Un Johann Sebastian Bach luminoso
Tarde o temprano, todo violinista llegado a la madurez ha de enfrentarse a esta obra. Puede que nunca se ponga en serio con los 'Caprichos' ... de Paganini o las sonatas de Ysaye. Pero seguro que lo hace con las Sonatas y Partitas de Bach. El ateniense Leonidas Kavakos ha llegado a ese punto, y el disco con sus versiones de la obra capital del compositor de Eisenach ya está en el mercado. Y hay en él algunas sorpresas.
La primera y no menos importante es el orden en el que toca las piezas. Porque Kavakos no hace como Perlman o Fischer, que siguen el orden tradicional (Sonata 1, Partita 1, Sonata 2, Partita 2...) ni como Kremer, que opta por hacer primero las tres sonatas y luego las partitas. Kavakos hace Partita 3, Sonata 3, Sonata 2, Sonata 1, Partita 1, Partita 2. Esa decisión marca la versión, que está presidida por un verso de agradecimiento a Dios que figura en una cantata que tras varias transcripciones está también en la Partita Nº 3.
'El ascenso del alma a su purificación' reza el subtítulo y así suena también la música. Es un ascenso desde la sombra hacia la luz. Sombras las hay, por supuesto, como la célebre 'Chacona', de un dramatismo carente de artificio dramático, seco, doliente, pero sobre todo queda muy expuesto ese ascenso hacia la luz que se halla siempre en la música de Bach, fruto de su fe en Dios y en los hombres. Algo que todo intérprete de su obra debe asumir. Bach siempre busca la luz.
Sonatas y partitas | Johann Sebastian Bach
-
Leonidas Kavakos, violín.
-
Sello: Sony Classical
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión