Paul Heinrich Dietrich von Holbach.
Pensamiento

El materialismo ateo del barón de Holbach

Ilustración ·

Colaboró con la 'Enciclopedia' y fue enemigo de todas las doctrinas religiosas, que veía como instrumentos del despotismo. Su ideario influyó en la Revolución Francesa

Sábado, 9 de diciembre 2023, 00:03

La empresa más representativa de la cultura y del espíritu de la Ilustración francesa está constituida por la 'Enciclopedia o diccionario razonado de las ciencias, ... las artes y los oficios', cuyo origen se remonta al proyecto del librero parisiense Le Breton de traducir al francés el 'Diccionario universal de las artes y las ciencias' del inglés Ephraim Chambers. Al no llevarse a cabo, Denis Diderot cambió el plan de la obra y, junto con Jean d'Alembert, planteó objetivos más ambiciosos, convirtiendo a la 'Enciclopedia' en la mayor manifestación de la Ilustración francesa. Como principales representantes del materialismo ilustrado destacaron La Mettrie, Helvetius y el barón de Holbach con su máxima «el hombre es obra de la naturaleza».

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Paul Heinrich Drietrich von Holbach nació en Heidesheim (Palatinado) el 8 de diciembre de 1723 (ayer se cumplieron 300 años); pasó casi toda su vida en París gracias a la herencia de su familia y convirtió su palacio en lugar de reunión de los enciclopedistas con los que ejerció un generoso mecenazgo. Les invitaba a comer dos veces por semana, los jueves y los domingos, en lo que se denominó 'La camarilla de Holbach'. Diderot ocupaba el centro de estas reuniones; Rousseau participó en ellas hasta 1753 y asistieron también el abate Galiani, Condillac, Condorcet, D'Alembert, Grimm, Helvetius, La Condamine, Marmontel, Morellet, Raynal, Turgot y todos los extranjeros ilustres que pasaron por París (Adam Smith, David Hume, Horace Walpole, Benjamín Franklin, Cesare Beccaria...).

Muy instruido en ciencias naturales y tecnología, colaboró en la ya citada 'Enciclopedia' con voces pertenecientes a la física, la química, la metalurgia y la mineralogía (unos 400 artículos); se convirtió en paladín del más sistemático materialismo y en enemigo declarado de todas las doctrinas religiosas, consideradas como instrumentos del despotismo. Sus escritos más notables son 'El sistema de la naturaleza' (1770), 'La política natural' (1773), 'El sistema social' (1773) y 'La moral universal' (1776). Como obras típicamente antirreligiosas podemos señalar 'Sobre la crueldad religiosa' (1766), 'La impostura sacerdotal' (1767), 'Los sacerdotes desenmascarados o las iniquidades del clero cristiano' (1768), 'Examen crítico de la vida y de las obras de San Pablo' (1770), 'Historia crítica de Jesucristo' (1770) y 'El buen sentido, o ideas naturales opuestas a las ideas sobrenaturales' (1772).

'El sistema de la naturaleza', el código o la Biblia del materialismo ateo, es una síntesis de todos los argumentos antiguos y modernos en favor de una explicación materialista y atea de la realidad; no posee ninguna originalidad filosófica; sin embargo, tiene una gran importancia histórica como poderoso detonante en contra del oscurantismo y a favor de la ilustración, y en contra del orden constituido y a favor de la revolución. Las ideas fundamentales que Holbach pone en dicha obra parten de la distinción entre hombre físico y hombre espiritual y la confusión que ello provoca. Ello se debe a que «el hombre es un ser puramente físico». El ser espiritual no es más que este ser físico considerado desde un punto de vista particular, en relación con uno de sus modos de actuar. Por lo tanto, el hombre siempre debe recurrir «a la física y a la experiencia» para entender las cosas, lo que también sirve para la religión, la moral y la política.

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Las leyes naturales

El hombre se halla por completo en el interior de la naturaleza; y «en la naturaleza sólo pueden existir causas y efectos naturales». Por ello carece de sentido hablar de un alma separada del cuerpo y de la libertad del hombre, ya que «las acciones de los hombres nunca son libres; siempre son consecuencias necesarias de su temperamento, de sus ideas adquiridas, de las nociones verdaderas o falsas que poseen acerca de la felicidad, en suma, de sus opiniones reforzadas por el ejemplo, la educación y la experiencia de cada día». Las leyes naturales, que ninguna sociedad puede abrogar o dejar en suspenso, son justamente «aquellas que están fundamentadas sobre la naturaleza de un ser que siente, busca el bien y huye del mal, piensa, razona y desea incesantemente la felicidad».

Las semillas de su ideario en la Revolución Francesa son evidentes y su influencia en revolucionarios como Danton, Desmoulins y Marat, una realidad incontestable. Si el error y la ignorancia sirvieron para fraguar las cadenas de los pueblos y si los prejuicios las consolidaron, la ciencia, la razón y la verdad podrán romperlas algún día, tal y como Holbach defendió con denuedo.

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