Pulmón de Londres, paraíso de artistas
El parque público de Hampstead Heath, que escapó a la codicia inmobiliaria, inspira a pintores y escritores, de Dickens a Julian Barnes
Lourdes Gómez
Londres
Sábado, 9 de agosto 2025, 00:45
El nombre del parque solo refleja una pequeña porción de la inmensidad de Hampstead Heath, el Brezal de Hampstead, que ocupa 325 hectáreas del noroeste ... de Londres. Es un mágico manto de bosques, estanques, prados, colinas y pistas que se preserva y mantiene en beneficio de los «habitantes de la metrópoli» por una orden parlamentaria de 1871. La Ley de Hampstead Heath autorizó el traspaso a dominio público de las «tierras yermas» del señorío del lugar, previo pago de 45.000 libras (equivalente a 5,2 millones de euros) y con la obligación de que se conserven «para siempre» como espacio abierto, sin cercados ni edificaciones. Fue una victoria trascendental del movimiento en defensa de la protección de los derechos de paso y uso de campos comunales, todavía activo en Reino Unido.
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Medio siglo después, a este paraíso verde se incorporó Kenwood House, con sus románticos jardines al estilo natural inglés, arboledas de hayas, robles o serbal y ejemplares traídos de ultramar, como la gigantesca secuoya norteamericana o el cedro del Líbano. La finca la adquirió Edward Cecil Guinness, primer conde de Iveagh, con el propósito de donarla a la nación y asegurar su conservación «como excelente ejemplo de la residencia artística de un caballero del siglo XVIII». El legado del cervecero irlandés contiene obras de Rembrandt, Vermeer y Van Dyck entre retratos de Gainsborough, Reynolds y otros artistas.
La Corporación de la City de Londres, autoridad del distrito financiero, regenta este refugio verde, que visitan unos ocho millones de personas al año. El punto más elevado se ubica en el acceso occidental de Spaniards Road -este camino y el pub Spaniards Inn se asocian al Embajador de España en la Corte de Jacobo II o, según la leyenda, a un duelo entre dos hermanos españoles- y ofrece preciosas panorámicas de la capital. También hay vistas magníficas desde la cima de Parliament Hill, lugar sagrado para los druidas
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Paisajes de Constable
Se preservan ocho lagunas en el Brezal de Hampstead. La mayoría son estanques creados para conservar el agua de la antaño extensa red de manantiales. El agua atrajo a intelectuales de frágil salud y el aire limpio proporcionó el oxígeno que faltaba en las calles malolientes y cargadas de esmog de la City. Quedan vestigios del vital papel de Hampstead como pulmón y recreo de los londinenses. En Well Walk, literalmente 'paseo del pozo', el poeta John Keats cuidó y vio morir a su hermano de tuberculosis antes de sucumbir a la misma enfermedad en Roma, en 1820. A corta distancia, en Keats Grove, se puede visitar el museo dedicado al autor de 'Oda a un ruiseñor', poema que quizá escribió bajo la morera del jardín de la casa. Otro ilustre residente, John Constable, capta en sus paisajes el ambiente romántico y bucólico del parque.
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Keats solía participar, junto con Shelley y otros autores, en las tertulias que el crítico y editor literario Leigh Hunt organizaba en el Vale of Health. Este enclave de casas pintorescas escondido entre los árboles alojó a sucesivas generaciones de escritores, entre ellos, D H Lawrence y el premio Nobel Rabindranath Tagore. Vivió su apogeo a partir de 1860, cuando se inauguró la estación del ferrocarril de Hampstead Heath. Con el tren llegaron olas de familias y parejas con ganas de disfrutar. Se montaron ferias con tiovivos, pruebas de fuerza y hasta paseos en burro. Los hoteles y tabernas del Vale of Health desaparecieron en la década de los 60, pero resiste el aparcamiento de caravanas de los ambulantes contemporáneos.
En el estanque cercano se atisban parejas de garzas, martín pescador y otras de las 180 especies que revolotean en Hampstead. El parque ha inspirado a escritores pasados y presentes, desde Dickens a Wilkie Collins, P D James y Julian Barnes, y artistas profesionales y aficionados se esmeran por reproducir la gama de colores verdes u ocres que cambian de tono a cada instante del día y la estación del año. En verano, con dos lagos reservados a hombres y mujeres, respectivamente, más uno pequeño abierto a ambos géneros, el Heath es destino favorito de los bañistas urbanos.
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