Crítica de libros | Elia Barceló y el 'cozy crime'
Novela ·
Un nuevo 'noir mediterráneo' de la autora alicantina en el que el crimen se mezcla con el arte expresionistaLa novela policíaca presenta un buen número de fórmulas destinadas a atraer la atención y a provocar el estremecimiento del lector. Una de ellas, que ... está cobrando una cierta fuerza en el ámbito anglosajón, es el 'cozy crime' o 'cozy mystery', un subgénero que es la antítesis del argumento que nos brinda un asesinato salvaje, un héroe bregado en el arte de vérselas con psicópatas despiadados y unos escenarios duros, destemplados y acordes con toda esa tenebrosidad. El 'cozy crime' es la cara amable del crimen y consigue provocar el escalofrío del lector colocándole ante una escenografía bella, costumbrista y tranquila, un 'locus amoenus' donde este parece imposible. El asesino ofrece asimismo un apacible aspecto, y el personaje encargado de descubrirlo es alguien que responde igualmente a unos esquemas de normalidad. Es en esos contrastes entre la monstruosidad del asesinato y un entorno grato, familiar, armónico, donde reside su eficacia literaria y su aspecto más inquietante. En la narrativa española, la escritora alicantina Elia Barceló es una ineludible referencia en esa modalidad narrativa que tiene su gran modelo en Agatha Christie. Su receta novelesca la ha encontrado en su propia tierra, esto es, en lo que podemos denominar el 'noir mediterráneo', del que fue un ilustrativo ejemplo 'Muerte en Santa Rita', obra que publicó el pasado año y que ahora encuentra su continuidad en 'Amores que matan', una segunda entrega del ciclo, que se desarrolla argumentalmente en el mismo escenario de la localidad imaginaria de Benalfaro, pero que puede leerse sin conocer la que le precedió, pues posee una identidad autónoma.
De este modo, volvemos a la finca, al palacete y a la colonia de Santa Rita regentada por Sofía, la anciana escritora que cultiva, bajo distintos seudónimos, el género de la novela negra y el de la novela rosa. Volvemos al paisaje paradisíaco que habíamos conocido en primavera, pero ahora sumido en los calores mañaneros de la estación estival, en las rutinas de las siestas vespertinas y en las noches estrelladas y frescas. Volvemos a la amplia nómina de personajes que la autora sabía mover con credibilidad en ese peculiar escenario en el que nada malo puede suceder, ni nadie puede albergar criminales instintos: a Candy, la imprescindible secretaria de Sofía; a Miguel, el ciego profesor de Matemáticas; a Nel, el universitario… Compartiendo el verano con esos veteranos inquilinos, se halla la recién llegada Nieves, que tiene el propósito de inaugurar un estudio de yoga, para lo cual ha de habilitarse uno de los viejos pabellones abandonados. Pero ese sueño se ve de pronto enturbiado por un hallazgo macabro cuando se están derribando las paredes de la ruinosa construcción. Entre los escombros aparece el esqueleto de un bebé, junto a siete lienzos de estilo expresionista.
Dicho hallazgo reclama la investigación policial, por una parte, y la de los expertos en arte por otra. Para la segunda indagación, la del peritaje de los cuadros encontrados, entrará en escena Marco Heyni, un prestigioso especialista suizo en la escuela 'Der Blaue Reiter' (El jinete azul), en la cual se inscriben las obras encontradas. Marco Heyni atraviesa una complicada situación personal. Llega a Benalfaro con una amante embarazada y ha dejado atrás a su esposa, de la que quiere divorciarse; unos planes que se frustran trágicamente cuando aparece asesinado. Para ambas investigaciones, la del cadáver del bebé y la de la extraña muerte de Marco Heyni entrará en acción la inspectora Lola Galindo, que contará con la ayuda incondicional de Robles, el comisario jubilado que fue capaz de resolver el caso en 'Muerte en Santa Rita'. Y a las pesquisas de una y otro se añaden en el texto las de Greta, la sobrina de la anciana y traductora de sus libros, en busca de los secretos familiares que puedan esconder los antiguos documentos del archivo de la finca. De este modo, la novela obedece a las claves tradicionales del género. En el 'cozy crime', la labor detectivesca debe quedar en manos de personajes de la vida corriente. Aquí no cabe ese tipo de héroe violento cuya instrucción militar le permite enfrentarse con gran pericia física a sofisticados criminales.
Hay un aspecto que se suma al planteamiento de la intriga criminal en esta novela, y es el del mensaje social. Si ya en la primera entrega de la serie había una reivindicación de la tercera edad a través del personaje de Sofía, en esta ocasión la trama artística le sirve a la autora para homenajear a Marianne Werefkin, una olvidada pintora rusa expresionista.
-
Lucía | Bernard Minier
El asesino que leía a Ovidio
J. Ernesto Ayala-Dip
En la novela que comento hay dos circunstancias que me sorprenden notablemente. Estoy hablando de 'Lucía', un 'noir' francés, del escritor Bernard Minier (Béziers, 1960). Ahora hablo de aquellas circunstancias que cité al comienzo. La primera es que transcurre en Salamanca, con su atmósfera y aureola universitaria tan conocida. Junto a ello, el personaje central es Lucía Guerrero, una joven teniente de la Guardia Civil (especialmente de la reconocida Unidad Central Operativa), mujer de armas tomar pero con un sentido del deber profesional innegociable, además de un instinto psicológico que ya quisieran para sí no pocos profesionales del estudio de la mente humana. Junto a esta investigadora no debemos soslayar la indispensable aportación de Salomón Borges, catedrático de Criminología en la Universidad de Salamanca. Este catedrático se suma a la investigación de varios asesinatos, ocurridos en los últimos 30 años en España, solo como colaborador externo, además de aportar para estas investigaciones un programa informático que el catedrático y unos pocos alumnos suyos han logrado poner a punto para su inmediato uso. Por tanto, tenemos un escritor francés que ancla su trama en territorio vecino, con un grado de conocimiento del suelo que pisa que es de admirar. Y la segunda circunstancia que me asombra es estrictamente literaria. La utilización que hace Bernard Minier de un libro esencial de la literatura latina del siglo I de nuestra era: se trata de las 'Metamorfosis', del poeta Ovidio.
Gracias a eso, me sentí obligado a dar un repaso a las 'Metamorfosis'. ¿Por qué? Sencillamente porque la trama de 'Lucía' casi lo exige. Resulta que el asesino en serie que habita en esta historia mata a sus víctimas según la interpretación que hizo la pintura del Renacimiento y el Barroco de algunos relatos de la 'Metamorfosis'. Deja sus cadáveres en la misma posición que el pintor de turno interpreta esa obra. En menos palabras, el que asesina parejas jóvenes o maduras, pero siempre sorprendidas en ocasiones de felicidad compartida, es un estudioso tanto de Ovidio como de las escuelas pictóricas apuntadas. Esto lleva a la teniente Guerrero y al criminólogo Borges a buscar en bibliotecas una edición especial de las 'Metamorfosis', de la que el asesino extrajo una cita concreta que envió a los investigadores. La cita varía según las ediciones que se manejen.
Esta novela me apasionó porque además de la calidad de su entramado argumental, de la verisimilitud de sus diálogos y escenas, me obligó indirectamente a volver sobre la figura de Ovidio, el cual terminó sus últimos ocho años de vida confinado por orden de Augusto en un remoto puerto del mar Negro, en la actual Rumania. ¿Qué más se puede pedir de un libro, además de entretenerte?
-
Homo irrealis | André Aciman
Vida paralela
Pablo Martínez Zarracina
La intuición de que solo se vive en el pasado y de que el pasado no se forma solo con lo realmente sucedido explica este libro de André Aciman. En términos de escritura autobiográfica, 'Homo irrealis' podría ser el reverso de la estupenda 'Lejos de Egipto' (Libros del Asteroide), las memorias de infancia del autor nacido en Alejandría: un texto que no gira sobre los hechos, sino sobre su experiencia, y que no aspira a reproducir narrativamente la vida de un hombre, sino la conversación interior que ese hombre mantiene consigo mismo cuando piensa en lo vivido. Eso explica el carácter fragmentario, disperso y circular del libro, su melodía propensa a la repetición y su libertad para considerar tan importante lo que nunca ocurrió o lo que pudo ocurrir como lo que realmente ocurrió.
