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Santiago Muñoz Machado, en el salón de plenos de la Real Academia Española. Efe
Santiago Muñoz Machado: «La voluntad de incorporar a la RAE más mujeres existe»

Santiago Muñoz Machado: «La voluntad de incorporar a la RAE más mujeres existe»

El director de la RAE rechaza el tópico de que la Real Academia de la lengua sea una entidad caduca, formada por hombres muy conservadores

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Lunes, 8 de junio 2020, 07:07

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Santiago Muñoz Machado (Pozoblanco, 1949) está al frente de la Real Academia Española en un momento excepcional. Porque a lo largo de sus más de 300 años de historia, solo en dos períodos (las guerras de la Independencia y la Civil) la RAE se había visto obligada a paralizar su actividad. Entre el 12 de marzo y el 16 de abril el coronavirus consiguió que se suspendieran los plenos de la entidad (no el trabajo general) y en esta segunda fecha se celebró por vez primera uno por videoconferencia. Esa suspensión de plenos y comisiones ha sido la única que no ha respondido a motivos bélicos o políticos. Una alteración que no pudo ni imaginar cuando hace año y medio fue elegido para el cargo de director de la Academia de la lengua. Y que estuvo a punto de costarle una cuarentena a miles de kilómetros, porque la extensión de la pandemia le sorprendió durante un viaje por Centroamérica y regresó apenas unas horas antes de que empezaran a cerrarse las fronteras.

- Lleva año y medio al frente de la RAE. ¿Cómo le está yendo a la RAE y a usted?

- Creo que no tenemos motivos para quejarnos. Cuando llegué a la dirección, la situación económica era bastante crítica y eso se ha superado. El Gobierno entendió que esta es la primera institución cultural del país y había que sostenerla, así que nos facilitó los recursos para el funcionamiento ordinario. Y luego las empresas que nos apoyan mediante patrocinios se han implicado también. Desde el punto de vista de la actividad, hemos celebrado dos congresos, uno en Córdoba (Argentina) con el Instituto Cervantes y luego otro encuentro de todas las academias en Sevilla, que ha tenido mucho eco y donde se han presentado proyectos de mucho interés. Este año comenzó con fuerza porque yo mismo, en calidad de presidente de la asociación de academias, he hecho un viaje por siete países de Centroamérica y el Caribe, donde he estado con los presidentes y he hablado de la situación de las academias.

- Es usted el primer director de la RAE en mucho tiempo que no procede de la Filología o la Literatura. En cambio, ha trabajado en el ámbito del deporte, los medios de comunicación, la asesoría... ¿Todo eso sirve a la hora de buscar recursos para la RAE?

- Desde Menéndez Pidal, la gestión de la Academia ha estado en manos de filólogos. Las excepciones han sido Laín Entralgo, y antes Antonio Maura, que tenía la 'pequeña' ventaja de haber sido presidente del Gobierno. Si quien dirige la Academia es una persona bien relacionada, se puede beneficiar de eso. Es muy honroso ser director pero al tiempo exige un sacrificio intenso en lo relativo al trabajo y en el sentido de que tu mundo lo pones al servicio de la Academia.

- Haber tenido contactos con esos ámbitos de los que hablaba también da una forma de ver el mundo.

- Da una cultura social y un conocimiento de las cosas muy intenso. Si uno es un profesor universitario que se centra solo en lo suyo, difícilmente puede analizar otros mundos que no ha conocido. Eso se traduce en otros aspectos: cuando analizamos palabras para el diccionario no se trata solo de un conocimiento filológico sino de cómo se usa esa palabra en la calle.

Retos de la entidad

- Dijo al llegar a la dirección que el primer reto era el económico. Con las cuentas encarriladas, ¿cuál es ahora el primer reto?

- Las cuentas son siempre un reto. Se ha resuelto un año, pero no sabes qué pasará el siguiente, y hay que cuidarlo porque la actividad de la Academia es continua y la economía tiene sus desfallecimientos. Pero al tiempo la tarea central de la RAE es la misma desde su fundación: es el regulador de nuestra lengua y eso hay que cuidarlo. También hay que mirar al futuro y abordar los retos del universo digital. Y además hay que ver cómo se habla el español en otros lugares, para cuidar la unidad. Eso es un reto también para el país. Aun siendo privada, la RAE desarrolla una tarea de diplomacia cultural de primer orden.

- ¿Afectará a la RAE la crisis derivada de esta pandemia?

- Tengo los mismos temores que puede tener cualquier dirigente de una institución de base privada pero que necesita recursos. No creo que la lengua española vaya a quedar afectada, pero la institución deberá estar atenta a esa crisis.

«Hace años empezamos a depurar el diccionario de un exceso de masculinización»

cuestión de género

«Si los usos salieran de ahí y pasaran al lenguaje ordinario tendríamos una preocupante corrupción de nuestra lengua»

lenguaje de las redes

«La Real Academia es una entidad privada que realiza una tarea de diplomacia cultural de primer orden»

funciones de la academia

- Por no hablar solo de dinero y aprovechando que ha vuelto hace tres meses de América Latina, existe el tópico de que un campesino peruano habla mejor y con más vocabulario que un universitario español. ¿Lo cree así?

- No. Creo que el campesino peruano conserva un léxico y una manera de decir que nos recuerdan formas de nuestro Siglo de Oro, igual que sucede aquí en muchos pueblos. Destacan la sonoridad de su vocabulario, la exquisita educación con la que hablan, frente a la rudeza con que a veces lo hacemos en algunas partes de España. En general nos podemos equiparar, sin perjuicio de que es cierta la conservación de un vocabulario muy rico en muchos lugares.

