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Laura Rico Navarro
No diga familia de artistas, diga Bach

No diga familia de artistas, diga Bach

Música ·

Fue la gran figura de una enorme saga, en una época, el Barroco, donde se repiten los apellidos de los compositores

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Viernes, 25 de junio 2021

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Los Bach. Hablar de familias en el ámbito musical requiere citar inmediatamente a esta saga de más de treinta compositores e instrumentistas repartidos en ocho generaciones a lo largo de casi trescientos años. No hay un caso igual en esta disciplina ni en la historia de la cultura en su conjunto. El más importante de ellos, Johann Sebastian, se sitúa más o menos en la mitad de la saga. Tras él, los más célebres de entre quienes llevaron ese apellido son algunos de sus hijos. Los Bach forman de esa manera no un arroyo sino un río caudaloso que cruza la música desde el Renacimiento hasta el clasicismo e incluso algo más allá, pero reina de manera muy especial en el Barroco.

No es casualidad. Durante ese período de tiempo, la música se hace sobre todo en la corte y la iglesia, pero se trabaja en casa. Veamos lo que sucede en el hogar de los Bach, donde Johann Sebastian se ha casado en segundas nupcias con una soprano, Anna Magdalena. A ella dedica el compositor algunas de sus obras, con ella trabaja, y por allí están los numerosos descendientes del primer matrimonio del autor de 'El arte de la fuga' y los más numerosos aún de la segunda unión. ¿A quién puede extrañar que Wilhelm y Carl Philipp, fruto del matrimonio con su prima Barbara, y luego Johann Christian y Johann Christoph -incluso Gottfried Heinrich, pese a sus problemas mentales-, hijos de Anna Magdalena, se dedicaran a la composición? Lo mismo había sucedido con el gran Johann Sebastian y sus hermanos, y con su padre y sus tíos, y sus abuelos, y así, subiendo por el árbol genealógico, se llega hasta Veit Bach, un músico que murió a comienzos del siglo XVII.

El Barroco es la etapa de la música en la que más abundan las familias célebres. Dejando a un lado las sagas en las que hay una figura relevante y el resto son tan solo buenos profesionales que no ocupan lugar alguno en la Historia (es el caso de Boccherini, sin ir más lejos) la lista es amplia. En Francia están los Couperin, titulares del órgano de la magnífica iglesia de Saint-Gervais, en París, durante un siglo. El más célebre de la saga es François -por eso se le conoce como Couperin el Grande- pero también es destacable su tío Louis.

Jean-Marie Leclair ha pasado a la Historia más por haber sido asesinado que por sus obras, pero fue un compositor muy notable en la recta final del Barroco. Formó junto a sus hermanos Pierre, Jean-Benoît y otro Jean-Marie (en este caso conocido como el Joven para diferenciarlos) una familia muy conocida, vinculada a los orígenes de la escuela francesa del violín.

En el XVIII están además los Leclair, Scarlatti, Marcello, Mozart, Couperin y otros

En lo que hoy es Italia destacan los Scarlatti y los Marcello. Alessandro y Domenico Scarlatti eran padre e hijo. El primero trabajó mucho la música vocal y dejó un catálogo tan grande como desconocido. El segundo, que vivió en la corte de Madrid, hizo aportaciones fundamentales al género de la sonata, en el que produjo una cantidad casi inverosímil de obras: 555. Su estilo enlaza ya con el clasicismo.

Los Marcello eran hermanos. Y miembros de la nobleza veneciana. Alessandro, poeta, filósofo, matemático, dejó para la posteridad entre otras obras un bellísimo Concierto para oboe. Benedetto, magistrado y miembro del Gobierno de la República Serenísima, adquirió gran fama en su tiempo por sus piezas de numerosos géneros, en muchos casos con protagonismo de la voz. Los especialistas no están seguros de si en algún momento ambos hermanos no intercambiaron sus obras, así que no hay garantía absoluta en ciertos casos de cuál de los dos Marcello es el autor.

Desde el Clasicismo

Los dos grandes compositores del Clasicismo forman parte de grupos familiares. Mozart aprende cuanto necesita de su padre, Leopold, un compositor discreto del que apenas se interpretan unas pocas obras. Pero es el progenitor del genio por excelencia. Aunque sus métodos son más que discutibles el resultado no pudo ser mejor. En cambio, Wolfgang Amadeus no tiene la posibilidad de hacer lo mismo con su hijo Franz Xaver Wolfgang, que tenía apenas cuatro meses cuando él murió. Su lugar en la Historia de la Música es apenas una nota a pie de página, pero no es fácil destacar cuando se tiene encima una sombra semejante.

Franz Joseph Haydn tuvo un hermano cinco años más joven, Michael, que también fue compositor. De menor calidad y menos prolífico, y además afectado por una confusión no tan infrecuente en la disciplina: hasta comienzos del siglo XX una de sus sinfonías se atribuía a Mozart. No es casualidad que tras conocerse de quién era realmente la obra prácticamente haya dejado de interpretarse.

Hermanos eran Felix y Fanny Mendelssohn. Ambos gozaron de una educación exquisita -eran descendientes de una familia de banqueros y filósofos-, con todos los medios a su alcance para la creación. Fanny fue víctima de la marginación de las mujeres y algunas de sus obras fueron atribuidas a su hermano.