«Recordamos mejor lo que jamás sucedió», escribe Aciman, glosando en un paseo por Roma sus estancias en la ciudad y algunos episodios de iniciación sexual durante su adolescencia. Esa reflexión biográfica se entremezcla con lo leído sobre los viajes de Freud a Roma y con la visita al Apolo Sauróctono de los Museos Vaticanos. La combinación entre vida y cultura es constante y conforma el libro afianzando su tesis: lo irreal, en este caso lo leído o lo visto en una pantalla o un museo, puede ser una experiencia real y decisiva. De ese modo, en las páginas de 'Homo irrealis' el autor recuerda Alejandría a través de Cavafis, persigue una noche blanca en San Petersburgo siguiendo los pasos de Dostoievski o reconstruye una historia de amor a través del cine de Éric Rohmer.
El automatismo en la glosa cultural que se advierte en algunos de los capítulos finales del libro señala el mayor riesgo que asume André Aciman. Tiene que ver con sobrepasar la distancia que transforma al narrador en un simple espectador de sí mismo y en hacer de eso una plantilla infalible. Curiosamente, el autor identifica el problema en una cita de Pessoa, otro de sus escritores favoritos: «Me he vuelto una figura de libro, una vida leída». A cambio, son mayoría los capítulos de 'Homo irrealis' en los que la implicación biográfica da sentido a la reflexión literaria o artística. El libro gana cuando incide en la idea de que los pasados posibles conforman el presente de algún modo. Lo hace impulsado por la característica escritura de Aciman, que es capaz de convocar en sus páginas una originalísima temperatura al tiempo nostálgica y reflexiva. La traducción española funciona a ese respecto muy bien, consiguiendo extensas tiradas de frases de largo periodo que van y vuelven sobre una idea de un modo hipnótico que se diría aspira a reproducir el ritmo del pensamiento en el interior de la cabeza de un paseante ensimismado.
-
Miradnos bailar | Leila Slimani
La historia de Marruecos en los 60 a través de una familia
Jon Kortazar
En la novela 'Miradnos bailar' Leila Slimani cuenta, a través de las vivencias de una familia, la situación económica, política y social en el Marruecos de los años 60, una vez que se ha producido la descolonización francesa. Los colonos se han ido, pero se mantienen las mismas estructuras económicas y en la política la represión es aún más fuerte. No es la primera vez que se retrata una compleja situación social por medio de una vida privada. Pero Leila Slimani muestra una habilidad especial en la narración de la historia de la familia Belach en su contexto histórico.
Una muestra de su forma de narrar consiste en el proceso de convertir en símbolos objetos cotidianos. Por ejemplo, en la utilización del retrato del rey Hassán, que muestra una doble cara, occidental en ocasiones, tradicional cuando conviene (p. 432). En la inclusión de los personajes de ficción en hechos históricos, recurso más reconocible, como cuando Mehdi es invitado a una recepción real en Sjirat, en la que sucede un golpe de estado (p. 306-319).
Y sin duda, la utilización de identidades cruzadas, porque muchos de los personajes no pertenecen a una sola identidad, o a una sola clase: Aicha es marroquí, pero ha realizado estudios de Medicina en Estrasburgo, lo que permite que la novela recorra amplias vertientes por capas sociales y culturales distintas. En la obra llama la atención el final abierto para muchas de las vidas de los personajes, lo que acerca la ficción a una imagen del tiempo real, que no se subordina a períodos medidos.
