que esas fotos salieran a la luz, las ha sacado mi hijo y su representante para fastidiarme a mí».

Bárbara tampoco se cortó a la hora de hablar del chantaje al monarca. «Yo no le llamaría chantaje. Yo tenía esas fotografías, iba a hacer público lo nuestro y yo necesitaba ayuda. Si me quieren llamar chantajista me da igual. Ahora, lo que tengo claro es que a mí nunca me han dado ese dinero que cuentan, para nada. Él, personalmente, me da un dinero porque yo tengo que salvar mi casa y pagar el colegio de mis hijos. Y punto, eso es lo que me da. Y yo le entrego las fotografías, y me quedo con unas cuantas, pero las mejores las tiene él. Le pedí disculpas y le dije que yo lo único que quiero es trabajo y que el dinero que me había dado, si yo trabajo, se lo iba a devolver», aseguraba. Y detallaba: «Me dieron 25 millones y el trabajo en TVE. Él se vio con la soga al cuello por lo que yo podía decir. Me iba a dar cien millones, el resto nunca me lo dieron y empiezan a intentar matarme». Bárbara Rey remataba su discurso. «Yo no le llamo chantaje, yo le llamo un préstamo por los servicios prestados. Ya que me llaman prostituta… Es muy feo y muy desagradable, pero volvería a hacerlo. Que venga una de Totana a darle un escarmiento, pues tiene su punto», zanjaba.

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