Elia Barceló y el frío mediterráneo
Invernal ·
Con esta novela, la autora alicantina cierra la tetralogía de Santa Rita siguiendo ortodoxamente todo el ciclo estacionalCuando, en el todavía cercano 2022, la escritora alicantina Elia Barceló publicó 'Muerte en Santa Rita' sorprendió muy gratamente a los lectores del género policíaco ... al brindarles un 'noir mediterráneo' que contrastaba con las nieves, los hielos y las auroras boreales de los desapacibles relatos nórdicos. Al risueño paisaje de madreselvas, bignonias, jacarandas, rosas y mimosas en flor (el argumento se desarrollaba en primavera) se añadía una propuesta narrativa lindante con el 'cozy crime' y las intrigas amables de Agatha Christie, que son a su vez la antítesis del clásico 'thriller' sanguinario, de la 'crook story' de gángsters bregados en el crimen, del suburbial y macabro 'neo-polar' francés o del norteamericano 'blaxpoitation' ambientado en los más bajos fondos del proxenetismo y el narcotráfico.
Elia Barceló nos trasladaba en esa novela a la imaginaria localidad de Benalfaro y a una paradisíaca finca presidida por un regio caserón que en distintas épocas fue desde balneario de talasoterapia a internado psiquiátrico femenino y donde Sofía, una nonagenaria entre filantrópica y estrafalaria que había alcanzado el éxito usando dos pseudónimos para cultivar la literatura rosa de tintes eróticos y la de intriga criminal, albergaba a una colorista colonia compuesta de estudiantes, jubilados y alternativos en busca de una libre forma de vida. A la amabilidad del paisaje y del género literario se sumaba, de este modo, la de una vertiente social en la que la autora no ha dejado de seguir abundando en las posteriores entregas que nos han venido llegando puntualmente cada año. A 'Muerte en Santa Rita' le siguieron 'Amores que matan', en la que ya pasábamos al período estival de 2017, el año que sirvió de arranque a la acción narrativa, y 'La soga de cristal', en la que nos adentrábamos en un bello otoño. Y así llegamos a 'Cita con la muerte', la novela que cierra el ciclo literario y al mismo tiempo estacional pues nos lleva a un suave y hermoso invierno mediterráneo de 2018 en el que el frío se atempera con un café caliente o unas castañas asadas en ese marco incomparable que es loado en las primeras páginas del libro y a la manera de un poético y botánico preámbulo.
El punto de partida argumental es la visita que recibe la inspectora Lola Galindo de una mujer que ronda, como ella, los cuarenta años y que se presenta como la hija de Marcial, uno de los huéspedes de Santa Rita. Ana Segura –así se llama este personaje– acude a ese despacho policial para confesar la autoría de un asesinato que no es otro que el de su antiguo cónyuge, un productor de cine metido en negocios turbios y sobre el que pesaba una orden de alejamiento de su exmujer por la denuncia que ésta interpuso en su día como víctima de maltrato. La cuestión social de la violencia llamada de género, que ya ha estado presente en la serie (en la anterior entrega sin ir más lejos) se cuela, de este modo, en las primeras páginas. Y a ella se suma otro tema enmarcado en la problemática femenina: el del pudor que experimenta la propia Lola Galindo al acudir a una farmacia a comprar una prueba de embarazo. Pudor que tiene que ver con su edad y con el hecho de haberse emparejado con Nel, un joven universitario que ya comparecía como personaje en la primera novela del ciclo.
Y, mientras la inspectora Galindo inicia sus pesquisas con la sensación intuitiva de que algo no le cuadra en la versión autoinculpatoria de Ana Segura, Greta, la sobrina de Sofía y traductora de sus libros, que aterrizó en Santa Rita durante la primera entrega, da grandes pasos en su indagación sobre el pasado de la casa y de su propia familia: los Montagut, Salvatierra y O'Rourke. Greta levanta el misterioso secreto de la supuesta maldición que pesaba sobre el palacete y que tiene que ver con dos hermanas, antepasadas suyas, con una traición amorosa y con el suicidio, que desencadenó ese episodio, de una mujer joven. Sin embargo, hay algún cabo suelto que solo le es revelado al lector, pero que irónicamente Greta todavía no descubrirá y que tiene que ver con su propio padre.
