«Sin Semana Grande, menos mal que viene el Barça para que le goleemos»

- 'El precio justo', 'First Dates', 'Volverte a ver', 'Supervivientes'... ¿Me dejo algún programa que tenga en antena?

- No, los has dicho todos. Estás aplicado, ¿eh?

- Ha sido de chiripa. ¿Es consciente de que es casi imposible encender la tele y no verle?

- Sólo si enciendes Mediaset. Todavía te puedes escapar de mí en ETB, en Atresmedia, en TVE y en multitud de canales. Así que tampoco es tan seria la situación: aún cabe escapatoria de Sobera.

- Pero Sobera ha estado en todos esos canales.

- Sí, he sido siempre un contratado por cuenta ajena y eso me ha hecho variar de sitio según las circunstancias, siempre eligiendo proyectos y abordando aventuras nuevas. Ahora, llevo diez años en la que fue mi casa cuando llegué a Madrid en 'Al salir de clase' y no tengo ninguna intención de moverme. Ojalá acabe mi carrera en Mediaset.

- No creo que tenga prisa por acabar su carrera.

- Yo no tengo nunca prisa por nada, ni por acabar ni por empezar. Jamás he tenido prisa.

- Con todos los programas en que está, ¿ya le ven por casa?

- Mi familia igual hasta lo agradece. Nunca se sabe. (Risas). Mi padre era eletricista. Trabajaba en Sefanitro ocho horas y luego otras ocho de electricista en la calle. Yo trabajo mucho menos que mi padre hace cuarenta años. La tele, sobre todo los directos, es un aquí te pillo, aquí te mato, y pasa en un soplo. Es más pesado hacer un programa como 'First Dates', que exige mucha presencia física. Pero, en general, se compatibilizan bien las producciones y te queda tiempo incluso para hacer teatro.

- En los 80 no se veía en la tele.

- Cuando acabé la carrera de Derecho y me planteé ir a Madrid o no, llevaba haciendo teatro con el grupo La Espuela cinco o seis años. Tenía una vocación muy fuerte. Pero entrar en el cine en Madrid era entonces difícil y teles sólo había una, TVE. No existia la riqueza audiovisual propiciada después por las cadenas privadas, el Ministerio de Cultura y las redes públicas de teatros. Otra vez no tuve prisa por hacerlo y en los 90 di el paso.

- Es sosegado, tranquilo.

- Soy tranquilo. Cuando me estrené en ETB les llamó la atención mi absoluta serenidad a pesar de tratarse de un directo. Me llamaban el hombre tranquilo. Nunca he perdido los nervios en ese sentido.

- ¿No le van por dentro?

- Sí, pero, lejos de ser un hándicap, son una motivación. Siempre he tenido el sentido de la aventura en cada cosa que he hecho. Para mí es muy divertido. Cuando daba clases en la universidad, me pasaba igual. Lejos de ser un profe que se acoquinaba ante 300 alumnos, cada vez que llegaba el momento de exponerme, disfrutaba. Debo de ser exhibicionista.

- ¿Echa de menos la uni?

- Echo de menos la relación con el alumnado, que es muy enriquecedora y rejuvenecedora. Pero dar clase no.

- ¿Le queda algo por hacer en la tele que le gustaría?

- No, porque, más que un formato, siempre he soñado con hacer programas que me permitan tener contacto con la gente de la calle. Es lo que más me ha gustado de la tele porque es lo más fresco, más natural, más espontáneo, más fuera de guion... Eso me entusiasma. A través de los diferentes formatos, siempre he tenido la posibilidad estar con gente de la calle, que es lo que me divierte, me hace pasarlo bien y ser feliz en mi trabajo.

- Viene al Campos Elíseos con 'Asesinos todos', donde a uno de los protagonistas le hacen el vacío en el trabajo. ¿Se ha visto alguna vez en una de esas?

- No lo he sentido nunca. Los profesionales pasamos siempre por fases. En nuestro trabajo dependemos mucho de la confianza del público y de los directivos que te contratan. A veces no la tienes y hay que pegar un giro, pero eso no es que te hagan el vacío.

- ¿Qué tal lleva al público con mascarilla?

- Como estamos cegados por los focos, no les vemos y evito así una imagen que no me gustaría nada. Cuando encienden las luces, veo que están contentos y aplaudiendo, pero me gustaría verles sin mascarilla. Las mascarillas nos engañan mucho y no dejan que la gente transmita sus sentimientos. Cuesta mucho ver la sonrisa o la pena en la distancia.

- Va a actuar en una Semana Grande que no es tal.

- Me he hecho a la idea de que va a ser una Semana Grande en la que nos van a faltar la alegría, la ilusión, la calle... hasta los toros. Me da mucha pena. Menos mal que viene el Barça para que le goleemos y eso nos va a dar un poco de alegría.