-
Geoff Dyer
Los últimos días de Roger Federer y otros finales
J. O. L.
A sus 65 años, el inglés Geoff Dyer ha escrito sobre los instantes finales de una carrera. El adiós del tenista suizo Roger Federer es citado, aunque ocupa un fragmento pequeño. Por las páginas de esta obra pasan el deterioro mental de Nietzsche, los nuevos sonidos que Dylan encontró tras una crisis creativa y muchos más artistas como el escritor Ruskin y el pintor Turner, dos artistas del siglo XIX británico. El gran logro de Dyer es que nos presenta un análisis importante para que podamos analizar cómo son las despedidas de los genios que nos han fascinado e intentar dar una explicación sobre ellos. Dyer logra desentrañar los misterios de las fases finales de las personas en una obra que llena de anécdotas y referencias que nos hacen reflexionar.
-
Sergi Bellver
Blanco móvil
I. E.
'Blanco móvil' es un texto autobiográfico del escritor catalán Sergi Bellver (Barcelona, 1971) y en él nos narra su peripecia vital de hombre nómada que no tiene una casa, aunque tampoco se puede decir que viva en la indigencia. Desde hace más una década, habita en domicilios prestados, en pisos modestos de zonas obreras o en casoplones de barrios residenciales a los que le ha llevado la generosidad ajena o el destino. Su aventura responde a un ideal de libertad personal que se opone al de la actual sociedad de consumo y al modelo de una existencia segura con el que sueña la mayoría de los ciudadanos. Esta propuesta de rebeldía nos sorprende por su coherencia y su contundencia. Un texto testimonial en el que la pasión no se halla exenta de humor.
-
Herbert C. Lewis
Un caballero a la deriva
I. E.
Herbert Clyde Lewis nació en Nueva York en 1909 de padres judíos de origen ruso y murió en 1950 superado por las deudas y el alcohol. La editorial Periférica recupera 'Un caballero a la deriva', su primera novela, que fue publicada en 1937 y que narra una singular peripecia de supervivencia. Henry Preston Standish ha llevado una vida convencional y cómoda como marido y padre ejemplar en la ciudad de los rascacielos hasta que decide embarcarse en una aventura marítima a bordo del 'Arabella', un viaje que le hace totalmente feliz. Pero de pronto, mientras contempla una puesta de sol en la cubierta del barco, resbala y cae a las aguas de Pacífico. Con un estilo sencillo y lineal, la novela describe la capacidad de recursos de Standish para salir airoso de ese ligero contratiempo.
-
José María Merino
En el país de Lindabrina y Ratón Pérez
I. E.
El escritor coruñés de nacimiento y leonés de adopción José María Merino siempre ha demostrado un gran talento para la literatura fantástica. En esta ocasión nos presenta un cuento infantil que responde a todas las claves del género y en el que la heroína, Ana, es una niña a la que se le empieza mover un diente de leche. Ese acontecimiento lleva a sus padres a colocar en el pasillo de su casa una minúscula puerta de madera con un roedor dibujado que no es otro que el Ratón Pérez. El texto es el desarrollo del mundo mágico con el que esa puerta le pone en contacto a la protagonista y en el que no falta otro personaje propio de la imaginería de la infancia: un hada. Entre los prodigios a los que Ana tiene acceso, se halla el de arreglar con dibujos las cosas que se estropean.
-
Patti Smith
El libro de los días
I. E.
En 'El libro de los días', la escritora, cantante y artista visual Patti Smith (Chicago, 1946) presenta una recopilación de 366 fotografías sobre objetos cotidianos, íntimos y dispares, pero también sobre sus mitos preferidos y sus seres queridos. La aventura de este singular volumen se inició en 2018, cuando la artista publicó su primera foto en Instagram y trasladó parte de su diario a la red social. El material que ofrecía a sus seguidores eran breves reflexiones sobre su vida, sus viajes, sus amistades -entre ellas Cairo, su gato abisinio- o sobre su afición a visitar las tumbas de los escritores a los que más admira. La mayoría de las imágenes que conforman este volumen son, sin embargo, inéditas y van acompañadas de inspirados pies de foto en los que el contenido emocional se mezcla con la reflexión y el valor estético.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión