Sobredosis

'Asesinos todos' es pura evasión. Renuncian a titular '…y asesinas todas'; y solo usan de cebo 'la ría'. Muy dirigida, sin perder la ocasión de un gag, ágil, estrujan hasta los 'oscuros' de transición entre escenas con tañidos de presagio. Hay insistencias, chistes obvios, y un estiramiento de lo sabido como si desconfiaran de la rapidez del público. El género suele ser así.

Ángel Pardo es el 'Manolo' del acoso. Compone el tipo más cabal, perplejo, frágil, hundido al menor envite, de una comicidad física y vocal muy técnica: sólo repetir su nombre es un resorte cómico. Neus Asensi es una 'característica' con aplomo y voz de gran vis cómica.

Carlos Sobera y Elisa Matilla se reservan pasajes de lucimiento y la tarea de recalcar la hilaridad. Sobera da suelta al Carlos juguetón como propina y aprovecha el tirón televisivo de un público que le espera de otra manera, Y Elisa Matilla es puro estallido verbal y motriz. Los dos parecen hacer teatro de modo que se note mucho que hacen teatro. Aunque no todo es así y se oye «no creerás que tu madre va a vivir toda la vida» o, en el trance de más agobio, «no he podido pegar ojo en toda la tarde», chispitas que bien cogidas son como de Miura o de Jardiel. Entretiene y ganaría sin insistir. Da para dos enredos.