La dimensión de una historiadora «genial»
Sergio Carracedo
Viernes, 22 de julio 2022, 23:48
En un tiempo en que las redes sociales y la propia sociedad fagocitan todo, encumbran a algunos y desdeñan a otros a ritmo vertiginoso, la ... gran historiadora continúa muy presente en el trabajo diario de arqueólogos e historiadores. Sus investigaciones siguen vigentes y por ello aparecen citadas en trabajos actuales. Sin embargo, para una gran mayoría su figura, y más aún su obra, resultan ciertamente desconocidos y extraños. Y solo reconocen los lugares que ahora portan su nombre: una calle en Vitoria, el centro de formación en el ámbito de la Rehabilitación Histórica ubicado en la localidad alavesa de Fontecha y el edificio de investigación de Humanidades del campus de Álava de la UPV. Esta última designación, recuerda el catedrático José Ramón Díaz de Durana, «fue muy emocionante para nosotros. Fue cuando la Universidad decidió ponerle su nombre a este centro. Ese aspecto de Micaela como mujer investigadora, como una persona que tenía una conciencia muy clara de lo que debía hacer, de cómo lo debía hacer, me parece que es muy resaltable», añade.
Siempre cercana y accesible a quien solicitaba su ayuda, recibió a lo largo de su vida diversos reconocimientos. Hija predilecta de Vitoria (1982), un epígrafe en el libro 'Mujeres Alavesas', de Venancio del Val (1987) y la Medalla de Oro de Álava (1991) «por su labor de divulgación cultural en la provincia» fueron los primeros galardones. En 1993 fue la primera mujer investida doctora Honoris Causa por la Universidad del País Vasco «por su dimensión de historiadora genial, comprometida con la realidad de su entorno y empeñada con todas sus fuerzas en recuperar la memoria histórica de Álava, especialmente a través de su patrimonio artístico». La UPV no dudó en calificarla como «el más importante historiador de Álava del siglo XX», en masculino, para despejar dudas.
Fue la primera mujer en recibir el premio Manuel Lekuona de Eusko Ikaskuntza (1997) por su labor etnográfica y recibió la distinción Lan Onari, otorgada por el Gobierno vasco (2000), en reconocimiento a su «extraordinaria dedicación, constancia y espíritu de iniciativa en el desempeño de su labor profesional en el ámbito de la docencia y de la investigación histórica».
«Es, sin duda, el más importante historiador de Álava del siglo XX»
Reconocimientos
Para recordar a la sociedad su figura y legado, desde su muerte en 2005 se han organizado numerosos homenajes en el País Vasco: libros, eventos, congresos en su nombre, como también un premio de la UPV lcreado en 2012 para distinguir la Mejor Tesis sobre Estudios Feministas o de Género de la universidad vasca. También a modo de homenaje, hace unos años se creó la Ruta de Micaela Portilla en Treviño, ya que la familia paterna de la historiadora procedía de Saraso. Para las próximas semanas y meses se están organizando distintas actividades para ensalzar la permanente dedicación de Micaela Portilla, que generó un legado inigualable. Su propio carácter y condición dejó una profunda huella entre los que la conocieron. Uno de ellos fue el fallecido filólogo Henrike Knörr, quien le dedicó una semblanza en la que calificó a Portilla como «un paradigma del trabajo y la inteligencia en la investigación histórica». Los historiadores en activo coinciden: «Todos esos homenajes son merecidos».
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