Eszenabide premia 'Presunto', una obra que indaga en la violencia que llevamos dentro
Idoia Merodio plantea una reflexión sobre la ley, la justicia y la venganza sobre un tablero de ajedrez
En una de las performances más perturbadoras de Marina Abramovic, la artista se quedó inmóvil durante seis horas junto a una mesa con 72 utensilios ... que el público podía utilizar con ella como si fuera un objeto. Al principio la gente se mostró cordial, pero pasadas tres horas el experimento –realizado en 1974– empezó a convertirse en pesadilla. Pasaron de regalarle una rosa a clavarle espinas en el cuello, incluso alguien cargó un revólver y le apuntaron con él. A la actriz Idoia Merodio se le quedaron grabadas estas imágenes. «Me interesan los sótanos oscuros de los seres humanos, ese momento en el que alguien hace clic y se convierte en una persona que no pensaba que era», afirma.
Este es el tema que aborda en 'Presunto', su primera obra larga –ha escrito algunas piezas breves– y la ganadora del premio Eszenabide en su quinta edición. Un jurado especializado la ha elegido entre cuatro proyectos escénicos en desarrollo, de los que se muestran fragmentos de doce minutos. Por ello recibirá una ayuda de 2.240 euros y una residencia en el centro Harrobia antes del estreno, previsto para el otoño de 2024 en Bilbao.
La obra de Erre Produkzioak, dirigida por Olatz Beobide, transmitió una gran carga de tensión en ese breve pase. Se desarrolla en el sótano de un despacho de abogados donde un hombre está tirado en el suelo, atado y amordazado. Uno de los socios le ha dado un golpe en la cabeza a un cliente del turno de oficio, harto de ver que el sistema al que él pertenece «es injusto y ciego». Su compañera es madre de una adolescente que ha sufrido una salvaje agresión sexual. «¿Es legítimo tomarte la justicia por tu mano como si fueras Dios?», se pregunta la autora, que es también intérprete junto a Aitor Borobia y Alfonso Díez. «¿Qué harías si les ocurriera a tus hijas?».
Todo ocurre sobre un tablero de ajedrez. «Empieza como una partida de blancas y negras y luego el suelo se va difuminando porque no es una historia de buenos y malos. Tiene muchas capas», explica Merodio. Le interesa abrir un debate sobre la ley y la justicia y trazar «un itinerario entre lo racional y lo animal», hacer preguntas para las que no hay respuestas sencillas. «¿Qué empuja a un ser humano a hacer daño a otro?». «¿Existe una línea que nos separe o somos todos capaces de deshumanizar al otro hasta el punto de infligir un daño irreparable?». En su opinión, «tenemos tendencia a hablar en tercera persona: 'la gente dice, la gente hace...' pero nosotros también somos gente y todos tenemos nuestro propio clic», eso que nos hace saltar un momento antes de bajar al sótano.
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