La modelo 'vamp' de Romero de Torres

Entre las 100 películas de Musidora y los más de 800 cortometrajes y mediometrajes dirigidos por su director fetiche Louis Feuillade, la obra cinematográfica esencial producida y protagonizada por ambos es suficiente para muchos críticos como para representar el cine del primer tercio del siglo XX.

Musidora, actriz, directora, guionista, mujer de letras y amante de España, nació en París el 23 de febrero de 1889 en un entorno artístico privilegiado y comprometido: su padre era compositor de música y teórico socialista y su madre crítica literaria, pintora y feminista. Desde muy joven, Jeanne Roques -su verdadero nombre- manifiesta su predilección por las artes, especialmente por la pintura, la escultura, el baile y la comedia. A los dieciséis años sube por primera vez a los escenarios, tomando el nombre artístico de Musidora, después de leer la novela 'Fortunio' de Théophile Gautier.

Tras realizar varias comedias y revistas, llegará un momento importante en su vida cuando, en torno a 1905, actúa en una adaptación de 'Claudine' en París, entablando una amistad de por vida con la escritora Colette, quien la aconsejará durante toda su carrera, no solo en su trabajo de actriz sino, también, como mujer de letras.

En 1913, Musidora aparece por primera vez en las pantallas con 'Miserias de la aguja', un film 'noir' producido por la sociedad cooperativa Cine del Pueblo. Un año más tarde, firma un contrato a largo plazo con la compañía Gaumont, y entre 1914 y 1916, participa en varias otras películas, en su mayoría comedias y melodramas.

Mientras trabajaba en Gaumont, Musidora conoce a Louis Feuillade, uno de los primeros directores de la compañía, que dirigió la popular serie 'Fantômas' (1913-1914). En 1915, el director la elige para encarnar a Irma Vep (un anagrama de la palabra «vampire») en su obra maestra, 'El Vampiro', una película en diez episodios, y cima de la carrera del maestro Feuillade. Embutida en un ceñidísimo traje negro, Musidora causa sensación en su papel de mujer fatal y pareja del Gran Vampiro que dirige una sociedad secreta de bandidos que siembran el terror por todo París. Como resume Miguel A. Delgado, en un momento en el que era escandaloso ver a una mujer llevando pantalones, Musidora aparecía con mallas negras; si las largas melenas rubias enmarcaban los rostros de las estrellas más populares, su peinado era corto y oscuro; «y el maquillaje, lejos de resaltar la femineidad, sorprendía, e inquietaba, con su blancura extrema y los grandes ojos que destacaban con un punto de alucinación» con su toque al más moderno 'smokey eye'.

Y nuestra protagonista se convierte de forma absolutamente natural en una de las musas de los surrealistas: sus maquinaciones, y unos guiones truculentos en los que llegaba a estar hipnotizada y utilizada por el malo de la serie, fascinaron a Breton y Aragon, que escribieron en 1929 'El tesoro de los jesuitas', una obra en la que los nombres de todos los personajes eran anagramas de Musidora, 'Doramusi', 'Mad Souri'… De hecho, «se considera que 'Les vampires' es una de las obras esenciales de la vanguardia, y que marcó el camino al expresionismo que triunfaría en el período de entreguerras», ya que los recursos narrativos del francés dieron un enorme impulso a las posibilidades del cine como medio de expresión. Además, con 'El tesoro de los jesuitas', Musidora inaugurará una larga lista de bellezas fatales, que llamamos 'vamp'.

Más tarde, Musidora creará su propia compañía, 'The Society of Musidora Films', y realizará varias películas, en las que asumirá la realización, la adaptación y la interpretación; pero solo 'La llama oculta', en un escenario de Colette, obtendrá cierto éxito. Precisamente, decepcionada por la recepción relativamente tibia de sus producciones y por el fracaso de su intento de rodar 'Les Chouans' de Balzac, se mudó a España y aquí permaneció durante varios años.

Durante su estancia por estos lares fue pintada por Julio Romero de Torres en una composición muy similar a la que le hiciera a Ana López 'Carasucia' conocida como 'Musa gitana'. En 'Retrato de la Musidora', la modelo aparece cubierta de manera muy sensual con un mantón y su gesto es de tipo indolente al igual que el de Ana. El principal cambio, sin embargo, es la mirada que nos brinda el artista: Julio Romero intentó reflejar en esta el espíritu del personaje de ficción que lanzó a la fama a 'La musidora', Irma Vamp. Esta era una vampiresa y eso es justo lo que se destila del rostro de Jeanne Roques.

Además, Musidora se encuentra con el torero Antonio Cañero; un evento de carácter personal pero que influirá y relanzará momentáneamente su carrera cinematográfica y su afición taurina. Filmó también varias películas -'La capitana Alegría' (1920), 'Sol y sombra' (1922) y 'La tierra de los toros' (1924)-, de las que fue guionista, productora y codirectora, aunque disimulaba su autoría en un momento en el que no abundaban las mujeres realizadoras. Todas ellas pasaron igualmente desapercibidas. La llegada del cine sonoro, el fin de su romance y un nuevo estereotipo de mujer sentenciarán definitivamente el final de su carrera cinematográfica, volviendo a París en 1926.

Después de su matrimonio en 1927 con el doctor Clément Marot, un amigo de la infancia de quien tendrá un hijo (se divorciarán en 1944), Musidora se aleja del Séptimo Arte y se dedica sobre todo al teatro hasta principios de los cincuenta. Mujer de letras, escribió dos novelas ('Arabella y Harlequin' en 1928 y 'Paroxysms' en 1934), una colección de poemas, canciones y treinta piezas cortas. Después de la finalización de un cortometraje final en 1950, 'La imagen mágica', terminó su carrera con Henri Langlois en la Cinémathèque Française como jefa del departamento de prensa y documentación. La musa y primera vampiresa del cine francés murió el 7 de diciembre de 1957 en el Hospital Broussais de París.