Pese a los nuevos fichajes que aparecen en este texto de cuatrocientas cuarenta largas páginas que cierra feliz, pero dignamente, la tetralogía mediterránea de Elia Barceló, 'Cita con la muerte' es en realidad un novela de reencuentro con los personajes con los que el lector se había familiarizado: con la anciana Sofía, con Candy, la secretaria, o el excomisario Robles, que quedó en su día un tanto desplazado por la empoderada Galindo y a quien este broche narrativo concede más de un minuto de gloria.
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'La muerte blanca' Toni Hill
Nada motiva tanto como una buena venganza
Sergio García
Toni Hill pone fin a su trilogía del Verdugo, elevando el tono tras una segunda entrega que nos dejó un poco fríos. Charles Bodman, Thomas Bronte, Jonathan Clarke… son todos el mismo hombre, un psicópata asesino que estremeció a Barcelona entera antes de que la psicóloga Lena Mayoral lograra desenmascararlo y ponerlo entre rejas, dejándose casi la vida en el empeño. Sus crímenes parecen encajar al principio con el perfil de un justiciero, pero es solo la cortina de humo que esconde un carácter enfermizo, narcisista, calculador y extremadanente peligroso. Cuando huye de la cárcel y regresa a Irlanda, todas las viejas pulsiones que habían condicionado su vida vuelven a salir a la luz, ocultas tras la fachada de un profesor universitario retirado que ha encontrado en la barra del bar donde trabaja como camarero una suerte de refugio que es además atalaya, parapeto y trinchera. También el amor -no, esa no es la palabra- en la persona de un tierno efebo que lamentará haberle conocido. Desde allí maquina su venganza contra la psicóloga, que ha tratado de poner distancia con el pasado rodeándose de la familia que nunca había tenido. La desaparición de una niña y la irrupción en escena de los Hijos de Judas son tramas paralelas que no consiguen apartar a Lena de su objetivo, volver a dar caza al protagonista de sus pesadillas antes de que él se le adelante. Y si algo hay que agradecerle a Toni Hill es que conserva la habilidad de manejar varias tramas hasta la última página y no dejar cabos sueltos.
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'Invernal' Dario Voltolini
La mirada del hijo
Iñaki Ezkerra
En 'Invernal', el escritor italiano Dario Voltolini (Turín, 1959) nos ofrece una de esas novelas que son capaces de dejar huella en la memoria en medio del ruido de las novedades. Lo que nos cuenta es una sencilla historia que se inicia en un bullicioso mercado de su ciudad natal cuando un carnicero se clava en un pulgar la hoja del cuchillo con el que despieza un cordero. Lo que sigue es una sucesión de complicaciones en la salud de ese hombre que constituyen todo el cuerpo del argumento: tras la intervención clínica con la que logran salvarle el dedo, le sobreviene una infección y más tarde un agotamiento físico que demanda nuevas pruebas médicas, una serie de viajes a distintos hospitales, un insólito y demoledor calvario… Lo que Voltolini plasma en este bello texto autobiográfico, es el modo en que empezó a perder a su propio padre tras ese fatal percance que tuvo lugar a finales de los 70. Pero lo que hace prodigioso el libro es la extraña limpidez del estilo, cómo narra y describe ese proceso; cómo de una testifical y a la vez poética e hipnótica tercera persona pasa a la primera, que lo implica emocionalmente.
Pese a que el tema de 'Invernal' es el crudo invierno de la enfermedad, el deterioro, la pérdida de la figura paterna, lo que hace singular esta breve obra maestra es la mirada atenta, constante, amorosa, perpleja del hijo que va levantando acta, paso a paso, del proceso por el cual la vida se tuerce y un hecho imprevisto como un accidente se convierte en una fatalidad insoslayable.