Tras los Bach quizá la familia más célebre de la Historia de la Música es la de los Strauss. Los reyes del vals fueron un padre, Johann, y tres hijos: Johann, Josef y Eduard. Durante casi un siglo (el más pequeño de los hermanos murió en 1916), su dominio en la música digamos ligera, la formada por valses y polcas que se interpretaban al aire libre o en lo que entonces se llamaba locales de entretenimiento, fue absoluto.

La segunda familia en importancia en el campo de la música es la de los Strauss

Ya en el siglo XX, las hermanas Boulanger podrían haber formado una de las más poderosas sagas. Pero Lili murió con solo 24 años, dejando algunas muestras de enorme talento y motivos para lamentar que su vida fuera tan corta. Su hermana Nadia, compositora e intérprete, fue la para muchos mejor pedagoga musical de la Historia. La lista de sus alumnos avala tal afirmación.

Gershwin también tuvo un socio inmejorable en su hermano Ira, pero en este caso como letrista de muchas de sus canciones. Esta variedad de disciplinas entre hermanos es realidad hoy mismo entre nosotros, gracias a Alberto y Cristina Iglesias, compositor y artista plástica, respectivamente.

El segundo hijo de Dmitri Shostakovich, Maxim, es director de orquesta y ha dedicado buena parte de su carrera a divulgar la parte menos conocida de la obra de su padre. En el ámbito de los intérpretes también hay grupos familiares relevantes: Manuel García, cantante, productor, director de escena e incluso compositor, una de las figuras más relevantes del teatro lírico europeo en el siglo XIX, era el padre de María Malibrán, Pauline Viardot-García y Manuel Patricio Rodríguez García, todos ellos cantantes y profesores de canto de primera línea, en especial María y Pauline. Es un caso similar, trasladado a la guitarra y al siglo XX, al de los Romero, un cuarteto formado por Celedonio y sus hijos Ángel, Celín y Pepe.

La mezzo milanesa Giuditta Grisi, que murió muy joven -para ella escribió Bellini el papel de Romeo en 'Capuletos y Montescos'-, era hermana de la soprano Giulia y prima de la bailarina Carlotta Grisi, que fue la primera 'Giselle'. El violinista Yehudi Menuhin tenía dos hermanas pianistas, Hephzibah y Yaltah, que desarrollaron carreras menos relevantes pero de cierto relieve. En el Hagen Quartet hay tres hermanos (en sus inicios fueron los cuatro).

Entre los pianistas no son extraños los dúos formados por hermanos: ahí están Aloys y Alfons Kontarsky, Katia y Marielle Labèque y en la última generación Lucas y Arthur Jussen. En España también los ha habido y los hay: de José y Amparo Iturbi a Víctor y Luis del Valle. Todos ellos parecen avalar la tesis de que al menos una parte del talento se transmite a través de los genes. Pero eso no garantiza nada. De hecho, hasta las mayores sagas se han agotado en algún momento y no porque no hayan tenido descendencia. Hasta los ríos más caudalosos se secan.

Aristocracia pop

Rock, jazz, soul, folk, country, bossa nova… Da igual el género. En todos encontramos familias que se han dedicado a la música durante generaciones. La mayoría han caído en el olvido. Otras, las menos, han jugado un papel fundamental en el desarrollo de la música popular, como los Coltrane, Carter, Marsalis, Gilberto, Staples o Marley. Dinastías de apellidos ilustres que forman parte de la aristocracia del pop. The Carter Family fueron los pioneros de estas sagas familiares. Se dieron a conocer en 1927 gracias a una serie de grabaciones para el sello Victor que los historiadores consideran 'el Big Bang de la música country'. Su música también tuvo un profundo impacto en artistas folk como Joan Baez, Bob Dylan, Pete Seeger y el mismísimo Johnny Cash, quien se unió al clan tras contraer matrimonio con la cantante June Carter, una de las hijas de la familia.

The Staples Singers siguieron la senda abierta por los Carter. En 1949, Roebuck 'Pops' Staples, hombre de profundas convicciones religiosas y excelente guitarrista, montó un grupo de gospel junto a tres de sus hijos: Mavis, Cleotha y Pervis. En sus canciones denunciaban el racismo y las injusticias que sufría la comunidad afroamericana. Acompañaron a Martin Luther King en sus mítines, cantando antes de que el reverendo ofreciera su discurso. Himnos como 'Respect Yourself', 'Freedom Highway', 'I Will Take You There', 'If You're Ready (Come Go With Me)' y 'Long Walk to D.C.' se convirtieron en la banda sonora del movimiento por los derechos civiles.

Oriundos de Nueva Orleans, los Marsalis son la familia más popular e influyente del jazz moderno. Ellis, el patriarca, falleció el año pasado a los 85 años por culpa de una neumonía provocada por el coronavirus. Fue un pianista elegante y, sobre todo, un excelente docente. Sus hijos Wynton (trompetista), Bradford (saxofonista) y Jason (baterista) son primeras figuras de la escena. No son por supuesto los únicos vástagos que han conseguido desprenderse de la alargada sombra de sus progenitores. Ravi Coltrane (hijo de John Coltrane), Rufus Wainwright (hijo del cantante de folk Loudon Wainwright III), Neneh Cherry (hija del trompetista Don Cherry), Norah Jones (hija de Ravy Shankar) y China Moses (hija de la cantante de jazz Dee Dee Bridgewater), entre otros, también se han ganado un lugar en el negocio de la música por derecho propio.

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