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Viernes, 14 de marzo 2025, 15:32
Hubo un tiempo en el que las reseñas de libros de este periódico estaban en manos de Dios. Hablo de mediados de los años 80 en los que yo empecé a escribirlas y en los que mi crítica podía posponerse para el día siguiente si el lugar previsto para ella era ocupado a última hora por una esquela (leer más)
Medianoche. El reportaje, listo para entregar. Hice café y lo empecé de nuevo. ¿Era confuso? ¿Tenía errores? ¿Faltaban datos? ¿Lento, pesado? No. ¿Entonces? Quería más. Quería recorrer los laberintos del escritor Philip K. Dick entre la realidad y la ficción, la cordura y la locura, lo imaginado, lo vivido, lo temido. Contarlo. Y abrir puertas que abrieran más. Agarrada al dato. Con el qué, cómo, por qué y para qué por delante. Con una mirada imprevisible, inesperada, transversal, profunda, no convencional. Eso es Territorios: querer más... (leer más)
Cyril Connolly comparaba el reseñismo de libros en los periódicos con la construcción de puentes en «algún clima tropical imposible». Un trabajo poco saludable y baldío: por cada palmo de selva desbrozado, la selva avanza el doble durante la noche. Y eso que hace un siglo los presentadores del telediario aún no publicaban novelas sobre sentimientos, reinas medievales y Auschwitz, en ocasiones sobre las tres cosas a la vez... (leer más)
Hace ya un buen montón de años me llamó por teléfono una tal Nieves Fontova, periodista de EL CORREO, a la cual desconocía por completo. Quería hacerme una propuesta de colaboración con el suplemento cultural de su periódico. Me quedé de una pieza. No tenía lazo alguno con Bilbao y su ofrecimiento me resultaba sorprendente. Le pregunté si había recibido alguna recomendación con mi nombre y ella, lacónica, respondió: «No. Se me ha ocurrido a mí». No soy muy partidaria de las colaboraciones porque cada vez tengo menos ideas y prefiero guardarlas para las novelas. Sin embargo, acepté. No llegué a sospechar ... (leer más)
Colaboro con Territorios casi desde sus comienzos y siempre me ha resultado interesante y placentero. Actualmente, hago sobre todo artículos de cine con toques de literatura que me encarga mi amable jefa Teresa Abajo por alguna efemérides concreta o le propongo yo el tema. Procuro que todos ellos contengan dosis de humor, si no, me falta algo, como al yonqui sin nada que chutarse. (leer más)
Kezka pertsonalak alde batera utzita, niri gehien interesatzen zaizkidan esparru publikoen artean, hots, batetik euskararen eta kulturaren esparruan bestetik emakume eta gizonen arteko berdintasunarenean, bietan mende erdian kobazuloetatik eguzkitara pasa gara, katakonbetatik kalera. Noski, aldaketa hori ez da berez gertatu ezta halabeharrez ere. Kasu batean nahiz bestean, ez da belaunaldi bakar baten lorpena izan. Hamarralditan adin desberdinetako pertsona batzuen lanaren ondorio da gaurko egoera, asko kostatako aurrerapausoa. Aurrerapauso, ez helmuga. (leer más)
Tras 1500 Territorios han cambiado las cosas, el público, teatros y espacios con escenario, festivales y muestras en las capitales y núcleos urbanos bien comunicados ya, grupos, escuelas. La mayoría de 'teatros públicos' se organizan en una Red que en Euskadi es Sarea. La crítica acusaba inercia hacia el teatro de mercado. A veces era el relumbrón del intérprete, o el prestigio del texto: ¡el autor, el autor! Venidos de publicaciones especializadas -Primer Acto, Pipirijaina, El Público, ADE- otros abordaban el teatro de todos los días con preferencia por los equipos, la confluencia de nuevos lenguajes y estilos, lo alternativo, para introducir criterios de contenido, renovación formal, compromiso, implicación social. (leer más)
A la hora de clasificar los oficios, la mayoría de las profesiones toma en cuenta el número de horas que se invierte en su desarrollo. Desde el periodo de aprendizaje, la madurez y el magisterio, momento en que al aprendiz le dicen maestro con título y bula para enseñar. El de escritor carece de fórmulas aplicables razonadamente. A escribir no se aprende nunca y, por tanto, es un empeño que requiere vivir alerta. El periodismo, si no te entretienes en asuntos menores, ayuda y mucho a agilizar el trámite, a aguzar el pensamiento, a marcar tiempos, a renovar las horas. (leer más)