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'Antología Premio Domingo Santos' Varios autores
Una antología fantástica
Mariano Villarreal
El premio Domingo Santos es un certamen literario que debe su nombre al gran escritor, traductor, editor y divulgador homónimo, y se erige como uno de los galardones más prestigiosos y longevos de la literatura fantástica en nuestro país. Convocado anualmente en el contexto de la Convención Española de Fantasía, Ciencia Ficción y Terror (HispaCon), con el apoyo de Pórtico (Asociación Española de Fantasía, Ciencia Ficción y Terror), cuenta con una extensa e interesante trayectoria.
Esta antología recoge, por primera vez en un único volumen, todos los relatos premiados desde 1992 hasta 2019, acompañados de un palmarés final que detalla las características de cada edición. Muchas de estas historias fueron publicadas en revistas y fanzines actualmente inencontrables, o han permanecido inéditas hasta ahora. En esta antología el lector podrá encontrar nombres consagrados del fantástico -como Félix J. Palma, César Mallorquí, Eduardo Vaquerizo, José Antonio Cotrina o Emilio Bueso- junto a otros autores de no inferior talento, aunque más desconocidos para el profano.
Historias sobre viajes en el tiempo, vampiros, robots, alienígenas, virus descontrolados, tramas apocalípticas, detectivescas, cyberpunk, distópicas, humorísticas, relatos de amor y de horror, postales bíblicas, visiones poéticas del próximo y lejano futuro, y mucho, mucho sentido de la maravilla.
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'Excéntricos' Geminello Alvi
Carrusel de vidas
Gerardo Elorriaga
Hay libros que son completas rarezas, hallazgos que parecen escapar de cualquier clasificación de género. 'Excéntricos' cumple esa condición tanto en el fondo como en la forma. Su propósito es insólito ya que nos da cuenta de la existencia de 42 individuos reales a través de 178 páginas, con la característica común de cierta peculiaridad en su vida e identidad, el recurso al dato y la recreación a través de la ficción. Por supuesto, se trata de someros relatos, escritos en primera o tercera persona, en torno a las peripecias de todo tipo de sujetos, desde el pintor Yves Klein al actor James Stewart o el escritor John Ronald Reuel Tolkien.
La selección se antoja arbitraria, aunque la habilidosa exposición convierte a todos los incluidos en objeto de interés. Quizás el origen italiano del autor prima, y descompensa la relación debido a la preeminencia de aquellos de procedencia transalpina, muchos prácticamente desconocidos fuera de la península. En cualquier caso, la lectura de este libro supone una experiencia excepcional porque, a diferencia de las habituales memorias y el documentada biografía, el escritor y economista Geminello Alvi nos propone un carrusel rápido lleno de atractivas historias que discurren a gran velocidad.
No se trata de un trabajo a vuelapluma. En realidad, se precisa conocer en profundidad la trayectoria del personaje para describirlo sucintamente, pero con tal precisión. El autor consigue introducirnos rápidamente en las circunstancias de cada individuo con una prosa deslumbrante, que no desfallece, que nos atrapa independientemente del peso de cada protagonista.
La diversidad resulta sorprendente. El espíritu taciturno y retraído de Buster Keaton y el exuberante y excesivo de Pancho Villa tienen su lugar en el libro. A pesar de las notorias diferencias, ambas narraciones destilan una extraña veracidad y las leemos y abandonamos con el regusto de un placer intenso, a pesar de su carácter efímero. En el caso del caudillo mexicano, su voz emerge con una sólida plausibilidad.
Este es un libro para tiempos fugaces en los que nada perdura y la cultura es consumida con fruición aunque apenas deje huella. Cada esbozo de Alvi se convierte en un preciso abordaje de las pasiones, dramas o delirios que acompañan la existencia de quienes suelen encontrar acomodo en la Historia, ya sea grande o pequeña.
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