Javier Camarena y Nadine Sierra en 'Romeo y Julieta'. Moreno Esquibel

Crítica de 'Romeo y Julieta': Espléndida y cautivadora soprano

Viernes, 27 de octubre 2023, 10:47

Ni la daga ni el veneno, a pesar del inexorable destino de Romeo y Julieta, impidió que los asistentes a la presentación de la soprano ... Nadine Sierra en Bilbao halláramos una gran satisfacción. La joven soprano cautivó desde el principio con una versión juvenil y grácil del vals del primer acto, cantó viviendo los hermosos dúos junto al tenor y reflejó en su magnífica actuación un dramatismo en su personaje que se nos hizo muy verosímil.

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La voz de la artista norteamericana resultó bella, ágil y emitida con facilidad. Artista dotada de una gran técnica, dominó también el legato con su excelente fiato. Apareció tan natural en escena que al principio Javier Camarena pasó un tanto desapercibido. Tras los merecidos aplausos que el mejicano recibió una vez de haber cantado su aria 'Ah lève-toi soleil' con finura y seguridad vocal, se evidenció la simbiosis artística entre ambos protagonistas.

Sus continuas invocaciones a la noche, como por ejemplo en el segundo acto 'O nuit divine' proporcionaron a su voz una luminosidad que las extrañas filmaciones del fondo del escenario no lograban. El fino y sutil timbre de voz de Camarena a veces quedaba apagado ante la sonoridad de su colega y hasta nos pareció que, para sus características vocales, el papel de Romeo le resultaba incómodo por ser algo central.

'Romeo y Julieta'

  • Autor Charles Gounod.

  • Reparto Javier Camarena (T); Nadine Sierra (S); Andreij Filonczik (Bar). Orquesta Sinfónica de Euskadi. Bilbao, 21/X/2023

Aún así, su canto expresó una gran dulzura y teatralmente se dejó guiar por el camino de la sensualidad señalada por Julieta. El barítono Andreij Filonczik quien encarnó a Meercutio, solventó muy bien la complicada aria de 'la reina Mab' demostrando rapidez de modulación en una voz de claro timbre. También nos gustó la sonora y rica voz de Alejandro del Cerro, que se presentaba en Bilbao en el papel de Tebaldo y el bajo Marko Mimica dejó constancia de la oscuridad de la suya, aunque no muy modulada.

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El coro de la Opera de Bilbao volvió a ser protagonista y ya desde el principio mostró la calidad y preparación que atesora al ofrecer con tanta delicadez el racconto del inicio de la ópera y el susurro originado al decir 'Ah qu'elle est belle' o la grandiosidad de sus restantes intervenciones. Por otra parte, se hizo evidente la inclinación del maestro Lorenzo Passerini a que el público aplaudiera con él levantando en alto sus manos para que se le viera bien. Animó mucho, eso sí, a los intérpretes y supo dirigirlos bien. La Orquesta Sinfónica de Euskadi nos deleitó con la delicadeza del noctuno y del interludio. En cuanto a la modesta y convencional producción, una torre móvil y unas abstractas filmaciones secundaron la grisácea producción.

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