Imelda Staunton, en primer término, junto a Olvia Colman y Claire Foy, las tres actrices que han interpretado a Isabel II. Abajo, la reina en 2022.
Entre la realidad y la ficción

Tras las puertas cerradas de la realeza

La serie 'The Crown' bordea hasta el límite la frontera de la realidad al narrar los avatares de los Windsor. Cuanto más cercanos son los hechos, más difícil para los guionistas

Lourdes Gómez

Viernes, 29 de agosto 2025, 22:47

Patinaba la princesa Diana por los pasillos del Palacio de Buckingham? ¿Bailó su tema favorito de Billy Joel, 'Up Town Girl,' para celebrar el cumpleaños ... de su marido y actual rey, Carlos III, en un secretísimo ardid escenificado en una gala de la Royal Opera House? ¿Se perdió el príncipe Guillermo por la finca de Balmoral, bajo la intensa lluvia escocesa, cuando le comunicaron la violenta muerte de su madre? ¿Lloró Margaret Thatcher ante Isabel II en un momento de las muy confidenciales audiencias semanales de los monarcas y primeros ministros británicos? Este y otros episodios de discutida precisión histórica se narran en 'The Crown', la popular serie de Netflix sobre las vicisitudes de la familia real en las seis décadas del reinado de Isabel II, que bordea hasta el límite la frontera de la realidad.

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¿Son incidentes verídicos o inventados? Hay testigos del baile que se marcó Lady Di en el estrado del Covent Garden, en Londres, y algunos aseguran que, en otra ocasión más íntima, interpretó un tema del musical 'El Fantasma de la Ópera' vestida de época y acompañada por música de orquesta, pero las grabaciones, si existen, siguen bajo llave. La huida del airado Guillermo suena a verdad emocional más que certificada y comentaristas políticos dudan que la 'dama de hierro' se hundiera emocionalmente delante de Isabel II, por muy turbada que se sintiera por la desaparición de su «hijo favorito» en el rally París-Dakar.

Mark Thatcher realmente se perdió en Argelia durante la competición automovilística, pero 'The Crown' entremezcla el mayúsculo susto familiar con la crisis internacional de la guerra de las Malvinas, que estalló meses después del retorno a Londres del hijo pródigo. «A veces hay que sacrificar la exactitud, pero nunca se debe sacrificar la verdad», ha defendido Peter Morgan, guionista y creador de la serie.

Otros argumentan que construyó una «divertida fantasía envuelta en un grano de verdad», que ha dejado un reguero de falsedad y de retratos «con frecuencia despectivos» de personalidades aún activas o fallecidas en el pasado reciente. Entre los más críticos, el columnista Simon Jenkins juzga que «es demasiado pronto» para dramatizar capítulos de la historia contemporánea y advierte de que «no puede haber una verdad para historiadores y otra verdad llamada licencia artística». A su vez, Hugo Vickers, biógrafo monárquico, compiló listados de errores e invenciones detectados en las primeras emisiones y ha publicado dos libros centrados en 'The Crown'.

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Netflix recalca que la galardonada serie es un «drama». En 60 capítulos y seis temporadas compone una «obra de ficción basada en hechos históricos» e «imagina lo que podría haber sucedido a puertas cerradas». Una advertencia sanitaria se emite en el episodio con referencias a la bulimia que sufría la princesa Diana, pero la plataforma rechazó añadir mensajes sobre la imprecisión histórica del contenido de cada capítulo.

El Palacio de Buckingham se distanció de la producción, ante insinuaciones de que era la fuente de donde surgían las supuestas revelaciones. «La Casa Real no es cómplice de las interpretaciones que hace el programa», escribió Donal McCabe, secretario de Comunicación de Isabel II, antes de aclarar en 'The Guardian' que el núcleo cortesano «nunca ha aceptado revisar o aprobar contenidos, no ha solicitado conocer qué temas se incluirán y nunca expresaría una opinión sobre la exactitud del programa». Una encuesta de YouGov en Gran Bretaña revela una marcada diferencia en la proporción de jóvenes y mayores que creen que la serie es muy o algo verídica: del 40% en la franja de 18 a 24 años al 15% entre mayores de 60.

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El hecho y la ficción se difuminan en episodios como la muerte de la hermana de Felipe de Edimburgo, Cecilia, y sus familiares en un accidente aéreo en 1937. 'The Crown' carga la responsabilidad de la tragedia en el joven príncipe debido a una travesura escolar. Años después, en un paralelismo de relaciones paternofiliales, muestra al adulto Felipe aparentemente insensible a las dificultades de su hijo Carlos en el mismo internado de Gordonstoun. Fuentes palaciegas dicen que la caracterización disgustó a la monarca.

Ona O'Beirn, documentalista de la serie, observa que, cuanto más recientes son los hechos, más complicado resulta el trabajo narrativo. Cada persona preserva su visión de un suceso y los guionistas han de deshilachar esa «memoria colectiva» hasta dar con una versión conveniente y convincente. «Puede que no haya una verdad absoluta, pero nuestra labor consiste en sopesar opiniones y comprender a los protagonistas», explicó a la revista 'Vogue'.

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