En el verano de 1998, asistí a la inauguración de las nuevas rotativas de EL CORREO. Una vez en el aeropuerto de Barcelona, enfilo la zona de embarque y veo en la cola al exministro de Sanidad, Ernest Lluch, que también colaboraba en el periódico. Llego a la escalerilla del avión y veo que Lluch está justamente delante de mí. Simultáneamente percibo algo que subraya mi natural inquietud a la hora de montarme en esos pájaros de acero. (leer más)
«Mira, ella tiene sus ideítas». Dos críticos literarios de este periódico hablaban de mí como si no estuviera delante en 1986. Charlábamos de literatura, yo ya era una lectora compulsiva; les gustaba reírse de mí, pese a lo cual éramos amigos. La elegancia de su conversación inteligente me enseñó mucho, quiero pensar que les enseñé a ser menos machistas. No tardé en atreverme a colaborar en la página de libros del periódico, Territorios aún no existía (leer más)
Nieves Fontovari esker eta César Cocagatik bai, baina kasualitatez ere nago ni hemen. Oroimenean gorde ez dudan egun batean, ura atzetatik doan bezala, galdu dudan egun batean Nieves Fontovak egin zidan deia. Jakin nahi zuen ea Territoriosen idazteko prest zen ikaslerik ezagutzen ote nuen. Hiru lau izen eman nizkion. Eta nire harridurarako gehitu zuen: «Zuri ez diotsut ezer, zuri ez dizut gonbiterik egiten, zeren zu bazaude beste egunkari batean!». «Oker zaude -gehitu nion-. (leer más)
Desde que el mundo existe se ha intentado definir qué es lo que hace que una obra de arte sea buena o mala. En esa tarea imposible, la imitación de la realidad, el idealismo moral o religioso, la expresividad, la subversión, el valor de mercado o el mero disfrute estético han sido factores decisivos y cambiantes para obtener una atribución u otra en distintas épocas. Tras los pasos de Plinio el Viejo, Giorgio Vasari o Linda Nochlin, quienes, a años luz de distancia, nos dedicamos a comentar obras de arte y las vidas de quienes las crean compartimos la oportunidad de influir, aunque sea de manera imperceptible, en esos cambios. (leer más)
Una tarde de 2002, tras haber leído tranquilamente el periódico, un impulso un poco disparatado me empujó a descolgar el teléfono, marcar el número de EL CORREO y pedir que me pasaran con la responsable de Territorios. Me atendió con amabilidad Nieves Fontova, a quien manifesté mi deseo de escribir en el suplemento y mi convicción de que podría hacerlo bien. (leer más)
Parafraseando a Vujadin Boskov, escribir es escribir. Escribir libros o hacerlo en los periódicos es diferente tan solo por los plazos de entrega, no por la voluntad de estilo. Cada página se escribe como si fuera a formar parte de unas hipotéticas obras completas, aunque no todas, naturalmente, son de la misma calidad. Una buena señal es cuando, al leer tiempo después lo que uno ha escrito, se tiene la impresión de que lo hubiera hecho otro más ecuánime. (leer más)
Alcanzar el milésimo quingentésimo número de una publicación no es cualquier cosa. Imprime carácter. Supone la articulación intelectual de un abundoso y generoso territorio que alumbra mucho más allá de lo que alcancen a ver los ojos de la imaginación. Libros y más libros. El arte y todas las artes. Un ecosistema periodístico y literario con sus propias condiciones climáticas, y con sus prodigiosas criaturas particulares. (leer más)
Siempre me ha apasionado escribir. Creo que ha sido una de las escasas certezas que me acompañan desde niño. Me entusiasma redactar en torno a inquietudes propias y ajenas, reales y ficticias, formales o desbarradas. El arte llegó como una temática más, pero he descubierto que no se puede jugar con él porque te absorbe. Es un ladrón de almas. Si te adentras en sus largos pasillos corres el riesgo de quedar atrapado en cualquier recoveco y olvidar el camino de vuelta.. (leer más)
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