«No podemos aceptar que nos recorten la libertad en el arte»

- Todas nacen de la primera, inspirada por los versos de Ángel Crespo, con quien tuve una gran amistad. Trato de reflejar lo oculto de la vida, lo menos visible. Es un homenaje a la música como algo que surge de las sombras, algo misterioso.

- ¿Compone solo para el piano?

- Mis obras son para piano, o voz y piano, o piezas de cámara. Mi relación con la composición es a través del teclado.

- La figura del intérprete-compositor, que fue tan común en el s. XIX, había ido desapareciendo. ¿Por qué está resurgiendo con fuerza ahora?

- El intérprete ha sido relegado a su especialidad por los programas de gran dificultad que se ven obligados a estudiar y por lo coplejo que resulta mantener grandes repertorios. Al tiempo, el compositor se fue dirigiendo hacia un trabajo más teórico y a su vez fue dejando la interpretación. Creo que ahora el músico que llevamos dentro pide a gritos escribir. Una actividad que requiere tiempo y tiene riesgo porque abandonas el cobijo que te da la partitura de otro compositor.

- ¿Disfruta más componiendo o interpretando música ajena?

- Son sensaciones distintas. Cuando preparo los 'Nocturnos', que haré en un espectáculo en Sevilla con Manuel Galiana como narrador, disfruto con el despliegue inigualable de armonías y melodías de Chopin. Cuando compones -y yo lo hago a partir de un verdadero contacto físico con el instrumento- te dejas llevar, vuelas, y es una experiencia cercana al éxtasis. El tiempo se para y yo no siento ni la necesidad de comer.

- Ese éxtasis será aún mayor cuando toca sus obras, entonces.

- Sientes la libertad porque en mis obras siempre hay una parte de improvisación, una tradición que viene de Bach, Mozart y otros, que eran grandes improvisadores.

- Sus obras fueron creadas para la escena. ¿Quien las escuche en disco se perderá algo?

- La versión para el disco es una elaboración de las obras originales, que salvo en un caso son más largas. Espero que el clima creado evoque los textos de los que parten las obras (hay homenajes a Alda Merini y Primo Levi), pero la música no es estrictamente acompañamiento de nada.

- La presencia de Italia en su música es muy importante.

- Viví allí veinte años de infancia y juventud y mi base cultural tiene un sesgo italiano muy profundo. Conocí a Primo Levi y mantengo una amistad con su hijo desde la juventud. A Alda Merini la conocí más tarde.

- ¿Organizará conciertos solo con sus obras o irán más bien intercaladas entre piezas de Mompou, Soler o Beethoven?

- Habrá de todo. La presentación del disco, que iba a ser con un programa idéntico, ha debido retrasarse. Pero me gustaría irlas introduciendo poco a poco en distintos conciertos, según el ámbito, el tipo de festival o temporada... Creo que sería bueno eliminar etiquetas porque la música de hoy tiene influencias enormes que van desde Bach o Scarlatti al impresionismo, la electrónica o el jazz.

- ¿No teme que los defensores más estrictos de la vanguardia la critiquen?

- No debería preocuparnos que nos critiquen por usar la tonalidad o tomar elementos de los minimalistas. No podemos aceptar que nos recorten la libertad en el arte. La vanguardia consiste en mantenernos libres. Para tocar una obra necesito enamorarme de la partitura. Sin emoción, la música no tiene ningún sentido. Y no hablo de un lenguaje tonal o no, eso es otra cosa. Pero la fractura entre la mente y el resto del cuerpo no le va bien a la música.

- Sus discos anteriores los habían publicado sellos nacionales y este lo ha hecho con uno que le garantiza una distribución internacional. ¿Seguirá grabando para Naxos?

- Están muy contentos con las primeras críticas recibidas y con las ventas, porque en este momento es el sexto de su catálogo mundial. Para mí ha sido un salto muy importante, y si quieren seguir, pues muy bien.

- ¿Qué le gustaría grabar?

- Tengo algunas ideas para hacer los Nocturnos de Chopin, algunas sonatas de Scarlatti, las Variaciones Goldberg... Y ahora además estoy escribiendo, así que si pudiera compaginarlo todo sería estupendo.

- ¿Cómo ha repartido su tiempo durante el confinamiento?

- Pues he dedicado la mitad a estudiar obras o poner a punto piezas para próximos conciertos y la otra mitad a componer. Intento ponerme a ello un buen rato cada día. Diría que la composición ha sido para mí como salir del armario.