Borrar
Ciberleviatán y ciberfascismo
Lecturas

Ciberleviatán y ciberfascismo

Ensayo. José María Lassalle advierte en un libro perturbador del riesgo de colapso de la democracia liberal ante el avance de la revolución digital

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Sábado, 28 de marzo 2020, 00:16

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La lectura de 'Ciberleviatán' (Arpa), un ensayo apocalíptico de Jose María Lassalle, me ha puesto en alerta sobre los peligros de la dependencia tecnológica a la que nos enfrentamos los seres humanos. Y leo artículos en distintas publicaciones que hablan de que los algoritmos uniforman el pensamiento o que el móvil ya nos ha dividido en amos o esclavos digitales. Incluso ha despertado mi interés por el transhumanismo, cuando se produzca (?) la fusión del cerebro humano y la máquina. Lo que más me perturba son las advertencias del científico Rafael Yuste sobre la urgencia de establecer unos neuroderechos que nos protejan de los riesgos de la neurotecnología. Ese escenario parece que está a la vuelta de la esquina y los intelectuales que piensan sobre ello avisan de que aún estamos a tiempo para decidir «qué tipo de humanidad queremos».

Lassalle (Santander, 1966) sabe de lo que habla. En 2011 fue nombrado secretario de Estado de Cultura y en 2016 de Agenda Digital, si bien dos años después abandonó la política. Es, además, doctor en Derecho y ha sido profesor en distintas universidades. He tenido la oportunidad de coincidir con él en algún debate y me ha impactado su capacidad de análisis y de prospectiva. Ahora socializa sus advertencias en numerosos artículos en los que previene de la dictadura digital que se proyecta en el horizonte. ¿Es para tanto?, le pregunto en una reciente conversación. «Es para tanto», me responde con seguridad, mientras me ilustra sobre las grandes corporaciones americanas y chinas (en este caso de la mano del Estado) que se están adueñando del pastel digital.

El intelectual cántabro parte del convencimiento de que los datos que genera Internet y los algoritmos matemáticos que los discriminan y organizan para nuestro consumo «son un binomio de control y dominio que la técnica impone a la humanidad». Además hace de los hombres «una especie de enjambre masivo sin capacidad crítica y entregado al consumo de aplicaciones tecnológicas dentro de un flujo asfixiante de información que crece exponencialmente». En esa línea, el Ciberleviatán adopta el rostro de una dictadura tecnológica, una figura titánica que avanza porque «la opinión pública no la percibe con tintes negativos», sino todo lo contrario. «El mejor de los tiempos, el peor de los tiempos», escribió Dickens. El poder real ya es tecnológico y descansa sobre la soberanía de los datos, sostiene el autor, porque los datos se han convertido en la materia prima de la que brota la riqueza.

Lo que viene es un 'data sunami' de una altura inimaginable, ilustra Lassalle, que avanza a una velocidad de vértigo. «Hoy en día, un pequeño empresario de África tiene acceso a más información que Ronald Reagan cuando ocupaba la Casa Blanca». Los cambios son a todos los niveles y parten de la hegemonía cultural que ejerce e impone la tecnología. Se trata de un cambio muy profundo que afecta a la identidad de las personas, una «mutación antropológica» la denomina el ensayista cántabro, que va a resignificar el papel del ser humano.

En un momento en el que el humanismo está en crisis surgen toda clase de carroñeros con la excusa de hacer del mundo un lugar mejor gracias a la tecnología. Lo que asoma, según la tesis de Lassalle, que cita de manera frecuente a Hannah Arendt, es el Ciberleviatán, una de las caras del poder totalitario del siglo XXI. «La capacidad humana de decidir se transfiere a una dictaduda tecnológica», avisa el autor, para añadir que «el despotismo algorítmico está haciendo volver a los hombres a una nueva minoría de edad que desata la tradición liberal del conocimiento que propició el pensamiento ilustrado». Una libertad asistida. El profesor cree que existe un objetivo de «desplazar el eje de legitimidad de la democracia del liberalismo al populismo, con el fin de poner las bases para una dictadura que no utilizará la violencia explícita y masiva del pasado, sino una estrategia algorítmica que predecirá y prescribirá lo que el pueblo quiera de antemano», según recalca un artículo que ha firmado de manera reciente, 'Del ciberpopulismo al ciberfascismo'.

Ciborg y animal de compañía

Lassalle se sumerge también en el debate, muy sugerente, del transhumanismo y la reformulación tecnológica de la condición humana, «convirtiendo al hombre posmoderno en una especie de 'ciborg' que utilice la tecnología como una revolución. El propósito final es un ser humano renovado y desprovisto del software defectuoso que es el cuerpo». Inteligencia artificial, neurociencia, algoritmos, robótica, datos que se almacenan en inquietantes 'cajas negras'… Reflexiones que ponen los pelos de punta. ¿Estamos a tiempo para encauzar la revolución digital en otra dirección y hacia otro destino? El autor de 'Ciberleviatán' cree que sí, por eso considera que la tarea más importante que tiene hoy la humanidad es dar sentido a las máquinas.

Daniel Innerarity, en un reciente artículo sobre la revolución tecnológica, se refería a la contradicción que se produce en este nuevo paisaje tecnopolítico: «Es muy importante para el ser humano y al mismo tiempo está despoblado de humanos, lleno de lugares y procedimientos a los que le está prohibido el paso y la presencia». El filósofo vasco recuperaba una reflexión del científico estadonunidense Marvin Minsky, considerado uno de los padres de la inteligencia artificial, quien afirmaba que «deberíamos considerarnos unos afortunados si en el futuro las máquinas inteligentes nos tienen como animales de compañía».

Ciberleviatán

  • José María Lassalle. Ed.: Arpa. 171 páginas. Precio: 17,90 euros (ebook, 11,99).

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios