La democracia como medicina
Patología ·
Virchow compatibilizó su ingente labor científica con un activismo político que lo llevó incluso al ReichstagMAURICIO-JOSÉ SCHWARZ
Viernes, 27 de agosto 2021, 23:57
Según qué biógrafo lea uno, la mayor aportación de Rudolf Ludwig Carl Virchow se encuentra en sus estudios sobre el cáncer, la patología celular, el impulso de la experimentación o el de la democracia o en otro de los muchos campos de los que se ocupó a lo largo de su vida. Su influencia en la ciencia es colosal, pero tiene además presencia relevante para el ciudadano común, como gran promotor que fue de la sanidad pública y la medicina social.
El que sería llamado padre de la Patología moderna y por sus contemporáneos 'Papa de la Medicina' nació el 13 de octubre de 1821 en Schivelbein, Prusia, hoy parte de Polonia, hijo único del granjero y tesorero local, Carl Christian Siegfried Virchow, y de su esposa, Johanna Maria Hesse. Sus demostradas capacidades como alumno hicieron que sus padres contrataran lecciones extraescolares para mejorar su educación, con lo cual el joven Rudolf consiguió en 1839 una beca para estudiar Medicina en la Academia Militar Prusiana.
Su camino profesional lo marcarían sus profesores Johannes Müller y Johann Schönlein, que lo introdujeron a las técnicas experimentales de laboratorio. En 1843 pasó a hacer su internado en un hospital universitario en Berlín, donde otro profesor, Robert Froriep, le enseñó técnicas de microscopía y lo expuso a las nuevas ideas sobre las causas y tratamiento de las enfermedades.
Faltaban 20 años para que Louis Pasteur y Robert Koch concretaran la teoría microbiana de la enfermedad, y gran parte de la Medicina seguía empantanada en la creencia de los cuatro supuestos humores como explicación de los procesos del cuerpo. Pero, más aún, se creía que se podía entender el mundo natural buscando sus principios básicos en la especulación filosófica antes que en las observaciones y experimentos. Ante este panorama, Virchow se propuso promover la aproximación más científica y basada en los datos recogidos del mundo real mediante observaciones sistemáticas y rigurosas. Esto lo convirtió en uno de los fundadores de la Medicina basada en evidencias.
Ya como médico con licencia, en 1847 ocupó el puesto de Froriep en la Universidad de Berlín y fundó una revista científica sobre Anatomía y Fisiología patológicas y Medicina clínica de gran influencia, y que sigue publicándose hoy bajo el nombre 'Archivos de Virchow' como 'journal 'oficial de la Sociedad Europea de Patología.
Un año después, trabajó evaluando unos brotes de tifus en Silesia, región especialmente pobre de la Prusia de entonces. Las conclusiones de su informe fueron inesperadas: el brote no podía controlarse tratando a los pacientes individuales con medicamentos, sino que solo se podría lograr con una acción radical que promoviera el avance social de toda la población, algo que requería «democracia plena e ilimitada» además de «educación, libertad y prosperidad». Las enfermedades, defendía Virchow, nunca eran puramente biológicas, sino que se derivaban y propagaban mediante los mecanismos de la sociedad.
Esta experiencia marcaría un nuevo camino para Virchow. Si, como pensaba, la Medicina era una ciencia social y que los médicos eran «los abogados naturales de los pobres», resultaba necesario fundar una revista, 'Medicina social', y participar en la revolución de 1848.
La teoría celular
Su actividad política llevó a que lo cesaran como especialista en disecciones del hospital universitario Charité de Berlín, pero pronto fue readmitido a petición de sus alumnos y colegas. Virchow continuó su labor científica, que se tradujo en más de 2.000 escritos, entre los cuales uno especialmente influyente fue 'Patología celular', de 1858, considerado la piedra angular de la Patología moderna. Una de sus afirmaciones clave era la defensa de la teoría celular, es decir, que todos los tejidos de los seres vivos están compuestos de células, y que la generación espontánea no existía pues «toda célula proviene de otra célula», como pocos años después demostraría Pasteur. El otro elemento que cambió el rumbo de la Patología fue su concepto de que la enfermedad no surge en tejidos u órganos en general, sino principalmente en sus células individuales. Con ello, era posible el diagnóstico de enfermedades no solo mediante los síntomas, sino estudiando a las células afectadas.
Su convicción de que los métodos de la ciencia eran el camino de la Medicina lo llevó a realizar importantes aportaciones en Anatomía y Fisiología, convirtiéndolo en el primero en describir y dar nombre a afecciones tales como la leucemia, el cordoma, la ocronosis, la embolia y la trombosis, y a tejidos tales como la mielina que recubre las fibras nerviosas además de acuñar términos necesarios como cromatina, agénesis, parénquima, osteoide, degeneración amiloidea y espina bífida. Su trabajo en la disección llevó a su procedimiento para las autopsias, sobre el cual se ha modelado el que utilizan los patólogos forenses hoy en día. Y su estudio de la triquinosis le permitió descubrir la transmisión de enfermedades de los animales a los humanos, lo que ahora conocemos como zoonosis. Además, encontró tiempo para interesarse por la Etnología, fundando asociaciones antropológicas que hoy siguen publicando el 'Journal de etnología' que Virchow fundó.
Sus convicciones políticas además lo llevaron a emprender una carrera como estadista. Fundó el Partido Progresista, de tendencia liberal, en 1861, con el cual fue electo a la Dieta (congreso) de Prusia en 1862, donde se enfrentó directamente a Otto von Bismarck por sus políticas conservadoras, aunque apoyó al llamado 'Canciller de hierro' en su lucha cultural contra la religión. Además, de 1880 a 1893, fue miembro del Reichstag o congreso del Imperio alemán, asumiendo como su principal tarea la de mejorar las condiciones de salud de los berlineses, sobre todo promoviendo sistemas modernos de agua potable y alcantarillado.
En 1885 se propuso un estudio de mediciones de cráneos. Sus conclusiones desafiaban las ideas racistas de la época y el concepto de la 'raza aria'. Virchow denunció el «misticismo nórdico» en el congreso de Antropología de ese año, mientras que uno de sus colaboradores estableció que todos los europeos eran «una mezcla de varias razas» y que los estudios realizados obligaban a «combatir cualquier teoría referente a la superioridad de la raza europea».
El duelo de las salchichas
La oposición de Virchow al gasto militar de Bismarck llevó a este a desafiar al médico a un duelo en el año 1865. Toda la historia relacionada con este hecho parece una leyenda, pero hay algunas crónicas de la época que hacen un relato verosímil del episodio por extraño que pareza. Como quiera que al ser el desafiado Virchow podía elegir armas, sugirió que el duelo se hiciera con dos salchichas: una cocida para él y otra cruda con larvas de triquina para Bismarck. El entonces primer ministro de Prusia decidió retirar el desafío al considerar el combate demasiado arriesgado.