El poeta Ángel Guinda. Lucía Paprckova

Vidas de un poeta

J. Benito Fernández se adentra en la biografía de Ángel Guinda con las armas del mejor periodismo

Iñigo Linaje

Viernes, 29 de agosto 2025, 22:50

Hay vidas que cobran sentido a partir de la muerte y que se construyen -inevitablemente- a la sombra del adiós. «Un niño cruza el mundo ... con un féretro al hombro, y ese niño soy yo», escribió Ángel Guinda (Zaragoza, 1948-Madrid, 2022). He ahí la herida incurable que arrastró toda su vida el poeta: un abismo de culpa y orfandad, motivado por la muerte de su madre en el parto, que cifró en este verso: «Nací matando».

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Las claves de lo oscuro

  • J. Benito Fernández

  • Ed: Olifante

  • 400 páginas

  • 25 euros

Ese episodio trágico lo narra J. Benito Fernández en 'Las claves de lo oscuro', la biografía del autor que complementa la reciente edición de su poesía bajo el título 'Vida ávida'. Fernández, uno de los biógrafos más reputados de la actualidad, de cuyas manos han nacido las vidas escritas de Juan Benet, Ferlosio o aquel maldito llamado Leopoldo. María Panero, se adentra ahora en la vida de otro poeta periférico, que no marginal (Guinda fue un autor independiente que rechazó los focos mediáticos y las prebendas), con las armas del mejor periodismo: es decir, a partir de un enorme y riguroso trabajo de investigación y de la exposición -sin adornos- de una existencia dedicada a la poesía. De esta manera, la biografía orbita alrededor de esa pasión que, para el aragonés, nada tenía de profesión y sí mucho de posesión.

Eso no impide que a lo largo del libro se acumulen experiencias de todo tipo: viajes, flirteos con drogas, enamoramientos, infidelidades. Y, por supuesto, la fraternidad con otros artistas que revela su correspondencia. Toda esa vida -vivida y sufrida- se traslada al monumental 'Vida ávida', que reúne 14 títulos donde encontramos una extensión de sus obsesiones: el amor, la soledad, el paso del tiempo. Pero, sobre todo, la maestría de un trabajador de la palabra que da voz a los muchos poetas que fue: el expresionista de 'Claro interior' y 'Espectral', el comprometido de 'Rigor vitae', el existencial de 'Catedral de la noche'. Siempre lúcido, generoso e irreverente, Guinda escribió: «No espero la resurrección de los muertos. Espero la insurrección de los vivos». Ambas obras no resucitarán al poeta, porque nunca se fue. Lo dijo en su libro póstumo: 'Me voy para quedarme'.

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