Iker Rubio 'El Vasco' dedica una de sus canciones a los lectores de EL CORREO. Luis Ángel Gómez

El vizcaíno que cambió las txapelas de pelotari por el sombrero mexicano y que ahora triunfa con sus rancheras

Iker Rubio 'El Vasco' es el nombre artístico de este cantante natural de Murueta que se ha labrado una carrera con un género musical icónico

Sábado, 15 de febrero 2025, 00:52

La vida da muchas vueltas y si no que se lo digan a Iker Aramburu a sus 38 años. Aunque ese es su nombre de ' ... civil', por decirlo de alguna manera, el que aparecía en su equipación de pelotari. Desde hace unos años es Iker Rubio 'El Vasco'. Así le conocen los amantes de las rancheras, un género musical que él defiende sobre los escenarios como si hubiese nacido en el mismo Jalisco, en lugar de en la localidad vizcaína de Murueta. Su voz triunfa en México y Colombia por poner solo dos ejemplos.

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Como muchos chavales vascos, Iker se aficionó a la pelota. Se miraba en el espejo del mítico Julián Retegi y aunque empezó a jugar tarde, «con 14 años», los frontones le dieron muchas satisfacciones. «Estuve en Garfe (empresa organizadora de festivales) y acumulé 14 txapelas de distintas competiciones», rememora. Para entonces, entre sus aficiones ya estaban la rancheras, un gusto cultivado en casa por su padre, que escuchaba a clásicos como Antonio Aguilar o Vicente Fernández. Claro que también escuchaba a Benito Lertxundi, Gatibu o Ken Zazpi y no le dio por ahí.

- Y se decantó por las rancheras, ¿por qué?

- Por sus letras. Hablan de cosas reales, del amor, del desamor, de la vida. Por ejemplo 'El Rey' habla de alguien que pase lo que pase, que sin trono ni reina, con dinero o sin él, sigue siendo el rey.

El primer término Iker Rubio en su casa de Murueta; en la segunda imagen, el artista durante su visita a la casa de Vicente Fernández, uno de sus ídolos. Luuis Ángel Gómez | Iker Rubio

Sin embargo, por mucho que le gustasen las letras, lo de cantar no se le pasaba por la cabeza. «Siempre he sido tímido. Incluso me costaba salir al frontón», cuenta.

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La vida fue transcurriendo. Dejó la pelota pero su afición musical creció y un día sus amigos le llevaron a un karaoke de Bilbao. «Me lancé con una ranchera». Ni él ni su cuadrilla lo sabían, pero aquel día nació Iker Rubio. Y casi sin darse cuenta comenzó a actuar en pequeños eventos y celebraciones privadas.

Su inquietud musical le llevó a buscar más información sobre el género. Comenzó a seguir programas-concurso, de esos que buscan nuevos talentos. «Barajé apuntarme a 'La Voz' o 'Got Talent', pero no me gustaba el modelo y no veía que en ellos tuvieran encaje las rancheras», recuerda. Entonces hizo sus búsquedas más globales y dio con 'Tengo talento, mucho talento', un certamen televisivo estadounidense. Y allá que fue.

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«Se lo comenté a mi amigo Alex Avilés y le pregunté si vendría conmigo. Me dijo que sí y preparamos todo para viajar. Al final él no pudo coger el vuelo y fui yo solo», relata Iker, que entonces «no sabía más que cuatro expresiones en inglés». Algo más hubiera necesitado porque de camino a la primera audición para acceder al concurso le paró la policía. «Como no me entendieron me detuvieron y me llevaron a comisaría. Tras llegar un agente colombiano me dejaron libre y yo le dije a aquel traductor que le iba a dedicar la actuación».

Así lo hizo. Y gustó. Tanto que pasó a la siguiente fase y a la siguiente... hasta alcanzar la final del programa. «No gané, pero fui uno de los tres finalistas», recuerda orgulloso. No es para menos. No solo se batía con voces mexicanas... además no tenía ni idea de música ni la preparación vocal de sus contrincantes. El programa le abrió muchas puertas, hizo contactos relacionados con el mundo de las rancheras y por el camino ha ido aprendiendo y mejorando su formación. «Hay que saber coordinarse con el mariachi, saber cuándo entrar y coger confianza sobre el escenario. Todo eso yo lo he ido incorporando».

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Debut en el Euskalduna

Comenzaron a surgir oportunidades que no desaprovechó. Viajó a México y a Colombia para grabar vídeoclips y realizar actuaciones con las que se hizo un nombre que poco a poco ha cogido fama. Conoció a productores importantes e incluso tuvo una visita privada a la casa de su admirado Vicente Fernández. En 2018 debutó en Bilbao con una actuación en el Euskalduna. Todo iba viento en popa, pero la pandemia primero y el fallecimiento de su aita después retrasaron sus planes artísticos, que ahora retoma con un montón de proyectos que cuentan con el apoyo de su familia y sus amigos. De entrada, en pocos días regresará a Colombia para grabar nuevos temas.

En Euskadi echa de menos más presencia de su género, pero nadie mejor que él para saber que algo está cambiando. «Como pasa en Estados Unidos, aquí la llegada de personas de países donde están más arraigadas las rancheras las está popularizando y cada vez más gente joven escucha no solo a los clásicos, sino a mariachis nuevos». Con su progresión, no es de extrañar que los temas de Iker Rubio 'El Vasco', el chico que cambió la camiseta de pelotari por el traje charro, aparezcan en las listas de reproducción de los aficionados a este género musical.

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