El teatro sí se fija en las 'kellys'
Llega al Teatro Barakaldo 'Las que limpian', una sátira basada en la lucha de las camareras de piso. «Les duele mucho ser invisibles»
«Marité Ameijeiras, Liliux Arévalo, Miriam Barros, Carmen Casín...». El capítulo de agradecimientos de 'Las que limpian', que llega este sábado al Teatro Barakaldo, incluye ... más de veinte nombres y dice mucho del contenido de la obra. La compañía gallega A Panadaría entrevistó a camareras de piso de distintas zonas -Madrid, Galicia, Mallorca, Lanzarote...- para llevar a escena su lucha por mejorar sus condiciones laborales. «Daba igual de dónde fueran y en qué hotel trabajaran, los problemas son los mismos», afirma Ailén Kendelman, creadora del grupo junto a Areta Bolado y Noelia Castro. Les hablaron de su carga de trabajo, de lo que cobran, de lumbalgias y problemas en las articulaciones. Solo les pidieron una cosa: «Que la obra fuese algo alegre, no querían ver un drama».
Eso lo han cumplido a rajatabla, porque el humor es una de las señas de identidad de A Panadaría. Hace diez años que abrieron su 'obrador' en Vigo y este es su cuarto espectáculo, siempre con el sentido crítico y el feminismo como ingredientes. Tras la intensa gira de 'Elisa y Marcela', su «reconstrucción irreverente» de una historia de amor real, les sorprendió el parón de la pandemia. Empezaron a reflexionar sobre un colectivo «del que nadie hablaba» y que ellas sentían cercano. «La madre de Noelia es limpiadora y mi abuela también lo fue», cuenta Kendelman. «Todas lo hemos sido en algún momento aunque sea a título personal, en nuestro hogar».
Dudaban si hacer una obra sobre las amas de casa «o las mujeres que trabajan en casas particulares». Pero les cautivó el movimiento de las 'kellys', «una lucha obrera en la que no se queman contenedores. Ellas tienen otras estrategias más creativas. Empleaban mucho humor, mucha ironía. Repartían escobillas en la puerta del Congreso...». Centrarse en los hoteles les permite «levantar la alfombra» del turismo. «Todos los trabajos son o deberían ser dignos. El problema es que para que tú te puedas ir a un hotel que se adapta a tu economía, eso va sobre las espaldas de las personas que limpian tu habitación».
En la isla de La Toja
Esta sátira coproducida por el Centro Dramático Nacional se desarrolla en la isla de La Toja, «el suelo más caro de España». Juegan con la ficción y la realidad porque «muchas cosas están basadas en personas y hechos reales». Ellas cobran 2,50 euros por limpiar una habitación de 300 y el empresario recibe una importante subvención pública, pero en lugar de mejorar las condiciones la utiliza para su propio beneficio. «Los personajes están muy exagerados, vamos a lo grotesco. A través del humor, hablamos de cosas muy serias». Y la música tiene un papel importante, como en todas sus producciones. Cantan y utilizan cubos y escobillas «como elementos de percusión», explica Kendelman, multiinstrumentista.
Tras la visión crítica, llega «la utópica. En la era del colapso, del 'todo va a ser malo', necesitamos algún referente positivo». Al final hablan de casos reales porque las verdaderas protagonistas son ellas, «unas tías con muchísimo humor. Les gusta su trabajo y quieren hacerlo bien, pero la invisibilidad es algo que duele mucho».
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