Elena Garro, una «escritora total» en el punto de mira
Biografía ·
Jazmine Barrera profundiza en las «luces y sombras» de la autora mexicana, condenada al ostracismo tras la matanza de Tlatelolco en 1968La política le pasa factura a mucha gente y en el caso de la escritora mexicana Elena Garro (1916-1998) el peaje fue enorme. Marchó ... al exilio y a la oscuridad intelectual a partir de la matanza de Tlatelolco y la convulsión política en 1968. Unos la acusaban de colaborar con el Gobierno de Estados Unidos e instigar aquel movimiento estudiantil que terminó en masacre para favorecer al candidato que apoyaba, Madrazo; otros, der ser un agente del gobierno para destruir ese mismo movimiento. Ella acusaba a los intelectuales de izquierda de utilizar a los estudiantes como carne de cañón contra el presidente mexicano. Y Madrazo murió en un accidente de avión algo sospechoso poco después, no sin antes haberla dejado sola ante la prensa, las autoridades y la opinión pública.
«Eso fue un antes y después en su vida: estaba codeándose con los poderosos, rodeada de intelectuales, siempre con una actitud crítica, y en el 68 perdió el apoyo de todos, incluso de familia y amigos, y fue perseguida por el Gobierno. Fue espiada y amenazada. No solo fue una escritora, fue una activista que logró que les devolvieran las tierras a los campesinos, por ejemplo», resume la también mexicana Jazmina Barrera, autora de 'La reina de espadas' (Lumen). Una biografía de esta «escritora total» que no apareció nunca en sus libros de texto.
La historia de Elena Garro «todavía está llena de misterios que seguirán conociéndose a medida que se desclasifican archivos, testimonios que aparecen todavía de personas que la conocieron. Se va armando poco a poco el rompecabezas de su vida», explica Barrera. Y aun así se muestra convencida de que «hay mucho que quizá nunca sepamos porque hay cosas que sucedían en la intimidad entre Elena Garro y Octavio Paz o Bioy Casares que no conoceremos». Ese espacio impenetrable «es algo con lo que siempre vivimos con respecto a todas las personas, incluso las que más cerca tenemos».
«Era una persona de muchas máscaras, vivió todo el siglo XX y se fue transformando con el tiempo»
Como biógrafa reivindica la duda, la decisión de acercarse a estos personajes «con sus luces y sus sombras», y dejando espacio a la interpretación de los lectores. Partía de la base de que, cuando ella estudiaba Literatura, Elena Garro no aparecía en sus libros, «como ocurre con tantas mujeres en México. Ha habido un trabajo importante en tiempos recientes para rescatar libros que pasaron desapercibidos, grandes, maravillosos libros». En su opinión, «es indiscutible que fue una gran escritora. Trabajó todos los géneros y lo hizo muy destacadamente, con obras de teatro espléndidas y cuentos como yo no he leído casi ninguno, novelas fabulosas y ensayos divertidísimos», detalla. «Una escritora total» que «con una prosa poética exquisita» ofrece visiones de la violencia de género y de la discriminación de los pueblos indígenas y de los campesinos en México, temas que mueven al debate. «Y con un sentido del humor delicioso y unas teorías del tiempo y la memoria que siguen siendo novedosas».
Se la considera precursora del realismo mágico en un sentido más amplio del que solemos entenderlo, algo en lo que influyó su contacto con las creencias de los pueblos indígenas. Creció en Iguala, con una educación muy particular de un padre español y una madre mexicana que eran muy lectores y la introdujeron al mundo de los cuentos de hadas, los clásicos griegos, los autores de los Siglos de Oro. «Y al mismo tiempo estaba siendo criada por indígenas nahuas de Guerrero que la introdujeron en la cosmovisión mesoamericana, donde el tiempo y la idea de lo sobrenatural se perciben de una manera distinta». Este otoño Cátedra publicará su novela 'Los recuerdos del porvenir', un homenaje a Iguala y a su infancia.
Barrera ha llegado a la conclusión de que Elena Garro «fue muchas personas, una distinta según con quién convivía. Era una con su hija, era otra consigo misma y se volcaba en sus diarios, una cuando se proyectaba de manera autobiográfica en sus obras, y otra ahora. Cosas escandalosas en su tiempo ahora no lo son y cosas escandalosas ahora antes no lo eran. Era una persona de muchas máscaras. Se fue trasformando con el tiempo, vivió todo el siglo XX, con acontecimientos históricos que marcaron su personalidad».
Todavía hoy hablar de ciertas vivencias de Garro con su marido, Octavio Paz -que le prohibía escribir y modelar para Dior, que mandó a la hija común a vivir con el padrastro de él, quien había violado a la niña a los cuatro años, que las sometía a ambas a maltrato económico- supone el rechazo absoluto de los 'partidarios' de él, «que tiene un halo intocable todavía. Aún viven personas que lo conocieron, que fueron sus discípulos y lo defienden a capa y espada. Sucede lo mismo con Elena, hay quien la plantea como víctima absoluta, la ha idealizado. Se entiende como una amenaza o un ataque retratarlos en toda su complejidad».
- ¿Qué pregunta le haría a Elena Garro, si pudiera?
- Trataría de evitar lo obvio (lo que ocurrió en el 68, si se arrepentía de su vinculación política, o el chisme de por qué no se quedó con Bioy Casares) y le preguntaría por algo que tuviera que ver con la literatura, por aquel libro que se perdió de las novelas rosas, qué quería contar.
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