- ¿Somos aquí demasiado coloquiales, demasiado directos, maltratamos el idioma?

- Cuando hablamos de maltratar el idioma nos referimos al lenguaje de la calle de personas que no lo manejan bien o a su uso en las redes sociales, donde se ha creado una jerga casi dialectal, una de cuyas características es el no seguimiento de las reglas de la gramática. La Academia comprende que esto pase en ciertos ámbitos y por eso ha tratado de poner algunas reglas para los mismos. Pero qué duda cabe de que si esas formas salieran de ese dominio y pasaran al lenguaje ordinario nos encontraríamos con fenómenos preocupantes de corrupción de nuestra lengua.

- 'Valorar negativamente', 'portavoza', 'desde el partido pensamos', 'personas usuarias'... ¿qué le parece esta jerga?

- Se corresponde con una preocupación que tiene un fondo de buenas razones: la mayor visibilidad de la mujer y que no se usen formas masculinas cuando sean innecesarias. Ahora lo que hay que tratar es despejar esas buenas ideas de malas utilizaciones y de exageraciones. Desde hace años, la RAE ha emprendido la tarea de depurar nuestro diccionario de excesos de masculinización. Había muchas definiciones que siempre empezaban por 'hombre que hace'. Hemos sustituido 'hombre' por 'persona'. Pero quiero insistir en que la lengua no es responsable de la desigualdad. Y luego está el desdoblamiento que se usa en lugar de un genérico que existe y que identifica a ambos géneros. La RAE ya se ha pronunciado sobre ello para decir que ese genérico forma parte de nuestra cultura, también existe en otras lenguas y viene del indoeuropeo. La mayor parte de los desdoblamientos no son incorrectos pero no es lo habitual en los usos del español. Su uso en la práctica tiene fundamentos de orden político, no lingüístico.

- ¿Usar la @ o la 'e' para eludir el masculino o el femenino tiene sentido?

- Está fuera de lugar. La @ no se puede pronunciar y lo de la 'e' es una moda que creemos pasajera. Y es muy difícil hablar con la 'e' en vez del masculino o el femenino.

- El francés es un bien de Estado y el Gobierno de París lo recalca. ¿Siente envidia del cuidado de la lengua en otros países?

- Me parece obvio y ya he dicho que la lengua es cuestión de Estado. Por eso la importancia de la RAE: ¿qué otra institución cuida de una lengua que hablan 580 millones de personas? El Estado tiene poder pero no tiene 'auctoritas' para dirigirse al universo hispanohablante. En cambio, se acepta lo que dice la RAE por su prestigio acumulado.

Lenguas y modernidad

- ¿Cree que el Estado debería garantizar el uso del español en todo el territorio y a la vez fomentar el aprendizaje de las otras lenguas oficiales fuera de sus ámbitos geográficos?

- La RAE no tiene opinión sobre eso. Me complace mucho la existencia de otras lenguas y envidio a quienes han nacido en un lugar donde existe una de ellas. Todo eso sin olvidar que vivimos en un Estado con una Constitución que dice que el castellano es la lengua oficial de todo el país. Luego, la conservación y el fomento de esas otras lenguas me parece muy importante.

- Hace un momento hablaba de prestigio. Pero hay grupos que tienen una imagen de la RAE como entidad caduca, formada por hombres mayores y muy conservadores... ¿Tiene la impresión de que eso es así?

- Se repite tanto... Pero es una acusación injusta y falsa. Para entrar en la RAE hay que ser excelente en la propia actividad, al margen de que por supuesto fuera haya gente tan buena o mejor. Y en cuanto a que sean mayores, es que a esa excelencia se llega con los años. Quizá con la excepción de la literatura y por eso la Academia tiene la tradición de incorporar a escritores en la cuarentena. ¿Mujeres? Tampoco se puede pedir a los académicos, que lo son con carácter vitalicio, que se retiren antes, dado que muchos entran cuando ya se han jubilado en su vida profesional. Hubo un tiempo, en el siglo XIX, en el que los académicos entendían que era un oficio de varones. Superada esa desgraciada etapa, hubo otra en la que, entre un hombre y una mujer, se elegía al hombre.

- ¿Qué hacer entonces?

- Se nos pide una cierta discriminación positiva. Estamos tratando de incorporar a mujeres de entre las muchas que hay con merecimientos. Pero la equiparación no se producirá pronto, aunque la voluntad de alcanzarla existe. Hay que esperar a que haya plazas vacantes y que haya candidatas idóneas. Esperemos que sea lo más rápido posible.

- ¿Significa eso que en las próximas elecciones de candidatos habrá más mujeres?

- Lo intentaremos, sí.

- ¿Y en lo de intentar recuperar la autoridad en el sector más juvenil de la población? ¿Hay algo que puedan hacer?

- Nos consta la crítica de que somos una institución anticuada... pero como no es cierta no sé si tenemos que preocuparnos por ella. La RAE tiene el proyecto más relevante en Europa sobre lengua e inteligencia artificial y nos hemos puesto en contacto con las entidades que trabajan en ese campo. Hemos establecido criterios sobre cómo usar los emojis, la RAE contesta las consultas que le llegan a través de las redes sociales, hacemos juegos, solo en Twitter nos sigue más de millón y medio de personas... La juventud que nos acusa de estar anticuados no sabe de nuestra tarea y se limita a repetir un tópico que no es cierto.

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